La relación con el paciente y su proximidad hacia él es lo que hace que los médicos abandonen un mero papel técnico para convertirse en auténticos profesionales de la Medicina. Se trata de una transición fundamental para la que, en ocasiones, es necesario que el galeno pase por el papel del enfermo, y de esta manera entienda sus necesidades y preocupaciones.
Esta evolución está reflejada en el metraje de ‘El doctor’, un filme estadounidense del director Randa Haines que data de 1991, y cuyo protagonista, interpretado por William Hurt, muestra el cambio de rol de un frío cirujano que, tras verse en la piel del paciente, se humaniza a sí mismo y su relación con los enfermos, valorando sus opiniones y sus desasosiegos.
Aunque la película, que ha sido objeto de coloquio en tercera sesión del Cinefórum que organiza el Instituto de Innovación y Desarrollo de la Responsabilidad Social Sociosanitaria (Inidress) dedicado a la humanización de la atención sanitaria, es el reflejo de la práctica asistencial en Estados Unidos, Julia Fernández Bueno, presidenta del Comité de Ética del Hospital Universitario de la Princesa de Madrid, considera que muestra bien “el cambio de un técnico que realiza un oficio, a un profesional de la Medicina. No veía enfermos, sino enfermedades; de ahí que no conectara con los pacientes. No tenía el cuentan la biografía del paciente, sino la biología, y de ahí que descartara cualquier empatía”.
Javier García Pérez, Julia Fernández Bueno y Luis Antequera.
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Sin embargo, sin empatía “no puede haber compromiso entre médico y paciente”. La actitud del protagonista Jack Mackee, no cambia hasta verse en la situación del enfermo, “de la que aprende y conoce unos valores y creencias de una situación vital que hasta ahora desconocía”, indica Fernández.
Con todo, también avisa de que “un médico puede ser humano sin pasar por una enfermedad”. Pero, bajo su punto de vista sigue habiendo un problema para que la humanización de la atención médica: “los planes de estudio no está preparados para la actividad y práctica asistencial. Aprendemos de una manera y practicamos de otra”, opina, y añade que falta “transversalidad” en materias como la comunicación y la bioética. Aunque también reconoce que cada vez están más presentes en las aulas.
Por su parte, Javier García Pérez, coordinador del área TIR de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), considera que la película también supone “la crítica de un sistema sanitario como el de Estados Unidos, con una visión instrumental y economicista de la medicina. Podría haberla utilizado el presidente Barack Obama para defender” los cambios que ha puesto en marcha en la sanidad americana, una serie de medidas que ha dado forma al ‘Obamacare’.
El escritor Luis Antequera comparte este punto de vista, y añade que “la película no deja títere con cabeza en lo que se refiere a la relación médico-paciente”.
Un momento del coloquio celebrado en el Cinefórum celebrado por Inidress.
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