“
Publica o muere”. De esta manera define
Ernesto Muñoz, especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología en el
Hospital Clínic de Barcelona y profesor adjunto de la Universitat de Barcelona (
UB), la presión que llegan a sentir los investigadores clínicos a la hora de publicar nuevos resultados “para mantener su relevancia y llegar a ser
profesor titular universitario”. Según Muñoz, actualmente “existe una necesidad imperiosa por parte del investigador por tener éxito dentro de la
comunidad académica, por lo que el modelo universitario debería modificarse”. Este camino de espinas es el que incluso la actual
Premio Nobel de Medicina y profesora adjunta de Neurocirugía en la
Universidad de Pensilvania,
Katalin Kariko, debe realizar para llegar a alcanzar la
excelencia que demanda el ámbito académico para poder ejercer como profesora titular.
Kariko, autora de cerca de un centenar de publicaciones, logró el Premio Nobel de Medicina después de
desarrollar la efectividad del ARN mensajero, publicación que vio la luz en
2005 y que no generó una gran audiencia por parte de la comunidad científica. El profesor adjunto de la UB considera que tanto la
calidad como la
cantidad de los estudios que presenta un investigador es importante, “aunque en los últimos tiempos existe la sensación de que la cantidad tiene un
peso más importante dentro de la Medicina y en otras disciplinas”.
Llegar a ser profesor titular universitario en Medicina requiere, en palabra de Muñoz, “tener un
enorme currículum, además de que supone un cierto prestigio haber participado en
proyectos competitivos y lograr financiaciones, que solo se otorgan a proyectos sólidos presentados a equipos de investigadores con una
carrera contrastada”.
"La calidad de las publicaciones en términos de relevancia a veces es difícil de evaluar"
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Ante esta
necesidad de publicar sin freno nuevos resultados para ser presentados en la comunidad científica, el especialista del Clínic afirma que en los últimos años “han aumentado mucho las
coautorías, colaboraciones entre autores para que puedan aparecer en las publicaciones”. En relación al criterio seguido por las universidades a la hora de nombrar a un profesor titular, Muñoz cree que “la
calidad de las publicaciones en términos de relevancia a veces es difícil de evaluar. Existen muchos indicadores, como en qué revista científica se publica la investigación y los
índices de impacto que logra”.
Actualizar el actual modelo universitario, una necesidad
El caso de que Kariko sea profesora asociada, pese a incluso tener el
Premio Nobel en Medicina,
no es una gran sorpresa para Muñoz, ya que “conozco a
grandes investigadores que no tienen la relevancia que merecen dentro de la universidad por faltarles
algunas líneas más dentro de su
currículum”. Además, el especialista considera que “probablemente
el sistema universitario no es perfecto” y que se requiere “una evaluación objetiva para tratar de discernir de la manera más justa quién merece estar o ascender en el puesto que le corresponda”.
"Conozco a grandes investigadores que no tienen la relevancia que merecen dentro de la universidad por faltarles algunas líneas más en su currículum"
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El
actual modelo universitario a la hora de escoger a los profesores titulares y asociados “no es perfecto” según Muñoz, que considera que “se debe ir modificando con el tiempo, pero sin tener que hacerlo de forma radical. Es necesario hacer algo para que el investigador no viva obsesionado y bajo la presión de publicar y no perecer”.
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