Los suplementos de
vitamina D y ácidos grasos (a menudo vendidos como aceite de pescado)
no evitan la enfermedad renal crónica en
diabetes tipo 2. Así lo ha puesto de manifiesto el
estudio clínico más grande hasta la fecha sobre estos suplementos para pacientes diabéticos presentado en una conferencia de la
Sociedad Americana de Nefrología. Además, la revista
JAMA ha publicado
uno de los ensayos complementarios para comprobar esta tesis, acompañado de un
editorial en el que ha valorado la importancia de los hallazgos.
"Ahora parece seguro concluir que muchas asociaciones epidemiológicas previas entre la deficiencia de vitamina D y los resultados adversos para la salud fueron impulsadas
por confusión residual no medida o
causalidad inversa", señala el editorial, que sentencia: "En pacientes con diabetes tipo 2, la suplementación rutinaria con vitamina D o ácidos grasos omega-3
no tiene ningún papel en la prevención primaria de
enfermedad renal crónica".
Los suplementos de vitamina D y omega-3 no tienen ningún papel en la prevención de la enfermedad renal crónica
|
"Teníamos esperanzas para ambas intervenciones, la vitamina D y el aceite de pescado, pero no parecen ser particularmente efectivos para este propósito", admite Ian de Boer, autor principal del artículo de
JAMA, profesor de Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington y director asociado del Kidney Research Institute, una colaboración de la universidad y Northwest Kidney Centers.
De Boer señala que
de los 28 millones de estadounidenses que viven con diabetes tipo 2, alrededor del 40 por ciento
desarrolla enfermedad renal crónica, una condición en la cual los riñones no pueden eliminar adecuadamente los desechos y líquidos del cuerpo. Esto
altera la salud de una persona de innumerables maneras y puede progresar a insuficiencia renal. También aumenta enormemente el riesgo de eventos cardiovasculares y muerte.
Propiedades antiinflamatorias
Estudios previos de modelos animales y cultivos celulares han sugerido que los suplementos de vitamina D y aceite de pescado tienen
propiedades antiinflamatorias y de otro tipo que podrían prevenir o retrasar la progresión de la diabetes tipo 2 a enfermedad renal crónica.
La investigación también ha encontrado asociaciones entre el deterioro renal de los humanos y los niveles más bajos de vitamina D y una menor ingesta de pescado en la dieta.
"Mucha gente usa los suplementos con la esperanza de que haya efectos renales y cardiovasculares beneficiosos –apunta De Boer–. Queríamos que este estudio aclarara si estos suplementos tienen
algún beneficio real para los riñones en adultos con diabetes. Incluso si no es el resultado que esperábamos, cerrar un capítulo es útil tanto para pacientes como para médicos e investigadores"
Diseño del ensayo
El estudio se realizó como parte del '
VITamin D and OmegA-3 TriaL' (Vital) a nivel nacional. Los investigadores diseñaron un estudio de
cinco años sobre la función renal en 1.312 adultos con diabetes tipo 2 en el ensayo. Los adultos (hombres de 50 años y mujeres de 55 años) no tenían enfermedad cardiovascular o cáncer clínicamente aparentes, y la mayoría no comenzó con signos de enfermedad renal.
Los participantes enviaron muestras de sangre y orina para establecer una tasa de filtración glomerular estimada inicial (TFGe, una medida del rendimiento de filtración de desechos de los riñones) y la presencia de proteínas en la orina.
A continuación fueron asignados aleatoriamente a uno de los cuatro grupos de tratamiento: 370 personas recibieron suplementos de vitamina D y ácidos grasos omega-3, 333 recibieron vitamina D y un placebo de aceite de pescado, 289 recibieron un placebo de vitamina D y una cápsula de aceite de pescado y 320 recibieron dos placebos.
Se recogieron muestras de sangre y orina a los dos años y nuevamente a los cuatro o cinco años después de la aleatorización. En promedio, la función renal disminuyó aproximadamente un 15 por ciento en el transcurso del estudio.
Sin diferencias significaticas
La cantidad de disminución no varió significativamente si los participantes fueron asignados a vitamina D o placebo, o a ácidos grasos omega-3 o placebo. Tampoco hubo diferencias significativas en la excreción de proteínas en la orina.
"El ensayo Vital está evaluando los
beneficios y riesgos generales de estos suplementos, y los efectos sobre la
función renal son una pieza importante del rompecabezas. El presente estudio responde a una
pregunta clave que ayuda a mejorar la salud pública", señala
JoAnn Manson, autora principal del estudio y directora del ensayo Vital principal, además de jefa de medicina preventiva en el
Hospital Brigham and Women's y profesora de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard.
Aunque pueda contener afirmaciones, datos o apuntes procedentes de instituciones o profesionales sanitarios, la información contenida en Redacción Médica está editada y elaborada por periodistas. Recomendamos al lector que cualquier duda relacionada con la salud sea consultada con un profesional del ámbito sanitario.