La situación de las
emergencias hospitalarias y extrahospitalarias en España se enfrenta a una
escasez de facultativos que dificulta su configuración. Un problema que para los médicos es
fruto de una "desvirtualización del modelo original" para satisfacer demandas que
no responden a
criterios “técnicos” ni de “salud de la población”. Por lo que auguran que es “
imposible sostener” un modelo de urgencias con el actual número de dispositivos y divisiones profesional, al mismo tiempo que alientan a la simplificación con la remodelación con base en
dos categorías profesionales: profesionales de Urgencias hospitalarias a cargo del hospital y de Familia que atiendan las urgencias extrahospitalarias.
“Hemos convertido esto en un
mosaico de categorías profesionales y dispositivos de urgencias que es muy difícil de organizar. Ahora que los recursos son escasos se destinan según las presiones de unos u otros tomando decisiones que
fomentan el puro consumo sanitario”, reivindica Luis Antuña Montes, presidente del Colegio de Médicos de Asturias, jefe del Servicio de Urgencias del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y miembro de la Comisión Permanente de la Organización Colegial Médica (OMC).
Para el facultativo, las decisiones tomadas que han llevado el modelo inicial a su actual configuración no tienen una justificación médica. “Desde el punto de vista técnico y asistencial
son realmente irracionales y no generan valor, tampoco mejoran la salud de la población ni hacen a los ciudadanos más felices. Tener dispositivos médicos 24 horas en cada barrio y hospitales a 50 kilómetros es una carrera hacia una
accesibilidad 100 por cien pensando que es lo mejor y tengo dudas que sea así”, reflexiona Antuña Montes.
"Se ha desvirtuado el concepto inicial de que la Primara atendía sus urgencias y hospitalaria las suyas”
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El especialista, además, considera que es “evidente” la "imposibilidad de
sostener el número de consultas médicas de urgencias que hay en todos los niveles asistenciales de los diferentes dispositivos, especialmente, si no mejoran la salud de los ciudadanos". “Esto es lo que hay que revisar, hay que hacer un ejercicio de análisis de que
este no es el camino a seguir. Hay que reorientar el sistema en base a criterios técnicos y asistenciales”, detalla el jefe de Urgencias del HUCA.
Una idea original desvirtuada
Según recuerda Antuña Montes, la idea original que fue aceptada por Familia con la creación de la especialidad es que ellos se harían cargo de la atención extrahospitalaria, mientras que las urgencias hospitalarias se encargaban de los casos más graves o si se necesitaba algún medio diagnóstico más.
Sin embargo, según resalta el facultativo, por el camino aparecieron nuevos servicios de emergencia. “Los 061 y los Samur se constituyeron como servicios extrahospitalarios. En estos años el modelo se ha visto sometido a
modificaciones por criterios políticos, de presión de colectivos o de discordancia entre oferta y demanda”, reivindica el especialista.
"Por la presión y la excesiva oferta de médicos se creó la figura de aquellos que solo se dedicaban a la atención continuada y los demás médicos dejaron de hacer guardias"
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Esto provocó la transformación en “17 sistemas diferentes” y donde
“han proliferado distintas categorías profesionales y dispositivos” que atienden las urgencias.
“Se ha desvirtuado el concepto inicial de que la Primara atendía sus urgencias y hospitalaria las suyas”, reflexiona Antuña Montes, quien argumenta su postura recordando la creación de algunos servicios que fue delegando Primaria como los SUAP o los SAR.
En ese sentido, Antuña Montes recuerda que cuando se formó en Medicina de Familia y Comunitaria la atención de urgencia formaba parte de la profesión. “
Nadie nos contó que no íbamos a hacer guardias o atención continuada. Es una parte importantísima de la especialidad ¿Qué pasó? Por la presión y la excesiva oferta de médicos se creó la figura de aquellos que solo se dedicaban a la atención continuada y los demás médicos dejaron de hacer guardias.
Esto no es normal, durante una etapa de tu carrera debes colaborar con la atención urgente de los pacientes y con horarios que no es una cita programada”, reivindica el especialista.
Dos categorías para organizar Urgencias
Para contrarrestar el mosaico de categorías, el especialista considera que “a nivel esquemático
debería haber solo dos categorías profesionales para médicos de urgencias y emergencias. "Primaria debe organizarse para atender lo que tiene que ver con la comunidad y la atención urgente extrahospitalaria. No puede ser que haya una categoría profesional de médicos de urgencias de Primaria que no pueda concursar para una plaza de Medicina de Familia en un centro de salud. Esto es un error”, alerta Antuña Montes.
"Con dos categorías deberíamos ser capaces de organizar todo y no tener 14 diferentes"
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En ese sentido, el facultativo entiende que respecto a los recursos humanos debería haber una
categoría profesional que se ocupase de
atender la urgencia extrahospitalaria y garantizar la continuidad asistencial. Mientras que a
nivel hospitalario debería haber otra de médicos de
urgencias y emergencias dedicados a los casos de mayor complejidad.
“Con estas dos categorías deberíamos ser capaces de organizar todo y no tener 14 diferentes. Y la dependencia de la urgencia extra hospitalaria debe ser de la Atención Primaria, algo que nunca debió dejar de serlo”, explica Antuña Montes.
Una red de urgencias sin valor
Otra de las patas de la desvirtualización del modelo también incluye dispositivos de atención continuada que no son necesarios. “
Probablemente, tengamos una red de urgencias que tengo dudas que generen valor y mejore la salud de los ciudadanos. Dan respuestas a necesidades de colectivos y políticos, pero no a criterios de salud y técnicos”.
"El SNS no puede curarlo todo y no hay sistema sanitario que soporte eso"
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Antuña Montes considera que, por ejemplo, entre varios pueblos puede haber un PAC y no uno en cada uno. “La solución no es fácil, pero una cosa es garantizar la equidad y otra es que tengamos que tener de todo en todos los sitios. No es una cuestión de recursos, sino de racionalidad y demostrar que todo eso genera valor. A lo mejor tenemos una
accesibilidad 100 por cien, pero ¿eso mejora la salud de la población?”, se pregunta el facultativo.
Una educación pública en el uso de las urgencias
En un contexto con recursos escasos, Antuña Montes apela por dedicarlos a aquello que generaría más valor. “Debemos dirigir la inversión para que el ciudadano demande una atención sanitaria cuando esté enfermero y que no tengan esa necesidad de acudir constantemente a los dispositivos de salud”, detalla el facultativo.
El especialista recuerda que el SNS “no puede curarlo todo” y “no hay sistema sanitario” que soporte esto. “Hay que darle una vuelta para que los ciudadanos se mentalicen de la necesidad de hábitos saludables,
uso racional de los recursos sanitarios, adecuación de las consultas, que se cuiden y que sepan que la felicidad no la vamos a conseguir por más dispositivos o por más atención sanitaria que tengamos. También a nuestros políticos hay que pedirle un pacto de estado para que esto no se base en soluciones basadas en intereses”, reivindica Antuña Montes.
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