La Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc) y la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) han reiterado
la necesidad de adoptar los principios de la Declaración de Mérida, que ambas suscribieron en 2018, para
dar una respuesta adecuada a “las necesidades de personas con patología crónicas y promover medidas encaminadas a mejorar su atención”.
Ambas sociedades han puesto de relieve que “el impacto de la pandemia por covid-19 y los cambios demográficos y epidemiológicos han condicionado un
marcado incremento en la prevalencia de personas que viven con multimorbilidad, fragilidad y dependencia en España”.
A día de hoy, “en 2023,
la atención a las personas con patologías crónicas sigue siendo un tema prioritario y
sigue sin ser suficientemente bien abordado en el conjunto del sistema sanitario”, han destacados las organizaciones, por lo que instan a la Administración General y Autonómica a “tomar cartas en el asunto de manera urgente” para abordar la “epidemia de la cronicidad” con garantías, entender “las necesidades” de las personas que viven con estas patologías y “mejorar su atención”.
Qué dice la Declaración de Mérida sobre pacientes crónicos
En los 11 puntos clave de la Declaración ahora actualizada, que firman Remedios Martín Alvarez, presidenta de semFYC, y Juana Carretero Gómez, presidenta de SEMI, se recuerda la
necesidad de “reorientar el modelo asistencial actual, centrado en la patología aguda”,
para enfocarlo hacia un “nuevo modelo de atención a pacientes crónicos”, que debe ser “holístico y basado en la atención integral”, garantizando la continuidad asistencial y evitando la fragmentación en la atención.
También se afirma que
urge avanzar hacia un modelo “centrado en el paciente y su entorno, que tenga en cuenta sus preferencias necesidades y valores”, y que la atención a los pacientes crónicos con pluripatología se realice de “forma integrada y coordinada entre los distintos niveles asistenciales”, garantizándose la atención multi e interdisciplinar entre los distintos niveles asistenciales.
La Declaración reconoce el
papel clave de los médicos internistas y de familia, como especialistas generalistas y transversales, en la atención a las personas con patologías crónicas. También señala que
es necesario avanzar hacia “un modelo basado en la toma de decisiones compartidas y centrado en el paciente, en el que cada persona disponga de un plan personal, único e individualizado de sus patologías”.
La Declaración pide que se promuevan las prácticas de “alto valor” y
evitar aquellas que promuevan el “sobrediagnóstico o sobretratamiento” y el impulso de campañas y estrategias poblacionales de prevención coste-efectivas.
Además, pone el acento en que la
perspectiva de género debe formar parte integral de los programas de educación y de promoción de la salud, reconoce el papel clave que debe desempeñar la “Hospitalización a domicilio y las Unidades de Cuidados Paliativos”, la “Telemedicina, la telemonitorización de patologías crónicas y el uso de dispositivos digitales” y la importancia de implicar al paciente en su “autocuidado y en la mejora de la adherencia terapéutica”.
Por último, se reitera que es “imprescindible reforzar
la visión integral y holística de atención a la cronicidad en la formación de grado y postgrado en las universidades, liderada por profesionales tanto de medicina de familia como de medicina interna” y que “la sostenibilidad del modelo pasa por la continuidad asistencial y la conciliación de cuidados y necesidades”.
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