El uso de las
redes sociales está extendido por la sociedad, independientemente de la edad y de la profesión. Los
sanitarios no se eximen de esta realidad y muchos son los contenidos en los que se comentan situaciones o casos vividos en las habitaciones de un hospital o en consulta. Un hábito que no pocas veces
acaba convirtiendo al paciente en un meme de las redes sociales. Al tratarse de información delicada, si se hace un mal uso de estas, el profesional podría estar incluso cometiendo un
delito que puede conllevar
penas legales, pero también
deontológicas, por las que se puede inhabilitar durante un tiempo.
Cristian Vale, médico de Familia y delegado de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (
Amyts), explica que lo primero que se tiene que tener en cuenta a la hora de publicar cualquier caso médico en
redes sociales es asegurar la
confidencialidad del paciente. También se deberá
anonimizar la información para reservar de esta manera su privacidad.
En el caso de que estas bases se incumplieran "se podría
incurrir en un delito" que variaría en función de la información divulgada. "Pongámonos a pensar, por ejemplo, que divulgamos una conversación en temas personales de la paciente con su relación de pareja o de algún delito; en ese caso estaríamos hablando de un
delito de revelación de secretos, castigado por el Código Penal. Por otro lado, en el caso de infligir la intimidad, el delito sería más bien en el ámbito civil, sin pena de cárcel. En el mejor de los casos, la denuncia podría ir por el
ámbito deontológico, suponiendo incluso la inhabilitación del profesional", ejemplifica.
Por tanto, un
mal uso de las redes sociales puede tener múltiples consecuencias para un sanitario, tanto legales, con denuncias y litigios, como desde el punto de vista deontológico que puede conllevar la inhabilitación por un tiempo. En este punto hay que tener en cuenta también el
daño a la reputación profesional y la "consecuente limitación para la búsqueda de empleo", además de la posible
ruptura de la relación médico-paciente (el paciente afectado o aquellos informados de lo ocurrido) así como las
repercusiones en el entorno laboral y personal también.
¿Cuáles son los límites legales para el uso de redes?
Para explicar los límites legales para el uso de las redes por parte de los sanitarios, Vale recuerda que todo este mundo está "en constante crecimiento" por lo que, desde el punto de vista legislativo hace que su regulación "sea más limitada o se encuentre obsoleta" y que se encuentre "en el choque con los
derechos fundamentales de los pacientes y profesionales sanitarios".
Por ello, el facultativo destaca el
artículo 18 de la Constitución Española, que recoge el derecho al honor, intimidad y a la propia imagen y a partir de la cual se desarrollan la protección de datos de carácter personal y la
Ley de Autonomía del Paciente 41/2022 del 14 de diciembre.
En cuanto a materia sanitaria destaca también el derecho a la propiedad intelectual, y el secreto profesional, regulado principalmente por los códigos deontológicos profesionales. En este punto, recuerda que hay documentos publicados que intentan dar cabida al crecimiento del uso de redes profesionales y destaca el '
Manual sobre el buen uso de redes sociales' y el
'Manual de Estilo para Médicos y Estudiantes de Medicina' de la OMC.
Recomendaciones para el uso de redes por parte del médico
Este médico, que también estudió Derecho, explica la mejor manera de publicar un caso visto en consulta. Lo primero, es necesario pedir la autorización del paciente protagonista "mediante el
consentimiento informado". También se deberá "enmascarar" los datos para garantizar la privacidad de esta persona y la
ley de protección de datos, sin olvidar cumplir con el código deontológico.
Además, el contexto de la publicación es muy importante: no es lo mismo publicar un caso en un congreso médico que en redes sociales. "En caso de duda, consultarlo en los
Comités de Ética de los que disponemos antes de arriesgarse a una sanción", resume.
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