Manuela García Romero recogió este diciembre el fruto de los tres años de trabajo que dedicó a su
tesis doctoral, centrada en la evolución de la
demografía médica en Baleares y su utilidad para la planificación de recursos profesionales. El estudio recibió un sobresaliente con mención cum laude que, más allá de acreditarla definitivamente como
doctora en Medicina, constituye para la vicepresidenta segunda del
Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (Cgcom) toda una muestra de superación personal. “Ha sido una labor ardua y abrumadora”, reconoce la facultativa, quien ha destinado a su investigación cada minuto que ha podido exprimir más allá de sus compromisos laborales y personales.
¿Cuáles son las claves de su tesis?
El objetivo fundamental era conocer la situación y las características concretas de Baleares en lo que respecta a la composición de la demografía médica. También los retos a los que se va a enfrentar su sistema de salud a la hora de dar una atención sanitaria de calidad a los ciudadanos y qué musculo profesional tiene tanto a nivel público como privado.
¿Qué resultados refleja el estudio?
Las conclusiones son muchas. Entre otras, descubrí que entre el 1 de enero de 2010 y el 31 de diciembre de 2020 se ha producido un aumento del 26,3 por ciento del total de la colegiación balear, pero durante el mismo tiempo se constató un incremento del 18 por ciento de los colegiados en ejercicio. Es decir, un 8,3 por ciento menos que los colegiados totales. Constaté también que el
envejecimiento de las especialidades es singular en cada comunidad autónoma, y que durante la última década la demografía médica balear ha mostrado una progresiva dependencia de los profesionales venidos del extranjero aunque con diferencias significativas por islas. Las decisiones de ámbito político generan movimientos de atracción o repulsión que repercuten sobre los flujos de profesionales en los registros colegiales, como se ha puesto de manifiesto particularmente durante los años 2012, 2018 y 2020.
"Mi director de tesis me decía aquello de "después te alegrarás", aunque yo no lo veía claro. Ahora le doy la razón.
|
Un análisis que mereció el sobresaliente con mención cum laude.
Sí, fue una gran alegría tras un trabajo que ha durado tres años. Reconozco que ha sido una labor ardua y un poco abrumadora.
¿Por qué centró su investigación en Baleares?
Durante ocho años fui secretaria general del Colegio de Médicos de Baleares, del que luego fui presidenta. En ese periodo, mi gran obsesión era tener un registro de datos actualizados, algo fundamental para los colegios porque es la mejor manera de conocer la situación real de cada zona. Y realmente pensé que esta tesis iba a servir para ayudar, porque a veces
vemos muchos bandazos, y creo que es imprescindible planificar bien los recursos humanos.
A nivel personal, ¿qué trabajo hay detrás de esta tesis?
La verdad es que en el pasado intenté hacer una tesis
en dos ocasiones. La primera vez fui incapaz de terminarla porque tenía que cuidar de tres hijos aún pequeños. Posteriormente me lo volví a plantear porque pensé, como anestesióloga, que la aparición de una técnica nueva e innovadora podía ser el tema para mi trabajo. Pero a mí lo que me gustaba realmente era la demografía médica, y ese es el camino que he elegido. Así que me puse a ello. No podía abandonar las guardias pero dejé de trabajar en asistencial con prolongaciones de jornada, y cada día a las tres me iba al despacho y me ponía a trabajar. A buscar bibliografía, datos…
Su trabajo no se detuvo con la pandemia.
Con la pandemia se complicó aún más, pero en casa pude segur en casa haciendo todo lo que necesitaba. La peor parte de la tesis la viví en octubre de 2020, cuando llegué a la Organización Médica Colegial, porque a partir de ese momento comencé a tener que ir y volver de Madrid, y
mi vida se vio bastante limitada. Aprovechaba los fines de semana, que los pasaba sentada delante del ordenador.
¿Tuvo momentos de flaqueza?
Sí, claro. Mi profesor de tesis me decía aquello de “después te alegrarás”, y yo no lo veía claro. Pero siempre me decía: “Venga, tú puedes, ahora no hay excusas”. Tengo también mucho que agradecer a mi familia, a mis hijos, que me han ayudad a convencerme y no han dejado de apoyarme.
¿Qué le dijo su director de tesis tras defenderla?
Estaba muy contento. Yo escucho y admiro siempre a quien creo que sabe más que yo, y me ha ayudado a hacer una tesis muy sólida y útil.
¿Cree que se deben poner más facilidades para compaginar la investigación con esa labor asistencial?
Sí. De hecho, yo he tenido que consumir todos los días de mis vacaciones para hacer este trabajo. Cada vez que podía, me quedaba en casa en mi tiempo libre para seguir. La investigación fue muy ardua, porque no queda otra que sacarla con esfuerzo.
Es muy difícil compaginarlo.
¿Qué le recomendaría a quien vaya a afrontar este proceso?
Que tenga mucho ánimo. Realmente, al final es muy satisfactorio porque aprendes a tener un método científico, a valorar de una manera crítica lo que lees. Es un camino que se realiza poco a poco, de hormiguita, pero al final sí, he de darla la razón a mi director.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.