Existe un
desconocimiento destacado acerca de la
hepatitis C, sus posibles repercusiones, vías de transmisión y formas de diagnóstico que contribuye a una deficitaria y preocupante concienciación social en materia de hábitos preventivos y
estigmatización social asociada a esta enfermedad. Esto, unido al carácter asintomático de la hepatitis C, se traduce en un incremento del riesgo de transmisión, una detección precoz más complicada, un horizonte de
erradicación de la patología, cuando menos, difícil, y un contexto estigmatizador que afecta a la calidad de vida de los pacientes. Según los especialistas, la herramienta más eficaz para sortear estos obstáculos es la información.
Así lo revela el informe
Percepción social de la hepatitis C en España, promovido por
Fundación Más Que Ideas y la
Federación Nacional de Enfermos y Trasplantados Hepáticos (Fneth), con el apoyo de
MSD. Tal y como han explicado sus promotores, el informe se ha realizado para analizar el grado de conocimiento de la población acerca del virus de la hepatitis C y las actitudes potencialmente estigmatizadoras hacia la enfermedad a fin de identificar las
áreas de intervención prioritarias para el control de la patología, que han resultado ser la prevención, el diagnóstico y el estigma.
“Valoramos muy acertadamente este tipo de iniciativas, pues ayudan tanto a los pacientes como a las asociaciones de pacientes a conocer más y mejor aspectos fundamentales de la hepatitis C”, ha declarado
Jesús Fargas, responsable de Relaciones Institucionales y de
VHC en Fneth, señalando las demandas más importantes para los afectados: “La primera, por fundamental, es la curación, por lo que hemos trasladado a las autoridades sanitarias la necesidad de tratar a los pacientes diagnosticados con los
nuevos AAD, que desde finales del 2014 están incorporados en nuestra cartera de medicamentos”. Fargas ha reclamado “campañas explicativas que hagan hincapié en los aspectos preventivos y trasladen con claridad las vías de contagio de la patología” y la “eliminación de todo atisbo de estigmatización o discriminación, realizando para ello esfuerzos explicativos sobre cómo se transmite la enfermedad”, y ha hecho también un llamamiento a la generosidad de los ciudadanos para la
donación de órganos.
El desconocimiento favorece el estigma
Por su parte,
Diego Villalón, presidente de Más Que Ideas, ha coincidido en que “el estigma afecta a muchas personas con hepatitis C y hemos podido comprobar cómo estas actitudes estigmatizadoras están relacionadas con el desconocimiento en torno a la enfermedad”. “Por ello, es necesario que las autoridades sanitarias, la comunidad científica y la sociedad civil nos unamos para promover
iniciativas educativas y de concienciación que transmitan la realidad de esta enfermedad, conciencien para evitar situaciones de discriminación y desmitifiquen muchas de las ideas preconcebidas que tiene la población sobre la hepatitis C”, ha añadido Villalón.
A pesar de ser una enfermedad con cierta visibilidad entre la población,
una tercera parte de la misma no ha oído hablar de la hepatitis C, una de cada cinco personas no sabe que el
hígado es el principal órgano afectado, y entre un 30 y un 40 por ciento no asocia la patología con la cirrosis y el cáncer de hígado, respectivamente, pese a que son sus complicaciones más frecuentes y las principales causas de muerte en personas con esta enfermedad. Más aún: el porcentaje de encuestados que no sabe o no cree que sea posible
curar la hepatitis C supera el 40 por ciento, a pesar de los resultados esperanzadores de los últimos avances terapéuticos en términos de curación.
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