Durante la cita que han protagonizado los médicos europeos hace unos días, se conocieron los resultados de las encuestas realizadas por los diferentes estados para conocer el grado de satisfacción de las médicas europeas y la tendencia hacia la
feminización de la profesión. La
Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM) también hizo públicos los preocupantes datos que ha recabado de las respuestas de más de 600 médicas: el 58,2 por ciento afirmó haberse sentido
discriminada por sus pacientes, el 23 por ciento por sus
supervisores, el 23,3 por ciento por sus
compañeros; y el 30,2 por ciento, afirmaron que nunca sintieron tal discriminación.
"Se está produciendo una clara
feminización entre los estudiantes de Medicina y entre los nuevos médicos; es general en casi todos los países. Aunque se mantiene un índice masculino mayor en los países del este", detalla
Gabriel del Pozo, vicesecretario general de CESM.
Según explica del Pozo, la mayoría de países trasladó la
disconformidad de las profesionales en
CESM: "Si dedicas más tiempo a lo familiar, repercute en tu progresión laboral"
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cuanto a las
retribuciones y la conciliación, a excepción de Bulgaría y Rumanía, donde los
sueldos son altos en comparación con los salarios medios.
"Si dedicas más tiempo a lo familiar, repercute en tu progresión laboral. Y si dedicas más a la laboral, te sientes defraudado en lo personal", ejemplifica el representante de CESM, que cree que los datos obtenidos en España son extrapolables a los países europeos más cercanos.
En la encuesta elaborada por los médicos españoles, a la que ha tenido acceso
Redacción Médica, en la que han participado 605 médicas (265 de entre 36 y 49 años), sólo 230 se han declarado satisfechas tanto de su
dedicación profesional como la familiar.
Por el contrario, 97 confesaron estar de acuerdo con el equilibrio conseguido con la familia pero no con su profesión y 88 en el caso contrario. Además, 188 afirmaron no haber logrado el grado de satisfacción con el equilibrio familia-profesión.
Techo de cristal
Para mejorar este equilibrio, las médicas propusieron, en primer lugar,
mejorar el tiempo de trabajo a través de medidas como el
trabajo parcial, una mejor
gestión de las vacaciones o días libres; cuestiones relacionadas con la
remuneración o el reconocimiento profesional; así como el acceso a oportunidades de trabajo o
fomentar el liderazgo.
En cuanto al
grado de satisfacción estrictamente laboral, 193 confesaron haber antepuesto a la familia, frente a las 160 que consideran haber descuidado su unidad familiar. Además, 36 no están satisfechas con su carrera y creen que el motivo es ser mujer; mientras que 166 sí que lo están.
Otra de las cuestiones atratadas por las participantes es el problema del
techo de cristal que persiste en sanidad. Un total de 203 médicas de las 605 que han participado cree que existe una participación justa de la mujer en los puestos de gestión, frente a las 279 que no consideran justa su implicación aunque creen que está aumentando su interés; y 119 que insisten en la desigual e injusta participación femenina en la gestión.
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