El Sistema Nacional de Salud (SNS) podría incorporar una especialidad más en su catálogo. Y es que la
Asociación para el Estudio de la Biología de la Reproducción (Asebir) ha presentado de manera oficial la solicitud para la creación de la disciplina de
Embriología Clínica. Una rama que se centrará en la Medicina Reproductiva y los distintos procesos para garantizar las
técnicas de reproducción asistida en la infraestructura sanitaria del país. Una petición al Ministerio de Sanidad sustentada en más de tres décadas de trabajo y fortalecimiento del sector en España.
"En verdad,
no se trata tanto de una nueva especialidad, ya que llevamos más de 30 años trabajando en el ámbito de la Biología Reproductiva en España. Desde que nació el primer niño con estos métodos en 1984", ha indicado el presidente de Asebir, Antonio Urries, a
Redacción Médica. El principal objetivo de la organización con esta iniciativa es
regular su actividad, que no ha dejado de crecer en los últimos años. Según datos de la Sociedad Española de Fertilidad,
más de 40.000 nacimientos se produjeron en 2021 tras la realización 165.453 ciclos de fecundación in vitro y 33.818 de inseminación artificial.
Un avance que favorecerá el impulso de la
calidad y la homogeneidad de la formación de dichos sanitarios y, por ende, incidirá en una mejora de la seguridad de los pacientes que se someten a este tipo de intervenciones. "La persona tiene derecho a saber que el profesional que está manejando sus gametos y embriones, que son
su futuro reproductivo, está bien formado, en base a un plan reglado", ha puntualizado el representante de Asebir. "Obviamente no se trata de crear una nueva especialidad, sino de regular algo que llevamos haciendo desde el nacimiento del primer bebé en España, que fue en el año 1984", matiza.
Problemas por falta de regulación
La necesidad de contar con unas competencias regladas para ejercer como embriólogo sustentaría el nivel del sistema, ya que Urries apunta que "
los contratos que se están realizando, por ejemplo en los centros públicos, son de gestor, de administrativo o de técnico, pero
no corresponden a la categoría profesional que realmente se necesitaría".
Además, advierte que, sin un marco reglado, "cualquier persona con un mínimo de formación podría considerar que ya puede llevar un
laboratorio de reproducción asistida", poniendo en riesgo la calidad asistencial. "Somos los primeros que queremos que se garantice, de forma que la gente que realmente esté trabajando sea gente realmente formada en base a unas competencias y actividades de una forma arreglada, no que cualquier con un mínimo de formación se considere que ya puede llevar un laboratorio para la reproducción asistida. Pensamos en la
calidad asistencial y en la defensa de la seguridad de los pacientes", continúa.
La regulación también es clave para garantizar la homologación profesional en el ámbito internacional. "Mientras no tengamos la especialidad, nos arriesgamos a que
cualquier profesional del extranjero pueda venir a trabajar aquí a España, y, en cambio, los profesionales españoles, por muy buena acreditación y por muy buena formación que tengan, no pueden trabajar en otros países. No hay un libre mercado porque lo primero que piden los otros países es que se garantice que ese profesional está formado, y
esa garantía la tiene que dar el Estado", señala.
Una vía FSE multidisciplinar
Para solucionar estas carencias, la propuesta de la solicitud presentada es la creación de "una
especialidad multidisciplinar que vía
FSE permita regular la formación de la gente que va a trabajar en esos centros, exactamente igual que cualquier otra especialidad, como puede ser Inmunología o Laboratorio Clínico, que actualmente ha sido la fusión entre Análisis Clínicos y Bioquímica Clínica", explica. Se prevé que médicos, biólogos y farmacéuticos puedan acceder a esta formación reglada, aunque la Comisión de la Especialidad será la encargada de
definir los criterios de acceso a la especialidad.
Urries enfatiza que la prioridad no es tanto
crear nuevas plazas, sino regular a quienes ya ejercen: "Lo primero que tenemos que hacer es regular a la gente que ya estamos realizando esa actividad. Luego, a partir del momento que esté regulado, pues obviamente la creación de nuevas plazas dependerá de los
exámenes MIR".
Aunque la actividad en Embriología Clínica se remonta a 1980, se trata de un área estratégica relativamente reciente dentro de la salud reproductiva: "Parece que son muchos años, pero no son tantos, con lo cual es una especialidad joven en la cual la reposición en estos momentos de la gente que está trabajando sigue siendo joven", explica Urries. "No podemos demostrar, o el Estado no nos permite demostrar, que realmente estamos capacitados para realizar este trabajo", concluye.
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