El Ministerio de Sanidad está diseñando un plan para optimizar, en el seno del SNS, los
mecanismos de control sobre el uso de medicamentos opioides, cuya extensión “exponencial” se ha convertido en un
“problema complejo de salud pública”. En este sentido, el área que dirige Carolina Darias incide en la necesidad de establecer “puntos de mejora” el sistema, y estudia la posibilidad de impulsar
programas piloto en determinados centros y territorios para abordar el asunto.
En un documento sobre el
Plan de optimización de la utilización de analgésicos opioides en el Sistema Nacional de Salud, Sanidad destaca que el uso de estos medicamentos “está bien establecido y es aceptado para el
tratamiento del dolor intenso en pacientes oncológicos, en cuidados paliativos o terminales”. También lo está, añade, “en el dolor postoperatorio con tratamientos a corto plazo”.
No obstante, advierte de que se debe “r
eevaluar el papel de estos fármacos en el tratamiento del dolor crónico de tipo no oncológico” debido, en esencia, a la “insuficiente evidencia de efectividad a largo plazo, a los potenciales efectos adversos y al aumento progresivo de los problemas de adicción”.
“Los últimos informes publicados por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, el Ministerio de Sanidad y otras instituciones autonómicas indican un aumento creciente de este consumo, particularmente de
fentanilo de liberación inmediata por vía transmucosa, transdérmica y de tapentadol y una preocupación importante respecto al uso fuera de las indicaciones autorizadas incluidas en las fichas técnicas de esos medicamentos por su riesgo de adicción”, avisa.
En este sentido, hace referencia a una encuesta sobre Alcohol y Drogas de 2019/2020 en la que se advierte de que el
15,2 por ciento de la población de entre 15 y 64 años “reconoce haber consumido analgésicos opioides con o sin receta en alguna ocasión”.
Diagnóstico inicial y ejes estratégicos
De esta forma, el Gobierno aboga por “analizar la información relativa a la utilización de los opioides en el SNS”, así como
“identificar los puntos de mejora” y establecer “las líneas de actuación necesarias para optimizar la utilización de estos medicamentos opioides”. En el marco de este plan se ha propuesto la formación de un grupo de expertos que realicen
“un diagnóstico de la situación inicial”, establezcan los “ejes estratégicos” del programa y las líneas de actuación.
En este sentido, el área de Carolina Darias avanza en el citado documento la posibilidad de implantar “programas piloto en determinados centros/territorios
que después se puedan extender” sobre el uso de opiáceos.
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