Solo el 54 por ciento de los médicos estadounidenses escogería Medicina si volviera a empezar la Universidad, según una encuesta realizada a 24.000 profesionales de EE.UU.
Aparte de las deficiencias del sistema sanitario y las quejas sobre el ambiente de trabajo, los participantes esgrimieron razones personales que les impiden ser felices, como la tendencia a ser perfeccionistas o la propensión a aplazar la gratificación al creer que la felicidad llegará cuando acaben su periplo en el campus o empiecen a trabajar.
Según el profesor asociado de psiquiatría y medicina familiar en la Universidad de Toronto, Allan Peterkin, "abandonamos el placer y la felicidad durante nuestros estudios y cuando estamos ejerciendo. Siempre estamos pensando en el siguiente paso".
Además, el especialista también considera que "otro de nuestros problemas es que a los médicos nos han enseñado a menudo a permanecer estoicos ante el sufrimiento. No hablamos de estas experiencias al presenciar el padecimiento. Reflexionamos sobre el problema de un paciente, pero no sobre el contacto".
"Interpretar el lado humano de la medicina"
Sin embargo, la práctica médica podría "ser más placentera si este tipo de pensamiento fuera más común entre los sanitarios", asegura Peterkin. "Después de que un médico cometa un error hay mucho análisis y reflexión. Pero si se meditara sobre la vida médica en general, y más a menudo, nos ayudaría a interpretar mejor el lado humano de la medicina".
Por ese motivo, "los médicos reflexivos también tienden a cuidar mejor a los pacientes… y a ellos mismos. Por esa razón todas las facultades de Medicina en Canadá han incorporado su programa cursos de humanidades de salud", concluye el profesor.
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