La pretensión de Unidas Podemos de que las sociedades científicas y colegios profesionales no monopolicen la formación médica ha sido recibido de forma agridulce por el sector médico. Por un lado, las organizaciones médicas se muestran
abiertas a colaborar en la formación que decida impartir el Sistema Nacional de Salud (SNS) mientras que, por el otro lado, recuerdan las
diferencias entre “formarte para hacer un trabajo” frente a tener un “conocimiento amplio” de tu especialidad. Además, consideran que el conflicto de intereses siempre existirá porque
“no hay nadie neutro” y se soluciona con
“transparencia”.
“El problema aquí es en hacer excluyente la situación. La Administración tiene la obligación de formar a sus profesionales y eso no se puede dejar en manos de otros. Se puede conveniar para hacer
una reforma basada en bases científicas”, resalta Pilar Rodríguez Ledo, vicepresidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).
Una disposición a colaborar que también comparten desde la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM). “
No buscamos competir ni monopolizar la educación sanitaria y apoyaremos y colaboraremos en todas las actividades formativas de interés para el progreso de la Radiología de nuestro país. Para nosotros, una mayor oferta formativa que sea accesible, acreditada y de calidad científica, consideramos que siempre es positiva”, destaca Eduardo Álvarez-Hornia Pérez, responsable de formación de SERAM.
Álvarez-Hornia: "No buscamos competir ni monopolizar la educación sanitaria"
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El radiólogo incluso abre la mano a Sanidad: “Si el SNS plantea llevar a cabo formación, nosotros estaremos
encantados de colaborar y les animamos a contactar con nosotros para elaborar conjuntamente los distintos programas formativos”.
Desde la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM) también reciben con buenos ojos una implicación del SNS en la formación, aunque tiene pocas esperanzas en ello: “Es verdad que para determinados temas dejar la formación en manos de la industria implica sus riesgos.
Nos vendría muy bien que parte de la formación se diese desde el Ministerio, aunque no sé cómo lo haría porque los técnicos que pueden hacerla ya están haciendo cursos, máster y trabajando en la universidad. La idea es buena y colaboraremos desde la sociedad en lo que necesiten, pero no podemos ser optimistas porque hasta ahora no ha desarrollado ninguna iniciativa de este tipo”.
Casariego: "El SNS y las CCAA no tienen hoy en día capacidad para hacer esta formación"
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La Sociedad Española de Medicina Interna (
SEMI) valora positivamente que el SNS tome partido en la formación, tal y como argumenta el Coordinador SEMI del área de formación continuada,
Emilio Casariego: "La creación de convenios y sinergias estaría fenomenal y serían bienvenidas, pero por lo menos hoy en día lo que sí veo es que el
SNS y las
comunidades autónomas no tienen capacidad para hacer esta formación. Disponer de una formación de posgrado que permita formar profesionales en áreas y competencias muy especificas no es sencillo. Necesitas disponer de profesores especializados y plataformas complejas".
Diferencias formativas entre sociedades y SNS
Por su parte, para la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) es bueno que el SNS forme a sus trabajadores, pero recuerda que
la “excelencia” la tienen las sociedades científicas. “Quien puede formar en España son las asociaciones profesionales, la universidad y las sociedades científicas. Y más que los colegios profesionales, deben ser las sociedades científicas, que es donde reside la excelencia y la formación”, detalla José Polo García, presidente de Semergen, quien, además, recuerda que la inversión de más
70 millones de euros dirigida a impulsar la formación de los profesionales de salud, dentro de la
partida sanitaria recogida en el proyecto de los
Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2023, no da “ni para pipas”.
Polo García: "Me parece absurdo abarcar la formación médica con 70 millones de euros"
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“Me parece
absurdo querer abarcar la formación médica con 70 millones de euros con todo lo que ello requiere. Es una promesa banal. Si los diputados de Podemos o cualquier partido se ven capacitados de organizar la formación médica, ¿qué lo van a hacer a través de los sindicatos?, ¿si los 70 millones se dividen entre las CCAA, cuánto cobra cada una? Es pan para hoy y hambre para mañana”, reivindica Polo García.
La autofinanciación, fórmula para impulsar la formación
Una financiación que en algunos casos, ni llega a las sociedades: "A nosotros no nos han financiado ninguna formación, no hemos visto ni un euro del Ministerio para esto.
