Siete son las
competencias transversales a todas las especialidades médicas. Así lo ha consensuado el grupo de trabajo formado en la Federación de Asociaciones Científico Médicas de España (
Facme) tras varios meses de trabajo.
Redacción Médica ha tenido acceso en exclusiva al documento preparado por los representantes de las especialidades que cuantifica la
importancia de estas competencias comunes dentro del marco del
Desarrollo Profesional.
Así, las competencias transversales a todos los médicos se enmarcan
dentro del grupo A de actividades para la recertificación de la profesión, es decir, en las actividades
asistenciales y de gestión. Tendrán una valoración mínima de 5 puntos y máxima de 10.
Las siete competencias son:
bioética, comunicación asistencial, trabajo en equipo,
gestión de calidad y seguridad del paciente, orientación al paciente y razonamiento clínico,
gestión clínica y orientación a resultados, y aspectos médico-legales de la profesión médica.
Acceda
aquí a la propuesta de Facme de regulación de las competencias transversales.
Recertificación y competencias específicas
"Desde el momento que hay que demostrar las competencias transversales" ya son tenidas en cuenta
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La recertificación, según el documento aprobado en 2012 por la
Comisión de Recursos Humanos del SNS, constaría de un máximo de 100 puntos repartidos en 60 para las actividades tipo A y 40 para las tipo B (de formación, docencia e investigación). Los mínimos para recertificarse serían 25 puntos en el apartado A y 10 puntos en el apartado B.
La propuesta de Facme busca
preservar el peso de las competencias específicas de cada especialidad (que supondrían un máximo de 50 puntos). Más allá del peso numérico que se les otorgue, los representantes que han consensuado el modelo consideran que “desde el momento que hay que demostrar las competencias transversales” ya son tenidas en cuenta.
Formación, en el grupo B
Además, se propone no incluir la formación (salvo excepcionalmente en alguna competencia, en función de la especialidad) dentro de las actividades del apartado A. No obstante, “si alguna especialidad propone la excepcionalidad de utilizar la formación como instrumento de evaluación de este apartado A”, se podrían valorar
distintos tipos de complejidad “y exigir cubrir competencias obligatorias que se marquen como prioridad”.
Esta propuesta se elevará al Ministerio de Sanidad para que sea tratada en la Comisión de Recursos Humanos que aborde la recertificación médica, de tal forma que se incluya dentro de la norma que la regule y no se deje al albedrío de cada comunidad sino que unifique esos criterios.
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