Mónica Lalanda tiene dos grandes pasiones: la
Medicina y la
ilustración. Ha dibujado durante toda su vida, pero no fue hasta sus inicios como médico en el Reino Unido cuando lo convirtió en su nuevo trabajo. Desde entonces, la
'Medicina Gráfica' es su forma de vida y considera que la
comunicación y las
redes sociales son una parte esencial de la sanidad. Su situación laboral como facultativa le llevó a 'colgar la bata' y dedicarse íntegramente a esta nueva vertiente sanitaria. En esta entrevista para el pódcast
'Líderes Sanitarias', explica detalladamente cómo y por qué ha cambiado "el fonendo por las pinturillas".
Para empezar, nos gustaría saber cómo comenzó todo. ¿Cómo fueron esos inicios como médico en el Reino Unido?
Durísimos. De hecho, hay veces que me pregunto cómo aguanté y no me volví. Me marché nada más acabar la Facultad de Medicina con una formación absolutamente teórica. Tuve la mala suerte de pillar dos huelgas durante dos años clínicos, con lo cual no había visto pacientes y todo lo que sabía era teoría. Por otro lado, mi inglés era bueno, pero no para desenvolverme en un medio médico; en el momento en el que me vi en el hospital con pacientes a mi cargo, el tener que hablar con terminología médica y con las palabras que utilizan los pacientes para describir cosas... Y luego el gran caballo de batalla que era el teléfono, pierdes todo el lenguaje corporal.
Perdí seis kilos en los primeros seis meses y cada noche me acostaba llorando, pensando: "mañana me vuelvo a España". Tenía miedo a cometer un error que tuviera consecuencias para algún paciente. En esa época, los médicos
junior en Inglaterra estábamos muy solos, y el hecho ser extranjera hacía que no tuvieras ese apoyo que puede tener la gente local de un mentor que les fuera guiando y les apoyara en los momentos más bajos. Yo me encontraba muy sola, muy mal preparada y con una barrera idiomática brutal.
"En mis comienzos como médico en Reino Unido perdí seis kilos en los primeros seis meses y cada noche me acostaba llorando".
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Con el tiempo las cosas fueron mejorando, creo que no cometí ningún error gordo que dañara a ningún paciente. Poco a poco fui cogiendo el ritmo y aprendiendo, ya no sólo inglés médico, sino por ejemplo, las abreviaturas, que fueron una dificultad inmensa, y de hecho a la vuelta a España volvieron a ser una dificultad inmensa con las abreviaturas en español. Me fui haciendo y me fui acostumbrando, y sobre todo, tuve esa sensación de orgullo de no volver con las orejas gachas a España. Mis padres habían hecho una inversión económica para ayudarme en el mes que estuve allí, haciendo un curso de preparación para buscar trabajo en Inglaterra, y me parecía injusto fallarles.
¿Cómo y cuándo empezó a dibujar? ¿Siempre lo ha hecho de forma reivindicativa?
Yo he dibujado desde siempre. Desde que recuerdo tengo una cierta habilidad innata para dibujar. En el colegio hacía caricaturas de los profesores que eran muy populares entre mis compañeros, que en las clases de dibujo que me pasaban los cuadernos y yo me pasaba horas dibujando súper deprisa, y me gustaba. Durante mucho tiempo dibujaba para mí y poco más, y curiosamente cuando estaba trabajando en Inglaterra, hubo una discusión y se creó mucha tensión en el equipo. Y yo dije: "¿qué puedo yo hacer para pararlo y retomar esa sensación tan buena de equipo que teníamos antes?". Se me ocurrió hacer un dibujo, una caricatura de todos con mucho humor. No solamente surtió efecto y entre risas nos tomamos todos un café y se acabó el problema, sino que a partir de ahí me empezaron a encargar dibujos y poco a poco fui ganando en seguridad.
En un momento dado me cogí un sabático de mi Servicio de Urgencias para hacer una diplomatura de viñetas que me vino muy bien. Pero más que nada, yo sentía esa necesidad tan española de pensar que necesitas un título para dar credibilidad a lo que haces. Reivindicativos han sido siempre, solo que después he ido sabiendo aplicarlo a otras cosas: a educación sanitaria, a traducción de artículos médicos en algo más sencillo, traducción del Código Deontológico a cómics... Pero sí, donde yo me siento más cómoda porque creo que es donde más fuerza puede tener es en el tema de la reivindicación. Con un dibujo puedes decir cosas que de otra manera encontrarías más difícil de decir.
