Un
artículo de la revista científica The Lancet advierte que los
sistemas sanitarios del planeta se encuentran en una
situación de insostenibilidad. Los científicos Adeeba Kamarulzaman, Komattil Ramnarayan y Ana Olga Mocumbi, que son quienes firman el texto, apuntan a la actual “
escasez crónica” de los trabajadores de la salud a nivel mundial, aunque señalan que en la última década
ha habido avances en cuanto a la estabilización del sistema.
España, por ejemplo, vive una situación intermedia. Por un lado, sufre una
fuga de profesionales que mayoritariamente emigran a países como
Reino Unido, Irlanda y
Alemania según el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (
Cgcom), pero por otro lado,
cubre esas vacantes en gran medida por facultativos que llegan desde
Latinoamérica.
El artículo indica que a nivel global, en estos últimos diez años, la cantidad anual de
graduados en Medicina casi se ha duplicado, y triplicado los graduados en Enfermería. Una
tendencia positiva per se, ya que el artículo subraya que ese aumento de los graduados ha ayudado a
reducir el déficit del personal sanitario.
Sin embargo, inciden en la
brecha existente entre los países de ingresos altos y los países de ingresos medios y bajos. En los primeros se gradúan 6'5 veces más de facultativos que en los segundos.
El caso de España
España invirtió un
7'8 por ciento de su Producto Interior Bruto (PIB) al gasto sanitario público en el año 2020,
según los datos del Ministerio de Sanidad. Es decir, que
88.063 millones de euros fueron derivados a Sanidad en el primer año pandémico. Esa partida se traduce en un
gasto de 1.859 euros por habitante. Un gasto que se sitúa en la parte media del gasto per cápita de los países miembros de la Unión Europea (UE); en el puesto
decimotercero, uniendo también al Reino Unido a esa lista de 28 países europeos.
Luxemburgo, Dinamarca y Suecia son, en ese orden, los
países de la Unión que más invierten en salud por habitante, con 5.045 euros, 4.797 euros y 4.538 euros, respectivamente. A la cola se encuentran Bulgaria con 476 euros, Rumanía con 564 euros y Polonia con 616 euros.
Comparación de sueldos
De media,
un médico en España cobra unos 54.200 euros brutos al año en la sanidad pública. Comparando con los países más desarrollados, sería
uno de los sueldos más bajos, puesto que según diversos portales, en Alemania un especialista cobra unos 75.000 euros anuales de media, 74.213 euros en el Reino Unido y 240.406 euros en Estados Unidos.
En los países menos desarrollados, la retribución del médico baja. En la India, por ejemplo, no superan los 12.000 euros anuales según varios portales del sector, y en
Sudáfrica, esa cifra sería de unos 35.000 euros anuales.
España, por lo tanto, queda fijada como
país de ingresos medios y bajos a lo que el sueldo anual de un médico se refiere, aunque lideraría el ranking de ese grupo.
Migración de los profesionales
El artículo publicado en
The Lancet recalca que la inestabilidad económica, social y política en muchos de los países de ingresos medios y bajos provoca
nuevas oleadas de migración de los sanitarios, agravando la presión sobre los sistemas ya sobrecargados de esos países. El movimiento de los profesionales que emigran a países de ingresos altos y el cambio del facultativo del sector público al privado,
pone en peligro los sistemas de salud, según los científicos que firman dicho artículo.
Ponen cifras al fenómeno. Y es que el
15 por ciento de los trabajadores del sector salud está llevando a cabo su carrera fuera de su país de nacimiento o de formación. Es un problema, alertan, de países de bajos ingresos como Nigeria, puesto que
al año unos 2.000 médicos abandonan la región africana en busca de mejores oportunidades, dejando el ratio en
cuatro médicos por cada 10.000 habitantes.
Pérdidas económicas
El traspaso de los profesionales sanitarios de los
hospitales públicos a los privados supone un problema no menor para el sistema de salud. En el artículo publicado en
The Lancet, los tres investigadores recalcan que ese movimiento tiene varios factores. Entre ellos se encuentran las
malas condiciones laborales, las oportunidades insuficientes para una carrera profesional,
inadecuadas infraestructuras para la investigación y la inestabilidad política.
Una de las consecuencias de ese movimiento de lo público a lo privado supone para los Estados
grandes pérdidas monetarias. Por ejemplo, en Sudáfrica, país de ingresos medios, la migración de sus profesionales sanitarios le supone un
agujero económico de unos 1'44 mil millones de euros. Son trabajadores que se han formado en el país, pero que después se marchan a otros lugares a seguir sus carreras profesionales. Ese desplazamiento es el que supone un coste importante a los países de origen como Sudáfrica, ya que
no reciben en sus arcas públicas el dinero invertido en la formación de algunos de sus profesionales.
En España, según el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (Cgcom), el año pasado
dejaron el país un total de 2.504 facultativos. Sin embargo,
llegaron al Estado 4.293 médicos, lo que deja un
saldo positivo de 1.789 sanitarios. Una cifra positiva para nutrir el Sistema Nacional de Salud (SNS) de profesionales. La mayoría de ellos
llegaron de Argentina, Colombia y Ecuador.
Ante la difícil situación de hacer frente a las pérdidas que tienen en los países de bajos y medios ingresos, el artículo publicado en
The Lancet incide, como solución a la problemática, en
dotar de recursos a los sistemas sanitarios. Sin ese apoyo a sus profesionales y sin ofrecerles condiciones competitivos con el sector privado, el sistema sanitario
acabará costando vidas y dinero, sentencia.
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