A la hora de
prevenir infecciones en el quirófano, los
gorros de tela son los grandes aliados del médico,
más que los desechables.
Un reciente estudio publicado Medscape asegura que este tipo de vestimenta no solo
protege más al sanitario frente a agentes contaminantes o bacterias que pueda haber en la sala de operaciones (ya que están hechos de materiales más resistentes), sino que también impiden que los pelos que se le pueden llegar caer alcancen al paciente.
Para probar esta afirmación, un equipo de investigación compuesto por microbiólogos, ingenieros especializados en ventilación, higienistas y cirujanos colocaron detectores de partículas en los quirófanos y realizaron
tres intervenciones quirúrgicas simuladas durante una hora cada una, utilizando un
gorro estilo ‘bouffant’ (hecho con lana y un elástico que sujeta el cuero cabelludo),
otro desechable y otro de tela.
Tras esta prueba, los expertos midieron más partículas en el aire cuando los cirujanos utilizaron cualquiera de los dos gorros desechables que con el de tela, ya que descubrieron que
eran más permeables y porosos y provocaran que se acumularan más microbios y bacterias.
Los ‘peros’ de esta elección
Hasta el momento, en la sanidad estadounidense no existe una directriz clara que especifique
qué deben llevar los sanitarios en la cabeza cuando entran a una sala de operaciones. Si bien una de las mayores asociaciones de enfermeras del país estableció, en 2013, que
“las orejas, el cuero cabelludo, las patillas y la nuca” del sanitario deben estar siempre cubiertas durante una intervención –ya que se le puede caer el pelo y, por tanto, esparcir bacterias–, la sugerencia no contó con todos los apoyos.
Algunos cirujanos, por ejemplo, consideran que
esta indumentaria es incómoda, más cara que los gorros desechables y
no le permiten oír bien, ya que les tapa las orejas. Pero no solo eso. Un gran porcentaje de sanitarios rechazan los gorros de tela porque, a diferencia de los desechables,
requieren un lavado con cada uso, algo que, en algunos hospitales, no se puede garantizar al 100 por cien.
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