Todo ello le llevó también a crear sus propios blogs. ¿Imaginaba toda la repercusión que ha conseguido años después?
Tengo dos
blogs personales y el de Medicina Gráfica. Uno de los personales es sólo de dibujos, y lo abrí hace unos pocos años. El otro nació curiosamente, porque cuando volví de Inglaterra a España acabé escribiendo para
El Mundo durante tres años, y en un momento dado nos cerraron ese blog, se titulaba 'Profesión Sanitaria'. Yo obviamente ya había entendido que tenía mucha fuerza el poder escribir desde una plataforma y ese último post que no me dejaron llegar a publicar y que estaba ya escrito, decidí publicarlo y abrirme mi propio
blog. Y ahí empecé a escribir de una forma absolutamente irregular, según hay algo que me inspire a escribir también alguna vez cuelgo dibujos. Lo cierto es que, a pesar de que este
blog ha tenido en algunos momentos bastante impacto, la verdad es que la gente se entera menos. En el momento en el que con redes sociales tienes que abrir un enlace para entrar a ver algo, parece que eso ya te supone una pérdida de tiempo, ya no entras. Y por otro lado, si al abrir ves que ocupa más de un párrafo, cierras y no lo lees. Nuestra capacidad de atención está disminuyendo mucho, con lo cual el echarle mucho tiempo a un
blog como el mío, que llegaba de forma irregular y un poco peculiar a la gente, a veces puede ser un poco frustrante.
"Nuestra capacidad de atención está disminuyendo mucho, con lo cual echarle mucho tiempo a un 'blog' como el mío a veces puede ser frustrante."
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De esta sinergia entre la Medicina y la ilustración nacía el movimiento 'Medicina Gráfica' del cual es coordinadora. ¿En qué consiste exactamente esta iniciativa?
La Medicina Gráfica es el uso de comics, infografías, viñetas e ilustraciones como herramienta de comunicación en el medio sanitario. Y a partir de esa definición y de un trabajo fin de máster que yo hice en Ética Médica y en el cual me dediqué a buscar y a investigar medios de comunicación que pudieran transmitir conceptos éticos, complejos, encontré que el cómic podía ser un medio fantástico a varios niveles. A partir de ahí, eché a andar yo sola: creé mi libro Conciencia Médica e hice un proyecto de innovación docente en la Cátedra de Profesionalismo y Etica Médica de la Facultad de Medicina de Zaragoza. Fueron pequeños pasos que me fueron dejando muy claro que había un papel enorme para el cómic en el medio sanitario y que cuando uno anda solo puede ir deprisa, pero cuando uno anda con más gente puede llegar mucho más lejos. Así que decidí buscar a personas que tuvieran la misma inquietud, que de alguna forma en sus perfiles de redes sociales yo hubiera visto que relacionaban su dibujo con la Medicina y llegué a las cuentas de varios colegas médicos y enfermeras.
Acabamos creando este movimiento Medicina Gráfica, desde el cual nos dedicamos a poner en valor este medio, dar visibilidad a comics en infografías e intentar impulsar un medio que creemos profundamente que funciona. Tenemos ahora ya en marcha un Máster en Medicina Gráfica por la Universidad Internacional de Andalucía. Estamos encantados porque, el estar consiguiendo que el cómic tenga un papel para seminarios que se introducirán muchos congresos, algunas facultades de medicina, pues lo encontramos un éxito. Verdaderamente creemos que funciona y que merece esa presencia para para mejorar la sanidad. Trabajamos mucho, es un grupo que trabaja de forma generosa y altruista y mantenemos las redes sociales muy activas.
Como ilustradora y divulgadora, ¿considera que hay límites en la libertad de expresión?
Yo me considero comunicadora, me parece que la divulgación, desafortunadamente, ha sufrido un proceso de degeneración en los últimos años, con lo cual me gusta más hablar de comunicación. Como viñetista, decir que sí o que no a esa pregunta no lo tengo claro. Tendría que ver ejemplos en particular para ver si realmente el daño que se causa es tan grande como para que se justificara un clamor en contra de esa publicación. Yo soy muy contraria a cualquier cosa que limite la libertad de expresión, considero que es uno de los principios básicos del ser humano, con lo cual, si tuviera que contestar de una forma rápida y generalizada, pues debería decir que la libertad de expresión tiene que ser prioritaria.
