Las medidas de austeridad ejecutadas en el
Sistema Nacional de Salud (SNS) tras la crisis no han ejercido un "impacto sustancial a corto plazo en los resultados sanitarios” pero sí muestran una preocupante evolución en lo que se refleja a los
indicadores de calidad. Así lo asegura
un informe publicado este miércoles por el Ministerio de Sanidad analizando la evolución de la sanidad en España tras los recortes sanitarios.
El redactado explica que las preocupaciones respecto a la sostenibilidad del actual sistema de financiación arrojan “sombras de duda” respecto a su desarrollo a largo plazo "por lo que hay que buscar mejoras en le
eficiencia y en la eficacia". En lo relativo al primer concepto, aseguran que el SNS posee una “capacidad reducida” para la reasignación de recursos y la reducción de tratamientos inapropiados. En cuanto a la eficacia, observan una “preocupante” evolución de numerosos indicadores de calidad y seguridad aunque, aseguran, se ha adoptado una
estrategia nacional en materia de calidad.
En general, los expertos del estudio aseguran que las “medidas de austeridad adoptadas” tras
la crisis de 2011 (en particular el
Real Decreto 16/2012) han mantenido “los principios y objetivos subyacentes del SNS” y la respuesta de este (recortes presupuestarios y nuevas normativas sobre el alcance, la amplitud y la profundidad de la cobertura) “no ha ejercido al parecer un impacto sustancial a corto plazo en los resultados sanitarios”.
El documento que analiza el funcionamiento autonómico del sistema de salud español concreta que desde 2010, a consecuencia de la
crisis económica y financiera, las decisiones de gestión se han centralizado más “encaminadas a responder a los requisitos del Programa de Estabilidad del Reino de España, centrado en la reducción del déficit y la deuda”.
De esta forma, el informe publicado por el Ministerio en el momento en el que está en funciones
María Luisa Carcedo asegura que el RDL 16/2012 pese a que “pretendía garantizar la sostenibilidad del SNS” ha dado lugar a “cambios en el alcance, la profundidad y la amplitud de las prestaciones del SNS”.
Gasto en sanidad (en % del gasto sanitario total) según función y tipo de
financiación, 2015.
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“Modificó el fundamento del derecho a la asistencia, al pasar de un régimen en el que tal derecho se vinculaba a la residencia, a un sistema en el que ese derecho se asocia a la situación laboral de las personas. El RDL 16/2012 también establece una cartera complementaria y accesoria de prestaciones con vistas a
regular el reparto de costes con los pacientes. Sin embargo, solo se ha desarrollado plenamente un nuevo régimen para el copago de medicamentos”, apunta.
Tabaco, enfermedades crónicas y tecnología sanitaria
De esta manera, y aparte de estas reformas de contención de costes, Sanidad destaca que desde 2020 se ha realizado una ampliación de las medidas contra el tabaco adoptadas en reformas anteriores, las iniciativas para abordar la transición epidemiológica (por ejemplo, la estrategia nacional sobre
enfermedades crónicas y los avances en algunas CCAA), y otras iniciativas a escala nacional, como la acción conjunta en materia de tecnologías sanitarias y evaluación de prestaciones.
Respecto a los retos con los que debe afrontar el organismo los próximos años, el documento concreta la necesidad de mejorar los datos en obesidad (que han aumentado), mejorar los plazos de espera para las i
ntervenciones quirúrgicas y las consultas a especialistas (que también se han incrementado) y mejorar el acceso a la atención dental porque, actualmente “depende del bienestar de las familias”.
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