El
Consejo de Ministros ha aprobado este martes el real decreto que regula determinados aspectos relativos a la fabricación, presentación y comercialización de los productos del tabaco y los productos relacionados. Entre otras medidas, el plan conlleva la
prohibición del tabaco calentado sabores y obliga a que en el etiquetado figuren las advertencias de que este tipo de productos son perjudiciales para la salud.
Según ha informado el Ministerio de Sanidad, de esta forma se amplía la prohibición de comercializar productos de tabaco
"con aroma característico" o que contengan
aromatizantes en sus componentes (como filtros, papeles para fumar, envases o cápsulas).
También se limitará "cualquier otra técnica que permita
modificar el olor sabor de los productos del tabaco" o intensificar el humo a los productos del tabaco calentado. "Los filtros, papeles y cápsulas no podrán contener tabaco, ni nicotina", añade.
De forma paralela, se retirará la excepción de las
obligaciones de incluir un mensaje informativo y las advertencias sanitarias combinadas. Por tanto, las unidades de
envasado y el embalaje exterior de los productos de tabaco calentado deberán incluir un mensaje específico ("El humo del tabaco contiene más de
70 sustancias cancerígenas") y las fotografías en color especificadas en la biblioteca de imágenes del anexo II del Real Decreto 579/2017, de 9 de junio.
"El Gobierno transpone así la Directiva Delegada, de 9 de junio, que modifica la Directiva 2014/40/UE en lo que respecta a la retirada de determinadas excepciones aplicables a los productos de tabaco calentado, con el fin de equipararlo a los cigarrillos convencionales", argumenta Sanidad, que avanza que este real decreto "entrará en vigor
en el plazo de tres meses desde su publicación en el BOE".
Asemejar la regulación de cigarrillos electrónicos y tabaco
Nada más recoger la cartera del Ministerio de Sanidad,
Mónica García ya avanzó también su intención de
“asemejar” la regulación de este tipo de productos a la del tabaco. Su principal objetivo son los
cigarrillos electrónicos desechables, que además del perjuicio que suponen para la salud tienen también un impacto ecológico.
Otros países europeos, como Francia, ya habían avanzado en la aplicación de leyes para la prohibición de este tipo de productos.
Javier Padilla, secretario de Estado de Sanidad, reconoció recientemente que a nivel comunitario existe “un consenso creciente de que debe haber unas medidas más restrictivas”.
Un estudio de la
University College London sobre
'Tendencias en el vapeo a largo plazo’ (más de seis meses) alertaba recientemente de un
"aumento sustancial" en la prevalencia de esta práctica, especialmente a partir de 2021.
"La mitad de estos fumadores a largo plazo utiliza principalmente o exclusivamente dispositivos desechables. El crecimiento se ha concentrado entre los que alguna vez fumaron, pero también ha habido un aumento entre aquellos que nunca fumaron, especialmente
adultos más jóvenes", señala.
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