"He vivido mi última guardia médica con emoción, soportarlas es inhumano"

Santiago Mencía, médico de UCI Pediátrica del Hospital Universitario Gregorio Marañón de Madrid, ha realizado su última guardia tras 30 años ejerciendo en este centro. Un 'logro' que ha celebrado ya que considera que estas jornadas de 24 horas son "inhumanas" y los profesionales las viven con "con un grado de estrés muy elevado". 

"Fue el sábado 20 de julio. Suelo ir en moto al hospital pero cuando estoy de guardia voy andando. Durante el camino al hospital fui recordando momentos difíciles que he tenido, todos los hospitales en los que realicé guardias", relata a Redacción Médica. "La viví con emoción de que llevas 30 años realizando guardias y que está es la última. Fue muy emotiva también porque los compañeros, tanto médicos como personal de Enfermería, se esforzaron para que no la olvidara. Me hicieron una serie de bromas. Hubo muchas emociones y muchas felicitaciones", ha sentenciado el especialista en Medicina Intensiva. 

Hoy salgo de mi última guardia de 24h después de 30 años. Aprox unos 3 años de mi vida de guardia y otros 3 saliente.
Muchos buenos recuerdos y mejores compañeros. Pero es que he olvidado el estres de una guardia en cuidados intensivos pediátricos.
Hay q eliminar guardias 24h YA pic.twitter.com/fYDCUjsQ7q

— Santiago Mencía (@SantiMenci) July 21, 2024

Mencía explica que a pesar de ser turnos "fundamentales" el problema radica en la duración. "Quizás habría que darle una vuelta para intentar organizarlo de tal forma que no fueran tantas horas seguidas", explica. El facultativo ha reconocido que las guardias de 24 horas tienen una serie de puntos positivos y negativos. En el marco de los primeros se encuentra "el poder trabajar con compañeros; realizar un trabajo en equipo y que veas que da resultado", que en su caso es "poder salvar la vida de un niño, que es de las cosas más grandes que puedes realizar".

"En cuanto a las cosas negativas, creo que no está valorado la realización de guardias por parte de las administraciones y es importante el intentar no aprovecharse de las situaciones laborales de algunos médicos con contratos basuras como son los contratos de guardia", ha comentado Mencía.

El médico confiesa que experimentó este tipo de contratación cuando comenzó como intensivista pediátrico hace tres décadas. "Tenía un contrato de nueve guardias al mes y me daban de alta y de baja en la Seguridad Social el día de la guardia y tenía que ir de saliente al INEM para darme de baja. Eso ya era lo más degradante".

En esta línea, Mencía ha comentado que se debería cuidar "la estupenda sanidad pública que tenemos" ya que, de seguir por este camino y con contratos de este tipo, "cada vez van a ser menos las personas que se quieran sacrificar haciendo Medicina".

Tres años de su vida en el hospital haciendo guardias

El especialista ha señalado que comenzó a hacer guardias en enero de 1995 y ha pasado "muchas horas en el hospital como cualquier otro trabajador " aunque, en su caso, lo ha hecho "yendo contento" cada día.

Asimismo, Mencía ha relatado que, durante sus vacaciones en Galicia, ha visto el duro trabajo que realizaban los empleados de una empresa de conservas y ha llegado a la conclusión de la "suerte" que ha tenido de ejercer en una especialidad como la Pediatría y en una subespecialidad como son los Cuidados Intensivos. "Aunque también es duro, me encanta, sobre todo cuando ves que se recuperan los niños".

En esta línea, el sanitario ha calculado el tiempo que ha pasado de guardia en un hospital en estos 30 años ejerciendo. "He tenido momentos de contratos de guardias en los que he hecho ocho y nueve guardias al mes y otros momentos en los que siendo adjunto senior he hecho menos guardias, entorno a tres al mes. Si quitamos las vacaciones de verano y de Navidad y ponemos de media tres guardias al mes serían tres años de mi vida que he estado dentro del hospital solamente haciendo estos turnos".

Mencía ha remarcado, a raíz de hablar de las guardias, que estas jornadas de 24 horas tienen una particularidad "bastante injusta". "Estos días de guardia no nos los computan a la hora de la jubilación".

"Los días de guardia no nos los computan a la hora de la jubilación"

Guardias médicas de 24h: momento críticos

El médico de UCI Pediátrica ha señalado que las peores guardias que ha tenido "son las que ha fallecido alguno de los niños que estaban en Cuidados Intensivos. Esa es la parte más dura porque la muerte de un niño es una cosa antinatural y se vive con mucha intensidad" por parte de la familia y por parte de los sanitarios.

"A veces tienes que tener un caparazón para saber aguantar estas situaciones, tener mucha resiliencia porque sino no nadie aguanta trabajando en Cuidados Intensivos Pediátricos durante varios años", ha añadido Mencía.

Para el médico, hay dos situaciones que hacen que la guardia sea de las peores. Por un lado, "la muerte de un niño de forma aguda, sin que lo esperaran los padres" y, por otro, el fallecimiento de un paciente "con el que te encariñas de forma especial". También ha señalado, entre los momentos más difíciles, el momento de comunicar el 'éxitus' a la familia del menor de edad.

En esta línea, ha señalado que, dentro de un turno de 24 horas, hay momentos críticos y complicados. "Pasas de calma absoluta a que te llamen por el busca para decirte que se ha parado un niño en la planta 4ª de Pediatría. De 60 latidos por minuto te pones en 200".

"Los niños tienen una capacidad para salir adelante mucho mayor que los adultos"

Claves para una buena guardia de 24 horas

"Mis mejores guardias siempre han sido las que he tenido situaciones de mucho estrés, un niño que ha llegado de forma brusca, que ha sufrido una parada cardiaca y que, tras la reanimación cardiopulmonar, sale adelante", ha explicado Mencía sobre los mejores momentos en estas jornadas intensivas de 24 horas.

El intensivista pediátrico ha señalado que "da una enorme alegría" que haya un final feliz. "Hemos tenido muchos niños que han salido adelante a pesar de las pocas opciones que tenían". En esta línea, Mencía ha indicado que "los niños tienen una capacidad para salir adelante mucho mayor que los adultos" y eso le ha permitido presenciar, en muchas ocasiones, como los pacientes pediátricos se recuperaban tras estar en situaciones verdaderamente complicadas.