La actual
organización de la atención sanitaria hace que un grupo de pacientes, alrededor de un 5 por ciento de la población,
consuman hasta el 50 por ciento de los recursos sanitarios. Se trata de
personas con enfermedades crónicas, pluripatológicos y, en muchos casos, mayores y frágiles que requieren cuidados y una asistencia muy coordinada para cubrir todas sus necesidades.
El Covid-19 puede incrementar tanto el porcentaje de pacientes con altas necesidades de atención sanitaria como el porcentaje de recursos que consumen.
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Algunas propuestas para mejorar la eficiencia de la atención a este colectivo son
reforzar la Atención Primaria, mejorar la
coordinación entre niveles asistenciales y potenciar una telemedicina real, entre otras cosas, según ha planteado Ignacio Vallejo Maroto, coordinador del Grupo de Trabajo SEMI Paciente Pluripatológico y Edad Avanzada y moderador de la sesión Retos de la Medicina Interna en la asistencia a personas con altas necesidades de atención, celebrada en el marco del
41 Congreso de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) de forma virtual.
Los datos sobre la alta
demanda de recursos sanitarios de un pequeño porcentaje de la población no son exclusivos de España, sino un fenómeno común a otros países. "Son pacientes que se descompensan y que tienen un alto requerimiento de cuidados. Lo ideal sería su
permanencia en el domicilio,
con una buena salud y calidad de vida, y siendo atendidos en ese entorno por
el equipo de Atención Primaria. Cuando sea preciso y de forma coordinada también con otros especialistas y niveles asistenciales según las necesidades. En este sentido es importante contar con todos los actores implicados:
enfermeras, médicos de Familia, trabajadoras sociales, farmacéuticos y especialistas con ámbito generalista como internistas, médicos de Urgencias o geriatras", ha expuesto Vallejo.
El Covid-19 ha empeorado esta situación, al haberse tenido que desplazar sanitarios que atendían a estos pacientes a otras labores (de rastreo o atención a pacientes contagiados, por ejemplo). "Ya teníamos una
pandemia de pacientes crónicos y ahora se le suma la de pacientes con infección por coronavirus", ha sentenciado Vallejo.
Tres retos para pacientes con altas necesidades
Existen tres grandes retos que se deben afrontar en la atención a estos pacientes con altas necesidades asistenciales:
el edadismo es un factor discriminatorio que supone el rechazo a la intervención en personas mayores, por su edad avanzada.
La letalidad causada por la pandemia de coronavirus ya tiene efecto en los pacientes crónicos y pluripatológicos, al haberse desplazado personal asistencial y recursos para atender a personas con Covid-19. El confinamiento también ha dificultado la continuidad de estrategias de salud pública para promover hábitos saludables y prevenir enfermedades como la obesidad, la diabetes, la hipertensión o la EPOC.
El modelo de las residencias de mayores, instituciones no hospitalarias que atienden a los mayores, se deben repensar, tras el gran impacto del coronavirus en esas casas de acogida.
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