Uno de cada tres
profesionales sanitarios están contaminados con
organismos multirresistentes después de trasladar a los
pacientes infectados con alguna
bacteria. Así lo concluye un
estudio publicado en
Infection Control and Hospital Epidemiology.
Concretamente, la investigación encontró que el 39 por ciento de los trabajadores cometían errores cuando se quitaban el equipo de protección como son las batas, los guantes o mascarillas, incrementando la incidencia de contaminación y agentes tóxicos.
“Basándonos en estos hallazgos deberíamos reevaluar las estrategias que lleva a cabo el personal sanitario a la hora de
quitarse el material de protección, así como con qué frecuencia los trabajadores de la salud se forman en estos protocolos de seguridad”, ha expresado
Koh Okamoto, autor principal de este estudio.
Educar sobre el correcto modus operandi a la hora de quitarse el equipo de protección puede reducir las tasas de contaminación
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Okamoto ha añadido que educar sobre el correcto
modus operandi a la hora de quitarse el equipo de protección personal puede reducir las tasas de contaminación de los trabajadores de la salud
ante organismos resistentes a múltiples medicamentos.
El método de estudio
Investigadores del centro Rush University Medical monitorizaron a un total de 125 trabajadores en cuatro unidades de Medicina Intensiva que estaban
en contacto con pacientes infectados por diferentes tipos de bacterias. Los expertos tomaron más de
6.000 muestras de manos, guantes y equipo médico (como los estetoscopios o los teléfonos móviles) para hacer una comparativa entre el antes y el después de la entrevista con el paciente.
Asimismo, los especialistas observaron
cuál era la técnica que cada trabajador usaba para ponerse o quitarse el material. De hecho, encontraron muchos errores porque no se seguían las pautas establecidas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.
Según las conclusiones finales, los
errores más comunes que se encontraron tenían que ver (por ejemplo) con: tocar la parte interior de la bata con la mano que llevaba guante o palpar la parte exterior de la bata o los guantes con las manos al descubierto o, también, no abrochar la bata en el cuello.
En definitiva, los autores de este estudio recomiendan que se reenfoque y se reconsidere la técnica que llevan los profesionales sanitarios, así como una investigación específica para examinar el impacto de una
mejor educación para ponerse y quitarse el material sanitario.
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