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El hábito dietético, asignatura pendiente del enfermo renal

Los especialistas centran su esfuerzo en la formación del paciente

Francisco Brenes.

29 abr 2016. 13.20H
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POR REDACCIÓN
“Se debe impulsar el conocimiento, manejo y autocontrol de los pacientes con patologías urinarias e incentivarlos para que adopten los adecuados cambios en sus hábitos dietéticos e higiénicos como medida necesaria e imprescindible para la mejora de sus problemas de salud”, según ha declarado este viernes Francisco Brenes con motivo de la celebración en Girona de las IV Jornadas Nefrourológicas de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).

Brenes, presidente del Comité Organizador de las jornadas, y médico de Familia en el Centro de Atención Primaria Llefià de Badalona, ha enfatizado que aspectos como el autosondaje o el cumplimiento de las correctas medidas autohigiénicas y dietéticas posibilitaría una reducción del impacto de las enfermedades nefro-urológicas “sin dejar de lado, evidentemente, la detección precoz y el acertado tratamiento de la patología por parte de los médicos de Atención Primaria y los urólogos”, según ha matizado.

María Lourdes Martínez-Berganza, presidenta del Comité Científico, ha comentado que “el objetivo principal de las jornadas reside en la mejora de la competencia profesional de los médicos de Familia, en el abordaje y tratamiento de las enfermedades nefro-urológicas más prevalentes en nuestras consultas mediante la actualización activa de los conocimientos, para que nos permita conseguir un beneficio en  la calidad asistencial que ofrecemos  a los pacientes”.

El programa científico incluye la actualización del abordaje de diversas patologías muy prevalentes, tanto urológicas como de patología renal. “Vamos a informar sobre las últimas evidencias y recomendaciones en el abordaje de la hiperplasia benigna de próstata (HBP) en el varón y de los síntomas del tracto urinario inferior (LUTS), tanto en el varón como en la mujer, y conoceremos qué papel desempeñan en la función renal los distintos fármacos que utilizamos en el tratamiento de la patología cardiovascular”, según ha explicado Martínez-Berganza.

El médico de Familia es el encargado de prevenir, diagnosticar y tratar en primera instancia al paciente nefro-urológico; pero aunque es cierto que la HBP es muy frecuente en los varones, sobre todo a partir de los 50 años, “no siempre que un paciente varón tiene molestias del tracto urinario es por próstata”, ha advertido el presidente de las jornadas.

“Existen patologías no tan conocidas y muy prevalentes que afectan tanto al varón como a la mujer como ocurre con la vejiga hiperactiva, la incontinencia urinaria, infecciones urinarias, tumores vesicales y de próstata, y la enfermedad renal, tanto aguda como crónica, en la que debemos valorar los factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión arterial y la diabetes”, ha añadido Brenes.

Se estima que alrededor de cinco millones de personas padece una enfermedad renal crónica. En este sentido, Francisco Brenes cree que las líneas de actuación deben ir dirigidas a la mejora de los aspectos preventivos y de diagnóstico precoz, sobre todo en las personas de riesgo, y que debería evitarse el uso de fármacos nefrotóxicos, sobre todo Aines (anti-inflamatorios no esteroideos), y disminuir la ingesta de sal, junto a un buen control de las cifras de tensión arterial y una mejora de los niveles glucémicos en los diabéticos y los niveles de colesterol y triglicéridos en la población general y de riesgo.

Relación entre el médico de AP y el urólogo

Aunque todavía se debe potenciar la relación que existe entre los urólogos y los médicos de Familia, “el nivel de colaboración ha mejorado mucho en los últimos años, fundamentalmente por el conocimiento mutuo a partir de la elaboración de diversos cursos y documentos conjuntos, entre los que destacan los criterios de derivación en HBP”, ha destacado Brenes. En este sentido, este tipo de jornadas, como las que se están celebrando en Girona, “favorecen el acercamiento entre los urólogos y los médicos de Familia”.

De hecho, se están elaborando a nivel comarcal protocolos consensuados entre los dos niveles asistenciales que están permitiendo un mejor control y seguimiento compartido del paciente urológico. Según Brenes, “esta buena relación a nivel de sociedades debería extenderse a nivel, local y autonómico, donde aún existen ciertas reticencias en algunos urólogos y médicos de Atención Primaria”.               

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