¿Alguna vez le han impuesto todos esos límites en su trabajo como artista? Por ejemplo, a través de represalias...
Hace unos años escribí una entrada con motivo de mi situación de burnout y mi decisión de abandonar la Medicina asistencial por considerar que mi situación laboral era terrible, igual que la de miles y miles de médicos en España. Por la enorme frustración que sentí al tener que marcharme porque no encontré a nadie que me escuchara, que quisiera ver cuál era mi situación en particular, que era la de muchos, escribí en mi blog una entrada explicando punto por punto por qué me iba. No mencionaba ni el hospital ni el Servicio en el que trabajaba, ni los nombres de nadie, ni absolutamente nada que fuera personal.
Desafortunadamente se utilizó en una vendetta hacia mi persona que empezó con la apertura de un expediente disciplinario por parte del Colegio de Médicos ante la denuncia de unos cuantos compañeros del Servicio. Sigo teniendo el mayor respeto hacia esos compañeros, sigo sintiendo mucho que a ellos les doliera y que les ofendiera y sigo recordándoles con cariño, pero el Colegio de Médicos actuó mal, hay una confluencia de personas. La cosa no quedó en nada porque el expediente se cerró y se acabó, pero no deja de ser un ejemplo muy vivo, muy doloroso -porque emocionalmente aquello me causó mucho daño - de cómo tu libertad de expresión puede conllevar unas consecuencias totalmente desproporcionadas, desafortunadas y que te pueden dañar mucho. Pero bueno, eso para mí ya es historia, aprendí muchísimo de aquello. Conllevó un daño posterior que no acabado.
¿Fueron las malas condiciones laborales lo que le llevó a colgar la bata en un momento de hartazgo para dedicarse íntegramente a la ilustración?
Tenía una situación laboral muy mala, con un contrato de guardias terrorífico que iba empeorando según pasaban los meses y, sobre todo, que yo provenía de una situación laboral muchísimo mejor. Yo tenía en Inglaterra un contrato seguro permanente, con un sueldo tres veces mayor que el sueldo de aquí, con una sensación de respeto profesional inmensa, con una adecuación de la jornada laboral a mis necesidades personales, con conciliación absoluta con dos niños pequeños... En fin, provenía, digamos, de la mejor situación a caer en lo que yo vivía como la peor situación. Cuando provienes de otro país puede ser también bastante incomprendido, sobre todo si provienes de un país como puede ser Inglaterra. Y bueno, en un momento decido colgar la bata. Yo venía desarrollando ya una carrera en Comunicación paralela a mi labor asistencial, y llegado el momento de decir: "hasta aquí he llegado, estoy absolutamente quemada, no puedo más" decidí aumentar mi labor en Comunicación y expandir esta parte de cómics, de 'Medicina Gráfica' y de Comunicación en general.
Lo cierto es que inicialmente yo no había descartado del todo el volver a la Medicina asistencial, pero fue parte, digamos, del daño colateral que me causó este expediente disciplinario, que fue un poco la pérdida de confianza en el sistema, en el trabajo de equipo. Yo hasta el día que me encontré que me habían denunciado, no pensaba que tenía una mala relación con la mayor parte de los compañeros que firmaron esa denuncia, con lo cual me marcó muchísimo el entender de una forma tan directa que todo se puede poner patas abajo por el mero hecho de que alguien no esté de acuerdo en la forma en la que tú actúas a pesar de que lo has hecho con la mejor de las intenciones. Fue pasando el tiempo y en ese impás de decidir si vuelvo a hacer Medicina asistencial o no, encontré una satisfacción enorme en haber cambiado el fonendo por las pinturillas, y sobre todo me di cuenta de que lo que yo hacía seguía siendo Medicina de calidad, porque el objetivo final seguía siendo el mismo, que es mejorar la salud de las personas.
"Encontré una satisfacción enorme en haber cambiado el fonendo por las pinturillas y me di cuenta de que seguía haciendo Medicina de calidad."
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¿Existe alguna posibilidad de que vuelva al terreno asistencial si las condiciones mejoran?
