Giorgia Meloni, presidenta del partido derechista Hermanos de Italia, se convertirá con toda probabilidad en primera ministra del Gobierno italiano tras la victoria de las derechas en las elecciones celebradas el pasado domingo 25 de septiembre en el país transalpino.
Será la
primera mujer en dirigir los designios de los italianos. Su corte ideológico, calificado de ultraderecha, unido a sus declaraciones, ha generado ciertas dudas en la
garantía de derechos que tocan a la sanidad como es la interrupción voluntaria del embarazo. De hecho, en territorios donde gobierna su partido, ya se están poniendo ciertas trabas a estos procesos.
De este panorama, y de lo que esperan del nuevo Ejecutivo, habla en esta entrevista
Pierino Di Silverio, secretario general de Anaao Assomed, el
principal sindicato de los médicos hospitalarios de Italia.
¿Qué medidas se esperan del nuevo gobierno italiano?
La pandemia ha puesto de manifiesto la necesidad de reformar el sistema sanitario en Italia. Por eso pedimos al nuevo gobierno que invierta en sanidad, no sólo en términos económicos sino también en términos organizativos.
Necesitamos un nuevo modelo de atención basado en el profesional, abandonar una visión corporativa basada en el beneficio, y que esa nueva sanidad vuelva al centro de la agenda política.
Años de recortes económicos, años de falta de inversión y años de falta de planificación de las necesidades han contribuido al empobrecimiento de un sistema sanitario público que hoy es heterogéneo, incompleto y que está virando decididamente hacia un sistema sanitario privado en contra del artículo 32 de nuestra Constitución.
¿Cree que las posiciones conservadoras de Meloni pueden reducir derechos como el del aborto?
Derechos como el aborto, conquistados con luchas sociales, con sacrificios, son derechos inalienables que no pertenecen ni a la derecha ni a la izquierda. Estos derechos pertenecen a toda la población y como tal, estamos convencidos de que no pueden ni deben ser cuestionados. La libertad del individuo es un pilar de todo nuestro sistema social, civil, incluso antes que el sanitario. Sería insensato imaginar lo contrario, significaría desencadenar una revuelta civil, social y profesional. Pero estamos seguros de que nadie será tan tonto.
"Hoy en día abandonan el sistema público siete médicos al día porque es profesional y personalmente invivible"
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¿Podrían las posturas económicas liberales del ganador de las elecciones provocar recortes en el gasto sanitario público?
Recortar aún más los recursos destinados al gasto sanitario, que hoy sitúa a Italia a la cola de Europa en cuanto al porcentaje destinado a la asistencia en relación con el PIB (sólo el 6,3%, con una media nacional del 11,3%), significaría sancionar la muerte del sistema sanitario público. Tal acción sería políticamente miope, socialmente obtusa, inaceptable para los sindicatos, y provocaría un cese de actividades y protestas enérgicas y constantes.
En cambio, esperamos que los fondos destinados a la planificación, organización y gestión de los cuidados aumenten y se asignen adecuadamente, concentrando los recursos en los profesionales, algo que no ha ocurrido hasta ahora. Sólo invirtiendo en el profesional se puede cerrar una brecha sistémica con respecto a la calidad de la atención, que aumenta día a día.
"Recortar aún más los recursos destinados al gasto sanitario sería políticamente miope, socialmente obtusa, inaceptable para los sindicatos"
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Como colectivo profesional, ¿qué le pide a Giorgia Meloni?
Pedimos el desbloqueo de un contrato ya vencido con incrementos económicos, recordando que el salario del médico lleva prácticamente 10 años congelado, y que con una inflación del 9% los futuros incrementos de un contrato aún por discutir, estimados en un 2,88% neto, no representan más que un tercio del coste de la vida.
Pedimos una reforma inmediata de las condiciones de trabajo de los médicos y directivos médicos mediante cambios en la ley que dejen más libertad de elección al profesional, más tiempo, y permitan un crecimiento profesional lineal al mismo.
También solicitamos una profunda reorganización de nuestros hospitales con un aumento del número de camas y de médicos especialistas, que no puede separarse de una revisión de la relación entre el hospital y el territorio. La consigna es la integración de la atención territorial con la hospitalaria, que hoy no existe.
Por último, pedimos que se invierta y se trabaje para que la profesión sea más atractiva para los médicos y gestores sanitarios italianos que hoy en día abandonan el sistema público siete médicos al día porque es profesional y personalmente invivible.
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