Durante
la situación sanitaria ocasionada por el Covid-19, se ha promocionado a través de redes sociales y páginas web
el consumo por vía oral de soluciones de dióxido de cloro (directamente u obtenido a partir de clorito de sodio, también conocido como
MMS Miracle Mineral Solution) para el tratamiento o la prevención de la infección por
SARS-CoV-2. Además de esta promoción, se han promocionado también como tratamiento para muchas otras enfermedades, como
malaria, autismo, cáncer, enfermedades parasitarias o degenerativas.
Ante ello,
la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) advierte de que no existe ninguna prueba científica que avale estas supuestas propiedades, y estos productos no se han sometido a ningún tipo de evaluación o autorización por las autoridades competentes que garantice que la relación beneficio/riesgo sea positiva y así asegurar el
derecho de los ciudadanos a la protección de su salud.
La Aemps ha manifestado que el dióxido de cloro es un
oxidante fuerte y su consumo supone un riesgo para la salud y que
puede ser grave en algunos pacientes y
requerir hospitalización. Su consumo directo puede producir
dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea, que
pueden llevar a deshidratación, fallo renal, anuria, anemia hemolítica y metahemoglobinemia. Asimismo,
sus vapores pueden causar irritación ocular o respiratoria, broncoespasmo o incluso edema pulmonar.
Ya advirtió de los riesgos en 2010
La Aemps ya advirtió de los riesgos del dióxido de cloro (MMS)
en 2010, a través de una nota informativa, por considerar que cuando se presentan con propiedades curativas y preventivas sin las debidas autorizaciones, estos productos
infringen la normativa vigente. Pese a todo, recientemente,
el Instituto Nacional de Toxicología de España ha informado sobre varios casos de intoxicaciones causadas por el consumo de dióxido de cloro.
A nivel internacional, diferentes autoridades sanitarias han alertado de los riesgos para la salud del consumo de este producto y sobre la ausencia de pruebas de su utilidad terapéutica: La
FDA estadounidense, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Therapeutic Good Administration (TGA) australiana, etc.
Las autoridades sanitarias canadienses (Health Canada) emitieron una alerta rápida en mayo 2010, en la que se informaba de efectos adversos graves en seis casos, tras el consumo de este producto; tras esa alerta inicial, Health Canada
ha emitido otras notas sobre actuaciones contra este producto.
También
la autoridad competente de Alemania, BFarm, advierte sobre la consideración de medicamento ilegal e informa de los riesgos asociados a su consumo. Recientemente, el Instituto Nacional de Toxicología de España ha informado sobre varios casos de intoxicaciones causadas por el
consumo de dióxido de cloro.
Algunos de estos productos pueden ofrecerse al consumidor de otros modos:
como desinfectantes (no destinados a la aplicación directa a personas o animales) o como
productos empleados para la desinfección del agua potable, tanto para personas como para animales. También puede tener un uso industrial como blanqueante. Su uso como
biocida o su uso industrial, observando estrictamente las instrucciones de uso, quedan fuera del ámbito de la presente información.
La Aemps ha señalado que es consciente y
comprende la necesidad e inquietud de enfermos y familiares por encontrar soluciones a sus padecimientos, pero el uso de estos productos no sólo no reporta beneficios,
sino que pueden suponer más complicaciones.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.