Yo creo que en este punto ya no, porque he encontrado mi propia forma de hacer Medicina, con la cual estoy conforme, estoy contenta, y creo que puedo hacer o que estoy haciendo una labor útil y que no hay mucha gente que la haga porque es un campo limitado y raro. Aunque debo decir que con frecuencia echo de menos ver pacientes y a nivel personal la idea de ayudar cara a cara, sobre todo de personas mayores que era a quien me producía más satisfacción tratar durante mis 25 años de Medicina asistencial. Me gustaría y lo echo de menos, pero estoy conforme con esta nueva forma que tengo de practicar la Medicina, con lo cual, pues no creo que volviera. Desafortunadamente dudo muchísimo que las condiciones vayan a mejorar, así que esta pregunta nunca se me iba a plantear.
Dicho esto, ¿qué sanidad ideal le gustaría dibujar?
Yo empezaría con la formación de los médicos, que tenía que ser mucho más centrada en ética y comunicación y menos en el examen MIR. La residencia no la limitaría principalmente a un solo centro o un solo hospital, serían rotatorios mucho más largos para ver cómo funcionan las cosas en otros muchos sitios, con un examen de salida o con algún tipo de regulación. Porque da la sensación de que una vez que se aprueba el MIR ya no hay muchas formas de valorar la formación de ese médico. El sistema de elección de las plazas directamente es como el sombrero seleccionador de Harry Potter, hay que hacer algo que sea mucho más basado en las preferencias del médico. Revisaría la inversión del sistema, con lo cual dibujaría un sistema mucho más rico, con una lógica que igualara unos sistemas sanitarios de otros.Si tuviéramos una sola sanidad a nivel de cómo se funciona y de los medios que se dan, de los sueldos de los profesionales...
Introduciría medios para medir lo que se hace, uno de los grandes problemas es que no se mide lo suficiente lo que se hace, por supuesto, en el tema de seguridad, el tema de errores de los cuales se sigue sin aprender porque se siguen tapando. Eliminaría las guardias de 24 horas porque son una absoluta locura contra la salud del médico y del paciente, pero sin que esto supusiera un daño a lo que percibe el médico, a su sueldo. Creo que los puestos sanitarios deben ser de mayor seguridad, no es aceptable para nada que haya gente que se vaya a casa el viernes sin saber si el lunes vuelve a trabajar o dónde lo hará.
Haría un mejor uso de los recursos, se hacen muchísimas cosas que no sirven para nada. Estamos obsesionados con la pseudociencia cuando en la que seguimos vendiendo como buena ciencia y gente de bata blanca hay un montón de cosas que no sirven para nada y se puede demostrar que no sirven para nada. Desvincularía la formación continuada de los médicos de la industria farmacéutica y por supuesto revisaría la Atención Primaria que necesita un impulso brutal: necesita medios, recursos, necesita también una educación sanitaria de la población, de su uso. Y bueno, se me ocurren muchas cosas más, pero serían casi para dibujar un libro entero más que el dibujo.
Su trayectoria también está muy ligada a las redes sociales. ¿Qué le aporta esta herramienta como médico? ¿Tienen también un lado oscuro?
Este tema da para tanto... De hecho, me he pasado años dando charlas sobre redes sociales, sobre todo
Twitter, que yo en un momento dado he llegado a llamar el nuevo fonendo.
Twitter tiene una cantidad de posibilidades a nivel de información, de comunicación, de divulgación, de aprendizaje, de consulta de idioma, de práctica de inglés, de buscar respuestas, de buscar preguntas -que muchas veces es más importante-, de crear una comunidad internacional, de contactar con los pacientes... En fin, la lista es enorme y además la lista de cada uno probablemente sea diferente. Lo que está a favor de las redes sociales es mucho mayor que lo que está en contra. Y cuando yo hablo de redes sociales me refiero, como digo, casi siempre a
Twitter, que es la red en la que yo nado continuamente.
"He llegado a llamar a Twitter mi nuevo fonendo (...) lo que está a favor de las redes sociales es mucho mayor que lo que está en contra".
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¿Qué significan la Medicina y la ilustración a nivel personal?
