La “admiración” y “sintonía” que siente hacia
Ángela Hernández, la actual secretaria de Amyts (Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid), convencieron a
Merche Ortín de embarcarse en la candidatura alternativa para
dirigir la Confederación Estatal de Sindicatos Médicos (CESM), que se asoma al congreso confederal en el que se votará a la nueva comisión permanente.
En declaraciones a
Redacción Médica, la actual secretaria general de CESM en Aragón aspira a presidir la confederación para devolver “el placer de ser médicos” a unos trabajadores que se encuentran “en unas condiciones muy adversas”. “
Debemos dignificar la profesión”, defiende.
¿Cuáles son sus sensaciones de cara a este congreso confederal?
El Congreso tiene dos vertientes; una muy importante con las ponencias en las que se marcan las líneas estratégicas de CESM para los próximos años y otra que son las elecciones a la comisión permanente. Todo se está viviendo dentro de la absoluta normalidad, aunque en esta ocasión, al contrario que en el anterior congreso, no se ha podido hacer una candidatura de consenso.
¿Tiene su candidatura tiempo y capacidad para convencer a una mayoría de sindicatos antes de las votaciones?
Aquí hay un problema sobre la interpretación de un bloque concreto de votos. Una de las conclusiones del congreso que la Confederación realizó en Madrid en 2019 es que había que abordar una reforma de los estatutos porque daban lugar a múltiples lecturas y es necesario clarificarlos. Esa modificación se tendría que haber hecho ya, pero hemos llegado a un nuevo congreso y no ha ocurrido. El problema que se nos plantea es que hay un sindicato autonómico que aporta el mayor número de votos (en referencia a Simecat) por una serie de motivos que unas centrales interpretan de una manera y otros de otra. Según se computen esos votos, el sentido de las elecciones puede cambiar. Pero a esta permanente no le ha interesado impulsar esa reforma, y eso nos ha llevado a unas elecciones que tienen unas reglas de juego difíciles de interpretar.
En definitiva, los estatutos, tal y como están redactados, van a hacer que surja una discrepancia, y posiblemente el resultado de las elecciones haya que externalizarlo y que sea un observador externo o un interpretador jurídico ajeno a la Confederación el que decida si está bien hecho o no.
¿De llevarse a cabo la votación con la actual representatividad de los sindicatos, valorarían acudir a un intérprete jurídico?
Efectivamente. Nosotros estamos oponiéndonos desde hace mucho tiempo a este modelo que provoca que el mayor número de votos de toda la Confederación lo tenga un sindicato con escasa representatividad. Nos debemos a los afiliados, a la profesión, pero los estatutos son un galimatías y hay que modificarlos para que todo esto se aclare. Lo triste es que todos los sindicatos que formamos parte de CESM estamos de acuerdo en que hay que ligar la financiación a la representatividad; solo introduciendo ese concepto habría quedado todo claro. Y, sin embargo, se tiene que afrontar esta votación con otros criterios. No hay quien lo entienda.
Desde la otra candidatura, Víctor Pedrera, futurible a secretario general de CESM, afirma que aunque es normal que el peso del sindicato más grande sea más relevante, hay que establecer unos “elementos de corrección” para que haya un suelo de representatividad para todos. ¿No es posible un acercamiento entre ambas partes?
Nosotros hemos intentado acercar posturas, pero estamos hablando de cosas diferentes. El problema es que hay un sindicato que paga una cuota simbólica y es el que más votos tiene. Lo que digo es que hay que tener en cuenta todas las sensibilidades. Pero se nos ha echado el tiempo encima y hemos llegado al congreso con toda la ilusión profesional, pero con estos problemas en lo institucional que se resolverán de una forma u otra.
"Es posible que un observador externo o intérprete jurista deba decidir si el resultado electoral en CESM está bien o no"
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¿Cómo se produjo su integración en el equipo de Ángela Hernández? ¿Qué la motivó a dar el paso?
Yo entré en la confederación después de Tomás Toranzo, nuestro presidente, que ya se jubila. Soy la segunda con más años en la CESM, y la siento y la vivo como algo muy cercano. Durante este tiempo he ido fraguando amistades y afinidades aparte de lo meramente profesional. Hace siete años que soy secretaria general de CESM en Aragón, y por aquel entonces Ángela comenzaba a incorporarse de la mano de Julián (Ezquerra, expresidente de la confederación). Mujeres estábamos poquitas, aunque en la profesión ya había un 60 por ciento de médicas, y Ángela y yo empezamos a hablar de este tipo de cosas, de la feminización de la profesión, de cómo mejorarla, de qué queríamos para la confederación. Y empezó a surgir una afinidad personal.
Cuando cada una comenzó a dirigir en su comunidad autónoma el sindicato autonómico seguimos trabajando de forma muy similar, con equipos transversales, con gente joven. Poníamos en el punto de mira temas importantes, como que la mujer deje de hacer guardias por motivos de embarazo y otras discriminaciones laborales. Intercambiábamos sentencias, objetivos… Había mucho trabajo colaborativo. Y poco a poco empezamos a tener claras las cosas que no funcionaban bien a nivel organizativo en la CESM, que los estatutos eran muy mejorables. Nuestra alianza ha sido algo muy natural.
Habla de afinidades en torno a qué quieren para la confederación. ¿Qué medidas impulsaría como presidenta de CESM?
