A los
pacientes españoles les cuesta entender las explicaciones "sencillas" de sus
médicos. Y es que España es uno de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (
OCDE) donde los ciudadanos tienen mayor dificultad para entender la información acerca de sus
dolencias que les transmite su
facultativo, según el estudio
Entregar servicios de salud de calidad: un imperativo global para la cobertura universal de salud elaborado de forma conjunta por la propia OCDE, la
Organización Mundial de la Salud (OMS) y el
Banco Mundial.
De acuerdo con este documento, el 37,9 por ciento de los pacientes españoles no entienden las explicaciones sencillas de su doctor, lo que supone que España se sitúa entre los países de la OCDE con un
porcentaje más bajo en este sentido, casi 20 puntos por debajo de la media de la OCDE, fijada en un 18,7 por ciento, y a una distancia bastante pronunciada de países de nuestro entorno como
Bélgica (4,9 por ciento),
Portugal (9,1 por ciento) o
Reino Unido (12 por ciento).
Para los creadores del estudio, esto es especialmente preocupante debido a que consideran que los sistemas de salud nacionales deberían, a través de políticas sanitarias adecuadas y con la necesaria colaboración de los profesionales sanitarios, tender a
aumentar el peso del paciente tanto en la prevención y cuidados de sus enfermedades, así como "desempeñar un papel de liderazgo en el diseño de nuevos modelos de atención". Asimismo, piden a los sanitarios que vean a los pacientes como "socios" en la atención sanitaria.
La sanidad de calidad es económica
El informe conjunto de la OCDE, la OMS y el Banco Mundial también incide en que
los servicios sanitarios de baja calidad suponen pérdidas de miles de millones de euros a nivel mundial, puesto que los diagnósticos inexactos, los errores de medicación, los tratamiento inapropiados o innecesarios, las instalaciones o prácticas clínicas inadecuadas o inseguras conllevan correcciones necesarias que consumen nuevos recursos y socavan la capacidad de los servicios de salud y les impiden progresar.
Esta situación se agrava en los países subdesarrollados o en vías de desarrollo, donde
el 10 por ciento de los pacientes hospitalizados tienen mayor riesgo de adquirir una infección durante su ingreso. Este mismo dato en los países desarrollados alcanza el 7 por ciento.
De esta forma, los creadores del estudio explican que
aún prevalecen altos niveles de mortalidad y morbilidad que podrían ser evitados a nivel mundial "si se mejorase la calidad de la atención sanitaria".
Sugerencias
Ante estos resultados, el informe apunta a algunas actuaciones clave para aumentar la calidad de la atención sanitaria a nivel global. Algunas de ellas entroncan directamente con reivindicaciones tradicionales de los sanitarios españoles, como la
mejora de la calidad de los empleos en los sistemas de salud o financiar más investigaciones clínicas.
Otra de las medidas que sugieren es detectar a nivel local, regional y nacional aquellos
proyectos y medidas sanitarias que están funcionando e implementarlos en otras regiones.
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