Un estudio llevado a cabo en Estados Unidos ha desvelado que las médicas ocultan con frecuencia que han solicitado asistencia médica por depresión u otros problemas de salud mental porque tienen miedo de perder la licencia médica estatal que les permite ejercer.
Aunque las condiciones de ejercicio de la medicina son distintas en ese país a las que existen en España, donde son los colegios provinciales los que establecen los requisitos, este estudio plantea preguntas que también son relevantes en nuestro país, como el de si se está prestando una adecuada atención a la salud mental dentro de la salud laboral de los médicos, o si existen diferencias de género a la hora de abordarla.
La autora principal del estudio Katherine Gold, del Departamento de Medicina Familiar de la Universidad de Michigan, explica que lo que le animó a llevar a cabo este estudio fue ver “en Facebook” como cuando algunas doctoras hablaban “sobre sus problemas de salud mental, otros médicos les recomendaban que mejor no comunicaran dichos problemas ni solicitaran ayuda”.
Gold explica que también ha oído a muchas médicas referir su temor a notificar cualquier problema de salud mental, por si el colegio de médicos de su Estado les retiraba su licencia. “Me propuse analizar si este miedo era generalizado”. Para el estudio los investigadores entrevistaron a 2.106 médicas de los 50 estados de EEUU.
El cuestionario contenía 24 preguntas sobre antecedentes de salud mental y tratamiento con psicofármacos, percepciones de estigmatización, opiniones sobre las preguntas de salud mental para obtener la licencia y experiencias personales con la notificación de problemas de salud mental.
Evitar la atención en salud mental
La mayoría de las médicas que contestaron el cuestionario tenían entre 30 y 59 años. Casi 50% de las mujeres pensaban que cumplían criterios de enfermedad mental pero no habían solicitado tratamiento.
Los motivos principales para evitar la asistencia en salud mental fueron el miedo a notificar al comité que concede las licencias médicas y el convencimiento de que el diagnóstico era incómodo o vergonzoso. Solo 6% de las médicas con un diagnóstico formal de problema de salud mental o tratamiento de enfermedad mental lo declaran en el formulario del Comité de Licencias.
Notificar que se tiene un problema trae más problemas
Para muchas de estas mujeres, notificar que tenían un problema de salud mental podría tener consecuencias perjudiciales. Una médica que notificó su depresión bien controlada a un comité colegial señaló que tuvo que concertar una cita con un psiquiatra recomendado por dicho comité. El proceso, además de costarle 1.000 dólares dólares retrasó el inicio de su residencia.
Otra médica refirió haber tenido que realizar una entrevista cara a cara con un miembro del comité y a someterse a casi 6 meses de reciclaje. En algunos casos, algunas profesionales comentaron que llegaron a abandonar la práctica médica.
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