Qué pregunta más difícil. Para mí la ilustración y la Medicina ahora mismo van juntas a nivel personal, son mi forma de estar en la vida. Yo siempre digo que uno no trabaja de médico, sino que es médico. Y sí, creo firmemente en la vocación, a pesar de que se esté utilizando para abusar de los profesionales sanitarios. Pero creo que es muy difícil encontrar un médico que no crea firmemente en su trabajo como como algo inspirador. Esta mezcla de Medicina e ilustración, este utilizar la pintura en vez de el fonendo, es una forma muy peculiar, desde luego muy 'friki', de hacer Medicina y que me resulta muy satisfactoria a nivel personal y a nivel profesional, van juntos.
¿Qué piensa del liderazgo femenino? El que ejercen las mujeres en sanidad, desde las ministras hasta las jefas de servicio. ¿Ve alguna carencia que se podría mejorar?
Pienso que hay una evolución social natural en la que llevamos inmersos ya muchos años en esta toma de posición de las mujeres en puestos de más relevancia. En el mundo médico, por ejemplo, algunas facultades de Medicina tienen un 95 por ciento de chicas. Ahora mismo hay casi el 50 por ciento de médicos colegiados y de médicas colegiadas, con lo cual, esto se tiene que ir equilibrando por su propio peso. Desde mi punto de vista es muy importante no hacerlo de forma artificial, pero sí teniendo teniendo cuidado. Todavía seguimos viendo algunos paneles en congresos, por ejemplo, donde hay solamente hombres y eso es simplemente una falta de interés en buscar mujeres de exactamente el mismo nivel que esos señores que están ahí sentados pero que tienen ya de por sí menos visibilidad. Como digo, no creo que esto se pueda hacer de una forma artificial, colocando a alguien en un puesto o empujando a que haya alguien en un puesto solamente porque tenga útero y ovarios o porque se considere mujer.
Por otro lado, soy muy partidaria del absoluto respeto e incluso ensalzamiento de las mujeres que deciden como opción personal poner más peso en su presencia en casa a cambio de, por ejemplo, ser jefe de Servicio. Prefieren hacer las tareas con sus niños por la tarde en casa o cualquier otro tipo de actividad que suponga más tiempo dedicado a su familia y menos empeño en crearse un currículo para una jefatura de Servicio. Con lo cual, mi respeto para ambas: aquella que quiera ser jefa de Servicio, ser decana, y esa otra que prefiere pasar más tiempo con sus hijos. Antes hablamos de libertad de expresión y ahora hablo de libertad en general, que cada uno elija lo que sea mejor para sí mismo, simplemente lo que quiera sin que resulte menos respetable una elección que otra. Creo que cada vez hay menos barreras para que las mujeres lleguen a puestos de relevancia y que muchas veces el problema está en nosotras mismas, que tenemos esta tendencia al síndrome del impostor, que es algo contra lo que hay que luchar.
¿Cree que el derribo de todas esas barreras nos permitiría alcanzar esa ansiada igualdad dentro del sector?
Sí, y de hecho, ampliamente, podemos hablar de igualdad ya, en el presente. Pero sí, el tema de puestos de más poder se irá igualando, como ocurre en otros países. Yo creo que tenemos puestas unas gafas que que no nos corresponden, tenemos que estar mirando mucho más a puestos de trabajo que sean adecuados a lo que demandan muchas mujeres. Cuando mis hijos eran pequeños en Inglaterra no tuve ningún problema, como ya he contado, en trabajar a tiempo parcial porque me dio la gana. Lo podría haber hecho también mi marido, pero en nuestro caso decidí hacerlo yo, los dos en el ámbito médico. Yo creo que nos queda esa lucha de conseguir que sea muy fácil tener un trabajo a media jornada en el mundo sanitario antes de tener la plaza en propiedad. En el mundo sanitario para cuando tienes la plaza en propiedad ya no necesitas el tiempo parcial, porque vamos, ya para entonces casi tienes nietos. Así que creo que hay otras luchas anteriores a esa que están todavía por hacer.
¿Cómo cree que puede influir su propia forma de expresarse a la hora de hacer reflexionar a la sociedad?
Yo no sé si hago reflexionar la sociedad, me parece que me queda un poco grande. Creo que, si puedo hacer reflexionar a alguien, probablemente parte de ese "éxito", entre comillas, pueda ser la sensación que tengo de libertad, que proviene un poco de mi propia trayectoria. Es decir, una trayectoria de libertad que me ha que me ha costado sudor y lágrimas también. Pero en este momento creo que me puedo expresar con libertad y eso hace que otras personas que no estén en esa situación de privilegio que tengo yo, agradezcan que yo me exprese como me expreso.
