El
Covid-19 rompió todos los esquemas presupuestarios de la sanidad. Por ello, no es de extrañar que durante el
primer año de la pandemia se tuvieran que dedicar cerca de
9.000 millones de euros, 8.914 concretamente, de gasto sanitario público para
atender a los contagiados y que la administración central aumentara su presupuesto
un 124 por ciento para hacer frente a ello. Así lo señala el informe publicado este mes de agosto, que recoge los principales resultados del
Sistema de Cuentas de Salud 2020, organismo dependiente de la Subdirección General de Cartera de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Fondos de Compensación del Ministerio de Sanidad.
El reparto de este presupuesto fue de la siguiente forma: gasto en
tratamiento, pruebas y seguimiento de contactos 7.371 millones; gasto en
vacunación contra SARS-CoV-2 5 millones; gasto en productos médicos 10 millones, otros gastos en atención sanitaria 545 millones; y gasto en
inversión 982 millones. Según la información facilitada por el Ministerio de Hacienda y Función Pública.
En este mismo sentido, el documento destaca que en 2020 el
gasto total del sistema sanitario fue de 122.852 millones de euros (90.317 millones financiados por el sector público y 32.535 millones financiados por el sector privado).
La administración central aumentó su gasto un 124% en 2020
Asimismo, si se comparan los años 2019 y 2020, se puede observar como el gasto sanitario de todas las
administraciones públicas aumentó en el año de la pandemia, a excepción del de las administraciones de seguridad social, que se redujo en un 2 por ciento. El mayor aumento se produjo en la administración central, que experimentó una subida del 124,3 por ciento. En el documento se achaca a "la adquisición de material sanitario y equipos de protección individual para hacer frente a la pandemia de Covid-19".
El resto de administraciones que también aumentaron su gasto fueron las
locales en un 13,3 por ciento y las regionales en un 10 por ciento.
El
Sistema de Cuentas de Salud también incide en que las administraciones públicas financian servicios de asistencia sanitaria que se prestan no sólo con producción propia sino también mediante la
contratación o concierto de medios privados de producción. Así que es importante especificar que durante 2020, un
52,9 por ciento del gasto sanitario público dedicado a financiar la asistencia prestada en establecimientos de
atención medicalizada y residencial corresponde a conciertos; igualmente, el 26,7 por ciento de los recursos financieros de las administraciones públicas para proveedores de atención ambulatoria y el
10,3 por ciento para hospitales se dedicaron a sufragar servicios prestados en establecimientos sanitarios de titularidad privada.
Gasto en servicios de atención de larga duración
La pandemia del Covid-19 también es perceptible en el gasto sanitario de los
servicios de atención de larga duración. Tal y como apunta dicho informe, estos servicios requirieron en 2020 de
10.845 millones de euros para atender a todos los pacientes. De ellos, 9.183 millones procedían del gasto público y 1.662 del gasto privado.
De manera que se dividieron en:
atención hospitalaria 7.157 millones (5.950 públicos y 1.207 privados), atención en hospitalización de día 1.139 millones (967 públicos y 172 privados) y atención domiciliaria 2.549 millones (2.266 públicos y 283 privados). En porcentajes representan el
66 por ciento, el 23,5 y el 10,5, respectivamente.
"El gasto en atención domiciliaria es el gasto en servicios de atención de larga duración que en el quinquenio 2016-2020 experimentó la
tasa anual media de crecimiento más elevada, un 5,6 por ciento", subrayan.
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