La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) ha comprobado la relación entre asma y contaminación en el último año.
Para ello, ha llevado a cabo una investigación que revela que un 24,6 por ciento de los pacientes con crisis de asma, en una muestra controlada en el Reina Sofía de Córdoba entre octubre de 2014 y de 2015, requirió ingreso en el hospital por tratarse de un episodio grave asociado, en el mismo estudio, al empeoramiento de las condiciones medioambientales.
La investigación realizada es un estudio observacional prospectivo, realizado con pacientes asmáticos del Servicio de Urgencias del hospital, al que acudieron con una clínica respiratoria sugestiva de broncoespasmo durante ese intervalo de tiempo.
Para obtener los datos atmosféricos y conocer la calidad del aire se utilizaron los informes que elabora cada mes la Consejería de Medio Ambiente y Organización del Territorio de la Junta de Andalucía, con estaciones de medición en Asomadilla, Avenida Al-Nassir y Lepanto en la misma Córdoba.
“El objetivo de nuestra investigación consiste en analizar la frecuencia de visitas a urgencias de los pacientes con asma y su relación con la calidad del aire ambiental junto con el aumento de ciertos contaminantes del aire”, ha explicado Laura Caballero, neumóloga y miembro de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), quien ha presentado la comunicación ‘Análisis de la frecuentación de urgencias de los pacientes asmáticos. Relación con la calidad ambiental’, en el marco de las actividades científicas del 49º Congreso Nacional de esta sociedad científica, que se celebra del 10 al 13 de junio en Granada.
“Existe una asociación estadísticamente significativa entre el aumento de partículas contaminantes del aire de un diámetro de menos de 2,5 micras y las crisis asmáticas. Así como un incremento en la incidencia y la severidad del asma en niños y adolescentes”, ha añadido.
Asimismo, “el análisis realizado también ha servido para demostrar que los niveles de polinización tienen un impacto en el aumento del número de broncoespasmos”, ha explicado Caballero.
Aunque este factor no ha sido objeto de este estudio, “cabe destacar que tales niveles, junto con la ola de calor experimentada durante el mes de mayo de 2015, favorecieron la aparición de crisis asmáticas severas”, ha concluido Caballero.
“Una de las estrategias fundamentales para mejorar la salud respiratoria de la población asmática reside en la implementación de estrictas medidas que permitan reducir de forma efectiva las emisiones de partículas contaminantes a la atmósfera”, ha subrayado Caballero.
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