Tenemos claro que la sanidad la tienen transferida las comunidades autónomas, pero la confederación tiene que ser un referente en todo lo que tiene que ver con las condiciones de trabajo de los profesionales. Tiene que conseguir que todos recuperemos el placer de ser médicos, porque ahora mismo tenemos unas condiciones muy adversas y es necesario dignificar la profesión.
¿Cómo?
Hay una parte esencial que la
reforma del Estatuto Marco (del personal estatutario de los servicios de salud), pero también tenemos otros temas pendientes como la recuperación de las pagas extra después de ese recorte tan brutal del año 2009 que sufrimos todos los profesionales del grupo funcionarial A1. Está el asunto de la reclasificación profesional, la jubilación anticipada con coeficientes reductores, los tiempos de jornada, la carrera profesional… Tenemos problemas hasta para convalidar un nivel de carrera de un territorio a otro.
Tenemos claro que hay algunos aspectos de referencia y que debe haber criterios comunes a nivel nacional, ideas claras y mucho diálogo y fluidez con el Ministerio y los grupos parlamentarios.
Hacía referencia a la negociación del Estatuto Marco en la que CESM participa a través del Ámbito de Negociación. ¿Qué planes considera prioritario? ¿Qué se debe impulsar con mayor urgencia?
Nosotros lo que defendemos es un estatuto propio de los facultativos como del 66. Al margen de eso, de entrada necesitamos afrontar en el Estatuto Marco la reclasificación profesional, porque los médicos, por las funciones que desempeñan y su responsabilidad y formación, hemos de estar en la categoría que nos corresponde. Eso, para nosotros, es una prioridad. Por otro lado hay que hablar de la jornada, con el sistema de guardias que, como mucho, compartimos con nuestros compañeros de Enfermería. Acabamos teniendo jornadas maratonianas. Este tipo de asuntos tendrían que estar atados y bien atados para que no se puedan producir distorsiones ni interpretaciones diferentes en las comunidades autónomas. Y luego, por qué no, hablar de la jubilación y abordar la temporalidad de las plantillas, buscar un sistema más garantista.
En definitiva, hay que darle una vuelta al Estatuto Marco.
Su programa pone también el foco en la formación MIR. ¿Qué medidas plantea para mejorar las condiciones de los residentes?
Nosotros apoyamos la formación especializada, por lo menos, con las garantías que tenemos ahora. Y si pudieran ser más, más. ¿Qué está ocurriendo en este marco transferencial? Pues que, por ejemplo, el otro día se publicó en el Boletín Oficial de Aragón un acuerdo de fidelización de los residentes donde ya se contempla que, cuatro meses antes de terminar su formación especializada, puedan trabajar de forma autónoma aunque estarán tutorizados. Pero, ¿cómo está tutorizado un residente? Lo ponen en una zona de difícil cobertura justamente porque no hay nadie para hacer una guardia por la noche en un pueblo perdido de Teruel.
Desde la Confederación tenemos que mantener la calidad en la formación de nuestros residentes. Tendríamos que incidir en que hay una norma básica estatal, que es el acuerdo de los residentes del año 2007. Sería muy interesante poderla mejorar, y eso también depende del legislador estatal. El problema del déficit de médicos no es un problema que hayamos creado los médicos, es un problema de falta de planificación desde hace décadas. Son corresponsables los Servicios de Salud, que han hecho sus planes de ordenación de recursos humanos; y el MInisterio de Sanidad que tiene las competencias en materia de formación especializada,
Hay que garantizar, de verdad, que la formación sea garante para nuestros compañeros que acceden a esta vía de especialidad; y luego negociar a nivel estatal un mejor acuerdo. Es evidente que también es una asignatura pendiente. Yo entiendo que los últimos años han estado muy marcados por la pandemia, pero igual se tenía que haber forzado más la maquinaria para impulsar este tipo de medidas por parte de CESM, como me comentaba Ángela Hernández el otro día.
"Mi alianza con Ángela ha sido natural, tenemos claros los cambios de CESM"
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Son algunos de los aspectos en los que se han venido trabajando en los últimos años. ¿Cómo valora la gestión realizada por la dirección de CESM la última legislatura?
Este mandato ha sido complicado porque hemos tenido que reinventarnos y no ha habido realmente mucha posibilidad de acción sindical cuando estábamos en lo que estábamos, que era el pelear con el covid.
A partir de aquí, ha habido unos años donde por lo menos se podían haber llevado a cabo modificaciones estatutarias y se podían haber impulsado los grupos de trabajo de otra manera más colaborativa. Eso es evidente. Cuando alguien tiene que ir a negociar cosas tan importantes como la modificación del Estado Marco hay que ser serios, no basta que por tener un cargo de representación y saber que el que tiene el cargo va al Ministerio de negociar. En ese sentido se podía haber mejorado, se podía haber captado gente que fuera experta en estos ámbitos y se podía haber llevado un asesor o asesora.
Tiene que haber espacio en la confederación para los técnicos, pero dándoles también su punto. Es decir, que haya un trabajo en equipo. Ahí sí que ha adolecido la Confederación a lo largo de estos años, porque ha sido más carguista que de hacer grupos de trabajo. Realmente, ¿cuántas propuestas se han presentado? Porque sí que se han emprendido internamente documentos, pero al final, se han quedado ahí, no se han proyectado hacia el exterior. Nosotros queremos secretarías técnicas potentes y que esas secretarías estén implicadas con la Permanente. Que la (Junta) Permanente no sea simplemente unas personas que están con unos cargos y con unas funciones que les otorgan los estatutos internamente. Queremos que se trabaje en equipo desde la Permanente con el resto de personas que estamos en la organización.
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