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Sexdopaje: un hospital español encara el problema de forma multidisciplinar

El 43 por ciento de los infectados por VIH reconocieron haber tomado estupefacientes al practicar sexo

Urgencias hospitalarias son puerta de entrada habitual de pacientes que practican sexdopaje.

30 nov 2018. 08.00H
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El Hospital Clínic de Barcelona ha lanzado un programa para "captar" a personas aficionadas al 'chemsex', una práctica que consiste en tener relaciones sexuales sin parar durante mucho tiempo seguido con la ayuda de drogas, ya que en 2017 el 43 por ciento de los infectados por VIH tratados en este centro barcelonés reconocieron haber tomado estupefacientes durante el acto sexual.

La Unidad de VIH del Clínic atiende a 6.000 personas en tratamiento infectadas con el VIH, y en 2017 hizo encuestas epidemiológicas a 1.100 de estos pacientes, en las que el 43 por ciento admitió haber consumido drogas en el contexto del sexo y el 25 por ciento afirmó haber tomado incluso metanfetamina, mefedrona o GHB, estupefacientes que suelen utilizarse en el sexdopaje ("chemsex").

Por ello, este hospital ha decidido conformar un "equipo multidisciplinar", en el que participan médicos, enfermeras, psicólogos, psiquiatras y especialistas en urgencias hospitalarias, para identificar a usuarios de estas prácticas sexuales y, así, parar "la cadena" de infecciones derivadas de las mismas, según ha detallado Josep Mallolas.

Cifras de contagio hace 25 años


Las drogas utilizadas en sexdopaje o chemsex "alteran la conciencia, provocan una euforia total y son muy adictivas", advierten los expertos

Mallolas ha señalado que su unidad trata anualmente unos 200 nuevos casos de infecciones por VIH, una cifra parecida a la de hace un cuarto de siglo "a pesar de las mejoras en los tratamientos y la información que se tiene sobre la enfermedad".

Atajar las transmisiones efectuadas durante el sexdopaje y lograr que los usuarios de esta práctica "salgan de este mundo" es, de esta forma, una prioridad del centro hospitalario, pues en la actualidad, lamenta médico, "es como si se sacara agua del barco, pero hay un agujero por el que sigue entrando".

El citado programa identifica a los usuarios de "chemsex" por diferentes vías y, una vez detectadas, estas personas se derivan a la Unidad de VIH del hospital para que se les hagan las pruebas correspondientes.

Fuertes paros respiratorios y ETS


Algunas de estas vías de entrada son personas que acuden a urgencias con fuertes paros respiratorios -que pueden derivar del consumo del estupefaciente GHB-, ingresadas por cirugías en la zona anorrectal o del entorno de enfermos atendidos por ONG para personas con VIH. Aun no presentando síntomas de ser portadoras de virus, indica Mallolas, casi la mitad de estas personas examinadas presentan enfermedades de transmisión sexual (ETS) pero, pese a ello, "cuesta fidelizarlas al programa porque no creen tener problema alguno".

Ha explicado que las drogas de síntesis utilizadas durante el sexdopaje "alteran la conciencia y provocan una euforia total", pero que, sin embargo, son "tremendamente adictivas" y su uso puede comportar fácilmente "acabar perdiéndolo todo".

Son "relativamente baratas" y, además de facilitar varios tipos de infecciones como la sífilis o el VIH debido a su uso en el 'chemsex', generan "problemas psicológicos y psiquiátricos graves".

Hombres menores de 40 años


Las personas que se infectan en el sexdopaje son mayoritariamente hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres y, aunque mayoritariamente son personas de hasta 40 años, también hay casos de infectados que superan esta edad.

En España hay unas 3.000 nuevas infecciones anuales de este tipo, según el Clínic. Por tanto, "la epidemia no está controlada y en los últimos 15-20 años el número de nuevas infecciones no ha variado de manera significativa, lo que indica que se deben tomar nuevas medidas para el control de la epidemia". Una de ellas, consideran los profesionales del Clínic, es contrarrestar el fenómeno del 'chemsex'.

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