Víctor Pedrera pone en valor la actuación de
Gabriel del Pozo al frente de la
Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), marcada inevitablemente por la pandemia del Covid-19, aunque rechaza que su candidatura sea “continuista”. “Somos nosotros los que queremos renovarla”, defiende el vicesecretario general de la confederación, quien asegura que lo primero que hará si resulta vencedor en las elecciones del próximo 25 de mayo es ponerse en contacto con la ministra de Sanidad,
Mónica García,
para transmitirle las inquietudes del colectivo médico y calendarizar las negociaciones.
Sobre la aparición de una
candidatura alternativa encabezada por Ángela Hernández, la responsable de
Amyts (Asociación de Médicos y Titulados Superiores), el también secretario general de CESM en la Comunidad Valenciana considera que se trata de una circunstancia “normal en una
organización democrática”, y afirma que se pondrá
“a disposición” de la mandataria madrileña en caso de que gane. “Espero que, si sucede lo contrario, hagan igual”.
¿En qué momento dio el paso para suceder en el cargo a Gabriel del Pozo? ¿Cómo surgió su candidatura?
En un principio intentamos consensuar todos los candidatos, pero desde Amyts se trató de imponer a una serie de personas y de puestos para sostener la nueva ejecutiva. A nosotros no nos pareció adecuado, principalmente por el hecho de que Madrid ya ostentaba desde hace cinco años la Secretaría General de la CESM (
Gabriel del Pozo, secretario general saliente de CESM, fue presidente de la central madrileña). Ahora consideramos que es el momento de que otro sindicato tome la palabra. Somos nosotros los que queremos renovar, no somos continuistas. Hemos hecho un cambio casi completo de la permanente, el único que repite soy yo y opto a un puesto distinto.
¿Por qué no ha sido posible ese consenso para una candidatura única? Ha hecho mención a condiciones inasumibles en la lista de candidatos. ¿Ha habido otros factores?
Esa pregunta les será más fácil de contestar a quienes realmente no han sido capaces de conseguir ese consenso. Es verdad que hay discrepancias, y todas son muy respetables. Nosotros creemos que tiene que haber un cambio en la Secretaría General, que ya ha ostentado durante cinco años Amyts, pero ellos no lo valoraban como una posibilidad.
"La influencia de los médicos es inferior al peso que tienen en la sanidad"
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¿Le sorprendió esta deriva de los acontecimientos?
A mí no me sorprende. Creo que es una situación normal en una organización democrática, que haya dos candidaturas que aspiren a dirigir los designios de la CESM. Ya ha ocurrido en otras ocasiones, no le doy más importancia.
¿Teme una imagen de fractura interna?
No. Insisto en lo que he dicho, hablamos de cambios de personas, de la forma de hacer las cosas, pero los objetivos son prácticamente idénticos. Todos sabemos cuáles son las problemáticas que afectan al colectivo médico, y en ese aspecto las diferencias de las dos candidaturas son prácticamente nulas. Tenemos una posición que lleva muchos años sometida a los malos planes de la Administración, que nos ha dejado de lado desde la pandemia y que dejó descubiertas las deficiencias del sistema sanitario.
¿Cuáles son?
Por un lado tenemos el problema referente a la falta de profesionales, que no es nuevo pero se está agudizando. También hay que denunciar lo que está pasando en los últimos años con la elección de
plazas MIR, que refleja que los médicos jóvenes huyen despavoridos de la Atención Primaria. Sacar más plazas MIR no parece que vaya a ser la solución.
La fuga de profesionales es consecuencia de las pésimas condiciones laborales que tienen los médicos en comparación con los países de nuestro entorno. Tenemos una generación que se mueve con una facilidad tremenda y que se irá donde mejor les traten, donde no les pongan agendas de 50 o 60 pacientes, como ocurre aquí; ni les obliguen a hacer siete u ocho guardias. Donde a una persona que tenga 55 años no tenga que hacer esas guardias de 24 horas, ni un proceso de consolidación de empleo tarde tres o cuatro años en solucionarse. Conozco compañeros que aprobaron su examen y han fallecido antes de incorporarse a la plaza. Es una barbaridad.
Todos esos problemas están haciendo que nuestros compañeros huyan o se planteen alternativas fuera de nuestro país. Estamos formando médicos para que Alemania o Inglaterra se los lleven sin haber invertido ni un solo euro.
Esos problemas que cita se están abordando en las negociaciones para la actualización del Estatuto Marco del personal estatutario de salud, en las que participa CESM. ¿Qué medidas propone para mejorar la situación de los profesionales de Medicina?
Por desgracia, el Estatuto Marco se lleva negociando desde hace más de dos años y con tres ministros diferentes en un formato, como es el del Ámbito de Negociación, que deja para la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos un margen de influencia ridículo. Coincido en lo que dice Ángela Hernández: desearíamos, y creemos prioritario, que haya un
Estatuto propio de la profesión médica. Lo hemos pedido por activa y por pasiva. Yo estuve en las primeras reuniones del Ámbito y esa fue una de las primeras peticiones que hicimos, pero es una línea roja que la Administración no está dispuesta a atravesar. Por lo tanto, el margen que tenemos es sinceramente nulo.
¿Y a nivel interno?
En lo que respecta al funcionamiento y organización de nuestra confederación, lo primero es la reforma de los estatutos, que no se han podido concretar porque no ha habido consenso entre los sindicatos.
¿Por qué?