Por otro lado, el hecho de utilizar con frecuencia unos dibujos que son muy simples, que son casi infantiles, hace que haya gente que se identifique con ellos. Está muy estudiado el tema de las viñetas y el tipo de viñeta que haces y el tipo de dibujo: a más simple el dibujo, más cantidad de gente se va a identificar por el mensaje que estás intentando transmitir. El hecho de utilizar siempre un formato muy sencillo, colorido, que llama la atención, que es una mezcla de un poco de texto con un dibujo que busca un poquito el humor, o la sátira, o la ironía, pues hace quizá que mis mensajes lleguen un poquito más lejos que si los hiciera de otra forma. Pero bueno, como digo, eso es realmente si considerara que puedo hacer reflexionar. Es mi objetivo, a veces, pero intentando hacerlo desde la razón y desde la humildad.
¿Qué es lo que más reivindica Lalanda en todos esos dibujos?
Para mí cada momento tiene su reivindicación. Siempre estoy pendiente de lo que ocurre para reconvertirlo en una viñeta, porque con frecuencia son reivindicativas. Desde luego, el tema que siempre me empuja es el maltrato al profesional sanitario, siempre está subyacente en muchas de las viñetas que hago. Procuro hacer también un activismo social. No hay más que asomarse a mi cuenta de Twitter y ver cómo salto de tema en tema.
Si se cambiaran los roles y fuera otra persona la que le dibujara a usted, ¿cómo cree que lo haría?
La verdad que no sabría contestar, sí que sabría decir cómo me gustaría que me dibujaran, pero probablemente no tenga nada que ver con cómo me dibujarían. La percepción que uno tiene de sí mismo muchas veces no concuerda con la que tienen los demás de ti. Creo que sin duda, por una parte de la sociedad con la que me relaciono quedaría muy mal parada, porque tiene su precio el expresarte en libertad. Por otra, creo que el dibujo sería amable. La verdad: no tengo ni idea. Así que venga, podemos desde aquí animar a que alguien me dibuje a ver cómo sale aquello (risas).
Después de utilizar como decía "las pinturillas" durante tantos años, ¿sería capaz de quedarse con un único dibujo?
Si tuviera que salvar uno de un naufragio en una isla desierta... Uff, teniendo en cuenta que gran parte de mi trabajo está centrado en la ética, que es como nació esta faceta de Medicina Gráfica, quizás salvaría el dibujo de 'Requisitos para ser médico'. Es una médico parada mirando hacia el frente, con muchas flechas y muchos pequeños textos que expresan la forma en la que yo pienso que un médico debe afrontar su profesionalismo. Pero no lo sé, cuando unoa dibuja tanto como yo y tiene tantos miles de dibujos por todos los lados, elegir uno me resulta muy difícil. Pero bueno, quizá en ese reconozco mi lucha de alguna manera.
¿Qué le gusta hacer a Mónica cuando no está dibujando?
Me encanta leer, estoy siempre con algún libro o algún cómic entre manos. Me encanta ir al campo en familia con mi marido. Me gusta mucho viajar, ver sitios nuevos, juntarme con gente, me encanta acudir a todo tipo de reuniones sociales, ya sea una reunión con amigos, como una presentación de un libro o una explicación sobre un museo o cualquier cosa que suponga interacción con personas. Soy una persona muy de familia, muy de mis hijos y no tengo la verdad ningún hobby que sea muy llamativo o muy lujoso. Soy una persona bastante sencilla, me gusta mucho la buena comida -sobre todo habiendo pasado tantos años en Inglaterra-aprecio muchísimo una buena comida, pero soy un absoluto desastre cocinando. Afortunadamente, es mi marido quien cocina y es un privilegio poder disfrutar lo que él hace. Me gustan las series también.
Y ya para terminar, Mónica, ¿cómo se titularía la obra de su vida?
Uff, qué difícil de contestar. Pues sería supongo un poco lo que me define, la titularía: 'Hija, hermana, mujer, madre, médico, pintamonas y dándose siempre contra la pared por un mundo mejor'.
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