Un equipo de
científicos de la Universidad de Harvard ha conseguido insertar imágenes fijas y en movimiento en el ADN de bacterias de la especie
Escherichia coli. Según un
estudio publicado por Nature, los investigadores han demostrado cómo codificar imágenes sustituyendo píxeles por nucleótidos de ADN que quedan integrados en el genoma de las bacterias y que posteriormente se recuperan con un 90 por ciento de su resolución original.
El grupo de investigadores han utilizado una imagen fija de una mano y cinco
fotogramas de la yegua Annie G. galopando, imágenes que fueron tomadas por el fotógrafo
Eadweard Muybridge en 1878. Pese a que la calidad de las imágenes recuperadas se reduce a un borroso conjunto de píxeles, esta es la primera demostración de cómo es posible
utilizar seres vivos para almecenar información, lo que puede ser un paso previo al uso de organismos vivos para computación.
El estudio ha estado liderado por
George Church y Seth Shipman, y supone un nuevo uso de la herramienta CRISPR, que permite editar el genoma de cualquier ser vivo. En este caso se usaron proteínas para cortar la secuencia genética original e insertar posteriormente un nuevo fragmento.
Recuperar el fragmento almacenado requiere secuenciar el ADN de la bacteria, localizar el fragmento donde se ha 'pegado' el vídeo, descodificarlo en número y volver a convertirlo en celdas de imagen, que en este caso devuelve los fotogramas del movimiento del caballo utilizado, de manera que quedaría algo así:
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.