Fundamentalmente, por diferencias de criterio a la hora de valorar qué central ‘pesa’ más y cuál menos. Estamos completamente de acuerdo en que, cuanto más grande sea y más afiliados tenga un sindicato, más peso deberá tener, pero necesitamos elementos de corrección. Hablamos, por ejemplo, de los de Ceuta y Melilla, que están teniendo problemas importantes con sus condiciones laborales y necesitan un apoyo y una preponderancia mayor que la que les dan sus 150 afiliados. Es cierto que hay que hacer una reforma, pero hay matices que pulir para que haya una participación de todos, de grandes y pequeños.
¿En cuánto tiempo sería posible llevar a cabo esa reforma?
Si por mí fuera, en una semana. Veremos si somos capaces de llegar a eso en tan poco tiempo, pero yo creo que está muy avanzado. Solo faltan matices por pulir. Hay que tener la mente abierta y voluntad de alcanzar ese acuerdo. Es verdad que ha habido sindicatos que no han accedido a dar esa preponderancia a los sindicatos más pequeños, y nosotros compartimos que el sindicato más grande tiene que contribuir más en la financiación y tener más peso a la hora de tomar decisiones. Pero, insisto, esto es una confederación, no un sindicato, y hay representadas 17 organizaciones de 17 comunidades autónomas. Todas tienen que tener, al menos, un suelo de importancia a la hora de tomar decisiones.
Antes ha hecho referencia a la necesidad de dar forma a un Estatuto específico para la profesión Médica. ¿Qué consecuencias podría tener?
El problema es que el peso del colectivo médico es inferior al de la importancia que este tiene en la sanidad. En una plantilla de un servicio de salud, la representatividad de los facultativos no rebasa el 17 por ciento, por lo que su nivel de presión es bajo. Solo hay que ver el Ámbito. He estado en bastantes reuniones y el único médico que había era yo.
El médico tendría una representatividad propia, porque sus características y forma de trabajo son distintas a las de otros colectivos donde se hacen guardias, no se tiene atención continuada y el nivel de responsabilidad es más bajo.
¿Qué medidas se van a adoptar al respecto por parte de CESM?
Vamos a seguir denunciándolo a través de nuestros sindicatos regionales y no descartamos que se adopten otro tipo de medidas que tenemos que acomodar. Pero, evidentemente, no nos parece inteligente la postura de la Administración.
Si el sábado, durante el Congreso Confederal que celebra CESM en Murcia, sale designado secretario general de CESM, ¿cuál será la primera decisión que adopte?
La primera acción que haremos será llamar a la ministra y pedirle una reunión para plantearle nuestros problemas. Esperamos que nos reciba y establecer un calendario de reuniones, una línea de trabajo que nos permita ir aportando soluciones a las carencias de la sanidad pública.
"Amyts ostenta desde hace cinco años la Secretaría General de CESM, es hora de que otro tome la palabra"
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Precisamente, una de las críticas de la candidatura alternativa que abandera Ángela Hernández radica en una supuesta falta de protagonismo de CESM en las mesas de negociación con el Ministerio de Sanidad. ¿Hay que reforzar la interlocución con las administraciones?
Claro que hay que reforzarla, pero eso depende de las herramientas que nos dé la Administración para tener representatividad. Por mucho que cualquiera de nosotros se empeñe, quien marca las reglas del juego es el Ministerio. Y nosotros estamos con unas reglas que no son las más adecuadas. Hasta que se cambien, nuestra capacidad de influenciar va a ser francamente baja. Aunque sea por egoísmo y por intentar cumplir con su misión, la Administración tiene que mantener la sanidad a flote, y si no se cuida a los médicos, la sanidad se va al garete.
¿Cuál será el primer mensaje que transmita a la ministra, Mónica García?
Que tengo la mano tendida. Por supuesto, reclamaremos una vez más la necesidad de tener una línea de interlocución directa entre la profesión médica y el Ministerio. Hemos hablado del Estatuto propio, pero se puede establecer de muchas formas para abordar los problemas que planteamos como el de las guardias, la falta de médicos, las homologaciones de títulos. Algunas serán más viables y otras menos, pero, por lo menos, esperamos que se sientan a discutirlas.
¿Qué valoración hace de la gestión de CESM a lo largo de la última legislatura? ¿Qué se puede mejorar y qué hay que seguir potenciando?
En este sentido, discrepo de las declaraciones que ha hecho Ángela. La junta saliente, que, insisto, ha estado presidida a propuesta de Amyts por Gabriel del Pozo, ha estado a la atura a pesar de que le ha tocado lidiar con la pandemia, con las denuncias al Ministerio de Sanidad por la falta de mascarillas, por la utilización de mascarillas ‘fake’… Ha habido muchos problemas que parece que se han olvidado pero que han marcado el devenir de los últimos cuatro años. Y se ha trabajado como nunca. Evidentemente hay margen de mejora, siempre lo hay, porque la situación de la sanidad es dinámica. Aparecerán circunstancias nuevas y tenemos que estar preparados y alertas para poderlas abordar.
Una vez concluya el proceso electoral de CESM, ¿qué escenario se abrirá? ¿Podrá haber reconciliación entre las dos candidaturas?
No considero que haya necesidad de reconciliación porque tengo una absoluta conciliación con todos los compañeros y sindicatos de la otra candidatura. Si ganan ellos, nos pondremos a su disposición para seguir trabajando de forma coordinada, y espero que si sucede lo contrario ocurra exactamente lo mismo. No me cabe en la cabeza otra respuesta por su parte.
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