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El 43% del gasto sanitario público es para pagar salarios: 43.000 millones

En 2022, se destinaron más de 92.000 millones a este fin y, de ellos, 55.000 a servicios hospitalarios

Mónica García, ministra de Sanidad.

10 abr 2024. 12.00H
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El Ministerio de Sanidad ha hecho pública la Estadística de Gasto Sanitario Público (EGSP) de 2018 a 2022. Cinco años marcados por la pandemia del Covid-19 donde se muestra un análisis de manera nacional, pero también analiza este valor por comunidades autónomas. Concretamente, 2022 fue el año que más gasto se registró, en comparación con los otros y llegó a 92.072 millones de euros, lo que supone un 6,8 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) del país. De este desembolso, el 43,7 por ciento se destinó a la remuneración del personal (40.272 millones de euros).

Concretamente, según los datos del departamento que lidera Mónica García, estos más de 92.000 millones de gasto sanitario público se reparten de la siguiente manera: salarios de profesionales (40.272 millones); consumo intermedio (25.186 millones), un 27,4 por ciento; consumo de capital fijo (396 millones); conciertos (9.274 millones), un 10,1 por ciento; transferencias corrientes (14.418 millones) un 15,7 por ciento; y gasto de capital (2.526 millones).

En el caso de la remuneración del personal, se trata de la partida más cuantiosa de esos cinco años, aunque bien es cierto que ha ido aumentando progresivamente: en 2018 fueron 31.330 millones del total de 71.112 millones de euros; en 2019 se destinaron 33.480 millones del total de 74.977 millones; en 2020 la cifra ascendió a 36.457 millones del total de 83.624 millones; y en 2021 esta partida se llevó 38.778 millones del total de 88.009 millones.

Los servicios hospitalarios aglutinan gran parte del gasto


Asimismo, en el informe ofrecido por la cartera de Sanidad, también se detalla la clasificación funcional de estos importes en 2022. "La función que mayor peso tiene en el ámbito de la asistencia sanitaria pública es la de los servicios hospitalarios y especializados, que representaron un 60,7 por ciento del gasto total consolidado en el año 2022; además, cabe destacar el gasto en farmacia, con un 14,7 por ciento, y en servicios primarios de salud, con un 14,3 por ciento", detallan. Si se observan los millones de euros, el reparto queda así: servicios hospitalarios y especializados (55.845 millones);  farmacia (13.545 millones); servicios primarios de salud (13.167 millones); servicios de salud pública (3.021 millones), servicios colectivos de salud (2.427 millones), gasto de capital (2.526 millones); y traslado, prótesis y aparatos terapéuticos (1.542 millones).

Cuando se comparan los cinco años del estudio se puede ver cómo la evolución de las tres principales funciones asistenciales (que representan el 89,7 por ciento del gasto total) ha sido "dispar", según los autores. Aunque todas redujeron su contribución, la farmacia y los servicios hospitalarios y especializados cedieron 1,5 puntos y 1,3 puntos, respectivamente, durante el quinquenio, mientras los servicios primarios de salud experimentaron un descenso de 0,2 puntos porcentuales.

El gasto sanitario público aumenta un 23% desde 2020


¿Cuál es el destino sectorial del gasto público sanitario? Este documento analiza dónde van a parar los importes de este desembolso. En el último año que se estudia, 2022, las comunidades autónomas son las que más se llevaron en el reparto del pastel (84.206 millones), seguidas de la administración central (2.915 millones), las mutualidades de funcionarios (2.436 millones), el sistema de seguridad social (1.805 millones) y corporaciones locales (709 millones).

"Se observa que, en 2022, con respecto a 2021, se incrementó el gasto sanitario en todos los sectores. El aumento más importante se produjo en la administración central, un 26,6 por ciento, debido, principalmente, a la compra centralizada por el Ministerio de Sanidad de vacunas para hacer frente a la pandemia de Covid-19", afirman desde Sanidad. En este sentido, la pandemia marcó el gasto sanitario público, que desde 2020 ha aumentado un 22,8 por ciento. En concreto, el gasto de la administración central se ha multiplicado por 4,6.

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