El acoso sexual en estudiantes de Medicina se mantiene muy presente en la actualidad. Un reciente
estudio publicado en la revista BMC Medical Education revela que una de cada cinco mujeres estudiantes de esta profesión ha sido
víctima de acoso o abuso sexual durante su formación. Dado este escenario, la Universidad de Augsburgo, en Alemania, desarrolló, implementó y evaluó en un taller práctico de 90 minutos de duración,
cómo abordar estas situaciones, lo que incluye la necesidad de protocolos y programas en una etapa temprana.
Fueron un total de
20 los estudiantes que participaron en la iniciativa, durante cuatro sesiones. "Las mujeres reportaron significativamente
más experiencias personales de acoso sexual, mientras que los hombres reportaron una tendencia ligeramente mayor a abordar directamente el acoso sexual", indican los resultados del seminario, aunque la diferencia "no fue estadísticamente significativa".
El objetivo fue capacitar a los
estudiantes de Medicina para reconocer y responder al acoso laboral e incorporó
métodos interactivos y escenarios de juegos de roles que permitieran facilitar el aprendizaje y la práctica de estrategias de comunicación. Para conocer los resultados, todos los participantes completaron un
cuestionario de evaluación, que proporcionó una autoevaluación retrospectiva de su capacidad para identificar y responder al acoso sexual.
"Tras el taller, los participantes reportaron
sentirse significativamente mejor preparados en su autoevaluación. No se observaron diferencias significativas de género", señalan algunas de las conclusiones, que también recomiendan
ampliar el programa e impartirlo en una etapa temprana de la formación universitaria.
Pese a que se reconoce la existencia del problema, la mayoría de los planes de estudios de Medicina
carecen de formación estructurada sobre cómo manejar el acoso sexual en el ámbito clínico. "Si bien la formación en habilidades de comunicación se ha integrado cada vez más en la formación médica, siguen sin existir orientaciones específicas ni ejercicios prácticos para abordar" esta situación, indica, destacando la
necesidad de establecer protocolos.
Limitaciones del taller para abordar el acoso
Aunque se trata de una iniciativa que debería replicarse y ampliarse, el estudio también considera "varias limitaciones al interpretar los hallazgos" del piloto. La primera de ellas es que la
participación en el seminario fue voluntaria, "lo que podría haber introducido un
sesgo de selección". Sin embargo, el taller fue "evaluado positivamente por los participantes", quienes pusieron en valor especialmente los ejercicios de rol y la capacitación en comunicación.
Otro factor fue el "
pequeño tamaño de la muestra", que limita la potencia estadística e impide realizar análisis de subgrupos robustos". Además, señalan que la evaluación se basó "exclusivamente en la autoevaluación retrospectiva", que "no mide el
cambio de comportamiento real ni la aplicación de habilidades a largo plazo". Por ello, destaca que en el caso de estudios futuros, es necesario
incorporar un seguimiento longitudinal y medidas conductuales para evaluar el impacto en el mundo real.
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