La
productividad es entendida muchas veces como el acto de realizar múltiples tareas a lo largo del día. A su vez, uno no se siente productivo si no cumple un sinfín de objetivos, la mayoría relacionados con trabajo y estudios, en las 24 horas que dura cada jornada. No obstante, un calendario abarrotado no implica ser más o menos fructífero. Lo primero, es respirar y preguntarse qué es un día provechoso para cada uno. "Si no se define, uno sentirá que nunca hace lo suficiente, lo que conlleva una mayor frustración y una reducción de la capacidad de trabajar duro", ha señalado el R4 de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario de Son Llàtzer (Palma de Mallorca), Antelm Pujol. Para ello, el facultativo propone
el método 3-3-3, que él mismo aplica en su día a día y también en su trabajo en el centro sanitario.
Este método
requiere nueve horas y consta de una sencilla estructura. El que lo implemente debe dedicar tres horas de su día a su
proyecto principal, otras tres a
tareas cortas y tres más a
actividades de mantenimiento. "Si completas los tres puntos, tu día habrá sido productivo. Esta fórmula, al menos a mi, me ha ayudado", ha afirmado Pujol.
Con su día a día en el mencionado centro sanitario de
Baleares, en el que se dan
jornadas maratonianas, como telón de fondo, el facultativo ha indicado que
"debe adaptar su método". No obstante, ha reconocido que "es factible hacerlo". Así, las tres horas destinadas al proyecto personal las cumple "con creces" con su labor como residente. A continuación, las actividades de mantenimiento, desde aquellas centradas en formación e investigación, como puede ser repasar un artículo científico, hasta las que favorecen nuestro cuidado, como entrenar o acostarse pronto. Por último, las tareas pequeñas, en el caso de Pujol, conservar el hogar o llamar a un amigo. "Estas son fundamentales para el bienestar emocional", ha destacado el sanitario.
Nunca sobrecargar y siempre respetarnos a nosotros mismos
Pese a la efectividad de la fórmula en su cotidianidad, Pujol ha aseverado que "cada uno debe adaptar el 3-3-3 a su estilo de vida". El método es flexible, no requiere que cada tarea ocupa una hora de tiempo justa. Lo importante es
tener en cuenta los tres espacios y poder dedicar un momento del día a cada uno de ellos. "El objetivo no es sobrecargar, sino contextualizar las pequeñas victorias del día a día", ha puntualizado. "A mí, me costó entender que más no es mejor", ha continuado.
Asimismo, el médico ha remarcado que
la productividad no es solo tener éxito en el marco laboral. "Descansar, meditar, comer bien, dormir y entrenar también son formas de ser productivo. Si no entreno y no descanso bien, mi capacidad de rendir se ve afectada. Poner atención en el autocuidado es ser productivo. Y muchas veces no enfocamos la productividad en ese sentido", ha compartido.
"Cada uno debe adaptar el 3-3-3 a su estilo de vida"
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Salir a correr, leer un libro o quedar con un amigo en una terraza también son formas de ser fructífero. Trabajar es clave, pero también cuidarnos.
Fijar unas metas y avanzar hacia ellas, pero sin olvidar que las circunstancias de la vida pueden modificar la hoja de ruta. A Pujol, este triple método le ha ayudado a enfocar el día de una manera distinta y consolidar una vía hacia el ansiado "hoy he aprovechado bien el tiempo". "Ahora me voy feliz a dormir sabiendo que mis objetivos de día han podido ser variados, implicado algunas de las tareas propias de cada fase del 3-3-3", ha sentenciado el facultativo. Tal vez, este modelo ayuda a más de un sanitario a afrontar las 24 horas diarias, que, en ocasiones, parecen escasas.
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