La formación está en manos de la autofinanciación, es decir, los profesionales se pagan la formación; y de la
industria farmacéutica, que habitualmente es la que carga con el mayor gasto de formación con los médicos. Esto provoca conflictos de intereses, pero los habrá siempre si queremos tener a los mayores expertos, ya que estos suelen ganarse la vida dando formación en los laboratorios", detalla Pérez Sola.
Para las sociedades, Unidas Podemos se olvidó de diferenciar el tipo de formación
: “Alguien se despistó de darse cuenta de que no es lo mismo formarse para el trabajo que haces que tener una formación amplia de tu especialidad. Es distinto. Creo que la formación es imprescindible y todos sabemos que
no se hace la suficiente desde la Administración para todos los profesionales sanitarios. Pensar que de repente se va a hacer, es una ilusión”, reivindica Rodríguez Ledo.
Rodríguez Ledo: "No es lo mismo formarse para el trabajo que haces que tener una formación amplia de tu especialidad"
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En ese sentido, Álvarez-Hornia Pérez recuerda que la docencia por parte de las sociedades es “
más específica y dirigida” a las necesidades de los especialistas: “Por nuestra visión global de la especialidad y la escucha directa a las demandas de los socios, desde SERAM consideramos que nuestra formación se adapta mejor a las necesidades reales de la especialidad en toda su amplitud (estudiantes universitarios, MIR, médicos especialistas de la sanidad pública y privada...)”.
La visión de SEMI al respecto, en palabras de Casariego, es que las sociedades son "unas organizaciones claves para la
formación posgrado. Las sociedades científicas conocen cuáles son los
conocimientos y
habilidades que deben de tener las personas que ejercen esa especialidad. Tenemos los profesioanles que pueden impartir esta formación porque tenemos recursos adecuados para ello. Se me hace difícil creer que para el número de especialidades que hay
se pueda centrar toda esta formación en el
Ministerio. No tienen ni las estructuras, ni los profesorados ni las disponibilidades adecuadas".
Transparencia para erradicar el conflicto de interés
Respecto a los conflictos de intereses resaltados por Unidas Podemos, desde las sociedades reconocen que es algo a tener en cuenta y abogan por la mayor transparencia posible para evitar su interferencia en la formación. “Coincido con la visión de Unidas Podemos de que cada uno tiene su conflicto de interés, pero desde la Administración debemos ser conscientes de los conflictos que tiene todo el mundo.
Hay que dar una formación transparente y con objetivos claros”, reivindica Ledo.
Para Pérez Sola, es
“imprescindible” que las sociedades exijan a sus ponentes exponer los conflictos de intereses: “Es lo primero que se debe hacer antes de iniciar una charla. También es cierto que las personas que más saben sobre un tema suelen tener conflictos, ya que suelen estar desarrollando productos para ello. Esto es difícil de evitar. Si no llamas a esta gente para formar a tus residentes, no lo harás con la gente que más sabe”.
Pérez Sola: "Es imprescindible que las sociedades exijan a los ponentes exponer los conflictos de intereses"
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Además, el presidente de SEPSM recuerda que, aunque la formación la imparta
la Administración también estará dirigida a sus intereses. “Si eres la persona responsable de disminuir el gasto farmacéutico en tu comunidad autónoma, eso es un conflicto de interés cuando hablas sobre fármacos.
No hay nadie neutro”, detalla el psiquiatra.
Para Casariego, el hecho de que la formación recaiga en manos de las sociedades científicas permite que "
se puedan controlar estos sesgos e
intereses, debido a que se tienen las herramientas para controlarlos. Esta cuestión sería mucho más difícil de dirigir si lo llevan a cabo las instituciones".
Las sociedades afirman que aplican la
trasparencia frente a los
conflictos de intereses, posición que a Polo García ya le “aburre” defender ante Sanidad. “¿Hablan de conflicto de interés, de los colegios de médicos y las sociedades científicas? Nosotros declaramos a Hacienda nuestros ingresos y todo lo que hacemos. Invertimos en inversión, formación, progreso, etc
. Ya estamos aburridos de que se ponga en duda la capacidad de formación de las profesiones sanitarias y de los colegios profesionales”.
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