En la medicina moderna, la
Geriatría se alza como una de las especialidades más centradas en el
enfoque social de la atención sanitaria. Entender el contexto colectivo y las necesidades individuales de los pacientes teje un paradigma en los cuidados que
no se centra únicamente en el tratamiento de las enfermedades, sino que mejora, a nivel general, la vida de muchas personas. Extrapolar este tipo de atención puede funcionar y dar buenos resultados en especialidades como las hospitalarias. Para ello,
Nicolás Martínez Velilla, jefe del servicio de Geriatría del Hospital Universitario de Navarra, y vicepresidente de la
Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) explica a
Redacción Médica la clave de integrar los aspectos sociales para lograr el bienestar de los pacientes.
Para Martínez, considerar
aspectos sociales en el abordaje de los pacientes debería ser "el modelo universal de atención". Esto se debe a que, tal y como detalla, los
factores socioeconómicos influyen de manera significativa en el
impacto de las intervenciones médicas. Al comprender el contexto social del paciente, los profesionales de la salud pueden adaptar los tratamientos a dicho entorno,
facilitando la adherencia y mejorando la calidad de vida.
Un enfoque médico con aspectos sociales
La principal diferencia entre un enfoque médico y uno que integre aspectos sociales, según detalla es especialista, radica en la "
visión holística" que aporta este último tipo de atención. Un enfoque exclusivamente médico fragmenta la atención, mientras que
un enfoque integral considera al paciente en su totalidad, incluyendo sus dimensiones sociales, según aclara Martínez. Esto, no solo permite una atención más completa y personalizada, sino que
promueve la autonomía y la calidad de vida del paciente, para facilitar "una relación más colaborativa en la toma de decisiones".
En su opinión, todas las especialidades deberían integrar el concepto de
"manejo global" del paciente. En Geriatría, esto se realiza mediante la "
valoración geriátrica integral" tal y como explica Martínez, que aborda "las esferas
funcionales,
cognitivas,
sociales y
clínicas" de la persona a la que se atiende. En este sentido, Martínez considera que el conocimiento de la
Geriatría y la Gerontología debería ser "transversal" a todas las especialidades, especialmente las hospitalarias, ya que la mayoría de los profesionales de la salud tendrán
pacientes ancianos en algún momento de su carrera, tal y como asegura el especialista.
Enriquecer la práctica médica con aspectos sociales
La
formación en aspectos sociales enriquece la práctica médica en diversas especialidades, como Cardiología, Oncología, Neurología y Traumatología, tal y como enumera el especialista. El motivo es que permite
comprender mejor el impacto de la enfermedad, identificar barreras que afectan a los resultados de salud y
diseñar planes de tratamiento integrales y personalizados, acorde a las explicaciones de Martínez.
En este sentido, el vicepresidente de la
SEGG señala que son numerosos los temas clave a la hora de abordar la formación social. Entre ellos, destaca el
conocimiento de los modelos de evaluación social; los tipos de intervenciones; los determinantes de la salud y las barreras a los servicios de salud; y el trabajo en
equipo multidisciplinar.
A su vez, integrar aspectos sociales en el cuidado de los pacientes presenta diversos
desafíos. Uno de ellos es la
fragmentación de los sistemas sociales y sanitarios, ya que, según aclara Martínez, "en ocasiones trabajan de manera no colaborativa". Junto a esto, añade que existe una
financiación limitada y una
falta de formación y de sensibilización. "En muchas ocasiones haría falta una mayor coordinación intersectorial y flujos de información eficientes", comenta.
Formación social para sanitarios
Para mejorar la capacidad de tratar las necesidades sociales de los pacientes en las especialidades hospitalarias, Martínez recomienda la
formación y aumentar el desarrollo de este tipo de competencias.
"Tradicionalmente, en el ámbito de la
Geriatría, esto se realiza durante el periodo de
formación MIR. Esto facilita la capacitación en determinantes sociales de salud, la
evaluación social y el
trabajo multidisciplinar, ya que se ve al paciente desde muy diferentes vertientes, todas ellas complementarias e integradoras", explica. "Un aspecto que no debemos olvidar es el de involucrar y
empoderar a pacientes y familiares para fomentar su participación activa en el proceso de toma de decisiones", añade.
Es por esto que la
colaboración interdisciplinaria es fundamental para una atención integral que incluya aspectos sociales y presenta un papel "clave y central". Los equipos multidisciplinares, compuestos por
médicos, enfermeras,
trabajadores sociales, psicólogos y terapeutas ocupacionales, entre otros, permiten "una
comunicación fluida, una toma de decisiones consensuada", facilitando la coordinación entre los diferentes servicios implicados. Por último, la
participación activa de pacientes y familiares también es crucial para fortalecer este tipo de atención médica.
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