El fenómeno de la
digitalización afecta ya a cualquier sector básico de la sociedad, y el sanitario no es ajeno a ello. Uno de los grandes avances experimentados en este sentido tiene que ver con el desarrollo de portales y aplicaciones para dispositivos móviles que facilitan a los pacientes el
acceso a su historia clínica, incluyendo los resultados de
pruebas diagnósticas. Pero, ¿qué pasa cuando no se entiende lo que pone en el informe y se tarda mucho en conseguir cita con el médico para que explique esos datos? Que uno acude a donde menos conviene: la consulta del
doctor Google, lo cual, según
Jacinto Bátiz, responsable de Bioética de la
Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), no sólo puede llevar a “diagnósticos equívocos”, sino también a “generar
angustia innecesaria”. “Esto suele ser bastante habitual y a la vez muy perjudicial para el enfermo. Además, puede llegar a deteriorar la relación de confianza médico-enfermo”, añade Bátiz, quien, por ello, lo tiene claro: “Para evitar eso es fundamental que se
agilicen los tiempos de respuesta en las citas”.
El
derecho del paciente a consultar su historia clínica está recogido en el artículo 18 de la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones en materia de información y documentación clínica. El propio
Sistema Nacional de Salud (SNS) ofrece la posibilidad de que los usuarios accedan a su Historia Clínica Digital y a “determinados documentos clínicos generados en cualquier Servicio de Salud del SNS” por medio de Cl@ve permanente, DNI electrónico o certificado digital. Pero también hay comunidades autónomas que ya cuentan con sus propios portales o aplicaciones móvil para ello, como es el caso de
Madrid, a través de su Tarjeta Sanitaria Virtual; Andalucía, con la app
ClicSalud+; Cataluña, por medio del portal y aplicación
La Meva Salut; y en Baleares, con su
Portal del Paciente del Servicio de Salud.
Por su parte, el
Código de Deontología Médico refleja, en su artículo 10.1, el deber del médico de “respetar el derecho del paciente a estar informado” de todas las fases del proceso asistencial. Pero Bátiz advierte: “Las pruebas que solicita un médico serán una ayuda necesaria para confirmar un diagnóstico, pero no olvidemos que son complementarias: hay que
contextualizar sus resultados con la clínica que presenta el enfermo para poder llegar a una conclusión diagnóstica. Es el médico referente del enfermo quien debe explicar dichos resultados en relación con el diagnóstico definitivo”.
La mayoría de los pacientes espera más de un día para obtener cita
La primera oleada de 2023 del
Barómetro Sanitario, la encuesta que elabora el
Ministerio de Sanidad a partir de las opiniones de pacientes, refleja que
el 70 por ciento de los entrevistados esperó más de un día entre su llamada para pedir cita y el día en el que fue atendido “porque
no había cita antes”. Por su parte, al 11,6 por ciento se le atendió al día siguiente de llamar, el 9,2 por ciento fue atendido el mismo día que pidió cita y el 5,8 por ciento de los encuestados esperaron más de un día “porque les interesaba o les venía mejor”.
El Código Deontólogico recoge, en su artículo 18,3: “el tiempo necesario para cada acto médico debe ser fijado por el criterio profesional del médico, teniendo en cuenta las necesidades individuales de cada paciente y el deber de procurar la mayor eficacia y eficiencia en su trabajo”. O, dicho de otro modo, según Bátiz: “No podemos exigir que el paciente se adapte al sistema, sino que
el sistema se ha de adaptar al paciente según sus necesidades”. De ahí que señale la necesidad de que se articulen medidas que acaben con la saturación de la Atención Primaria y, por consiguiente, con las esperas impacientes de los usuarios que les conduzcan al autodiagnóstico.
Las Urgencias en Primaria crecieron un 10 por ciento en 2022
La
saturación de las listas de espera y los largos tiempos para conseguir cita lleva a muchos pacientes a ir directamente a
Urgencias para no esperar demasiado en ser atendido. Según datos del
Sistema de Información de Atención Primaria (SIAP) de Sanidad, el SNS atendió en 2022, aproximadamente,
3 millones de Urgencias en Primaria más que el año anterior, casi un
10 por ciento más que en 2021.
El dato contrasta con la caída en el número de
consultas ordinarias prestadas entre ambos años: en 2021 se prestaron 453 millones de consultas, mientras que en 2022 la cifra cayó hasta los 413,1 millones, lo que se traduce en un
descenso del 8,8 por ciento.
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