Los profesionales del
Sistema Nacional de Salud (SNS) que participen en el
abordaje de la prevención secundaria del ictus tienen a su disposición una nueva
guía de práctica clínica. Se trata de un documento que fija, entre sus novedades, la
recomendación de utilizar los nuevos anticoagulantes. Estos fármacos tienen un
menor riesgo de hemorragia cerebral, según explica a este diario
Luis Castilla, internista del Hospital Universitario Virgen Macarena (Sevilla) y uno de los coordinadores del texto.
Los
nuevos anticoagulantes recomendados en la guía permiten llevar a cabo un
seguimiento menos estrecho en comparación con los fármacos tradicionales. “Si tiene menos riesgo de hemorragia cerebral, es mejor”, argumenta Castilla. Este documento, promovido y financiado por el
Ministerio de Sanidad, ha sido elaborado por la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias de Andalucía (
Aetsa). Tiene como objetivo abordar el tratamiento farmacológico en la prevención secundaria del ictus isquémico y hemorrágico en adultos en pacientes con fibrilación auricular, foramen oval permeable o valvulopatías. “Es una guía importante porque
unifica un poco la actuación de distintos sanitarios que nos dedicamos al riesgo cardiovascular. A todos nos sirve”, subraya Castilla.
Con su renovación, los profesionales de la sanidad española tienen una serie de medidas homogéneas en las que fijarse para tratar de anticiparse a las situaciones que finalicen en ictus. “Según la situación en la que estemos, usamos un tratamiento u otro. Y, a veces, uno complementario. Normalmente se agrega y se le une una pastilla para que el colesterol baje. Si la arteria está muy cerrada, entonces se le dilata con una anglioplastia o un stent”, explica el internista. Es un caso específico en el que la recomendación se basa en esa manera de abordaje. No obstante, Castilla remarca que en el resto de los casos se recomiendan los anticoagulantes nuevos, incidiendo en que los
beneficios son mayores.
Más de 100.000 casos de ictus al año en España
Entre las pautas que fija el texto, se encuentra también un
sistema estandarizado de las recomendaciones en base a su calidad empírica. Es decir, que indica cuál es la intensidad de la recomendación, si débil o fuerte, para realizar esa intervención que se busca. Y es que, tal y como señala el internista, el ictus es “un problema muy grande” tanto a nivel mundial como en España. Es una enfermedad “muy frecuente”, con unos
120.000 casos anuales de ictus en el Estado español. “El problema del paciente con ictus es que tiene un
riesgo elevado de tener otro evento cardiovascular. Hay que actuar sobre estos enfermos, ya que son de muy alto riesgo”, comenta Castilla.
Según detalla el internista y uno de los coordinadores de la nueva guía clínica para el abordaje del ictus, quien haya padecido la patología tiene un
10 por ciento más de riesgo de volver a sufrirla en el mismo año, y un
26 por ciento en los próximos cinco años. “Hay que actuar para evitar que esto pase, y es en ese contexto cuando aparece esta guía clínica”, argumenta Castilla.
De cara a próximas actualizaciones, el internista señala los
casos de hemorragia cerebral: “Hay un estudio que dice que no hay que esperar para intervenir en casos de anticoagulación en hemorragia cerebral. Nosotros habitualmente esperamos unos días para introducir nuevos anticoagulantes. En todas esas cuestiones que no haya evidencia, la cosa sería ir estudiando e investigando para actualizar la guía, a medida que tengamos más conocimientos”.
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