La pandemia por Covid-19 ha supuesto un
“crecimiento exponencial” en la actividad asistencial de las 120 unidades de
Hospitalización a Domicilio (HaD) que hay, a día de hoy, en hospitales públicos de España. En ellas los
médicos internistas desempeñan un papel fundamental por la visión integral que tiene la especialidad del paciente crónico, complejo y/o pluripatológico, y porque en estas unidades se atienden cada vez más “
pacientes con mayor complejidad” que requieren formación y experiencia hospitalarias.
Pese a que el modelo llevaba ya varios años con un lento crecimiento, ha sido en los últimos dos años y, especialmente tras la pandemia, cuando este crecimiento se ha acelerado. Las HaD han jugado un
papel clave para atender en su domicilio tanto a
pacientes no Covid-19, como con infección aguda Covid-19 y contribuir con ello a descongestionar los hospitales y asegurar la transferencia a una Atención Primaria desbordada.
Actualmente, también está siendo importante la actividad de la HaD en
atención postcovid y en rehabilitación de pacientes que han pasado el SARS-CoV-2, según se expondrá en la mesa “Aprendizaje en tiempos de pandemia o cómo la hospitalización a domicilio ha alcanzado la mayoría de edad” del
42º Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI)-37º Congreso de la SOGAMI, moderada por Víctor González Ramallo, médico internista Jefe de la Unidad de Hospitalización a Domicilio del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid.
¿Cuál es la situación actual de las unidades de Hospitalización a Domicilio?
Hoy en día, la mayor carga asistencial de trabajo de las Unidades de HaD es la derivada de la atención a
patologías infecciosas que requieren ingreso hospitalario (las más frecuentes serían las respiratorias, del tracto urinario y de piel y partes blandas), así como la atención a pacientes pluripatológicos o crónicos descompensados con enfermedades como la
insuficiencia cardíaca o la EPOC, además de infecciones postquirúrgicas y
osteoarticulares o del pie diabético.
Además, se resta atención paliativa en aquellas unidades que tienen también asignada esta función por algunas comunidades autónomas. “Con la pandemia la actividad de las Unidades de HaD se ha disparado en España. El Covid-19 nos ha hecho darnos cuenta de que el hospital no siempre es el mejor lugar terapéutico para atender a los pacientes y que tiene sus riesgos”, resume González Ramallo, quien añade que especialmente en los pacientes frágiles, pluripatológicos o de edad avanzada, una hospitalización convencional puede acarrear riesgos como “deterioro funcional, infecciones nosocomiales (adquiridas en el propio hospital), síndrome confusional o depresión”.
"El hospital no siempre es el mejor lugar terapéutico para atender a los pacientes"
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En la mesa redonda, han participado María Ruiz Castellano, de la Unidad de Hospitalización a Domicilio del Complejo Hospitalario de Navarra (Pamplona), que ha disertado sobre “Hospitalización a Domicilio: un recurso eficiente para evitar el colapso hospitalario durante la pandemia. La experiencia en Navarra”; Giusi Sgaramella, del Servicio de Hospitalización a Domicilio del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla (Santander), que abordó la ponencia “Atender en el domicilio a pacientes sin covid como estrategia para aumentar la capacidad hospitalaria: la otra cara de la gestión de esta crisis”; y Manuel Mirón Rubio, del Servicio de Hospitalización a Domicilio del Hospital Universitario de Torrejón (Madrid) y actual coordinador del Grupo de HaD de la SEMI, con una ponencia bajo el título “Hospitalización a domicilio y oportunidad para el cambio: la innovación tecnológica se hace viral”.
¿Qué beneficio aportan las unidades de Hospitalización a Domicilio?
“En muchos casos,
la hospitalización a domicilio es igual de eficaz y segura y notablemente más barata que la hospitalización convencional, por ejemplo en el tratamiento de toda la patología infecciosa que requiere vía intravenosa”, indica González Ramallo.
Un caso paradigmático es el de la
endocarditis infecciosa, con entre un 30 por ciento y un 40 por ciento de mortalidad actualmente. Es una patología especialmente compleja que requiere una hospitalización de entre 4 y 6 semanas. A partir de la segunda semana, cuando la probabilidad de complicaciones disminuye, “sabemos que es
seguro y eficiente tratarla con el modelo de HaD”.
Entre los beneficios de este modelo, se encuentran: el
control a largo plazo, la mayor coordinación desde casa con los servicios y recursos hospitalarios, cómo para personas con discapacidad o movilidad reducida y se evitan infecciones nosocomiales, frente a otros modelos como el Hospital de Día (cuya actividad disminuyó en la pandemia, al ser recursos que generalmente están dentro del propio hospital).
Ante el progresivo aumento de la cronicidad y la pluripatología por la mayor esperanza de vida y hábitos de vida actuales, el modelo de HaD se erige como un modelo imprescindible frente a la hospitalización convencional para dar respuesta a los desafíos de la cronicidad, ante un sistema de hospitalización convencional actual más bien pensado para dar respuesta a la atención de la patología aguda que a la crónica.
Los pacientes cada vez “son más complejos
y la HaD es un modelo con un campo claro de acción en cronicidad y pluripatología compatible con la telemonitorización para dar respuesta, desde el domicilio y con la adecuada supervisión de los profesionales sanitarios, a estos pacientes, con seguridad, eficacia y seguimiento para dar una rápida respuesta a cualquier posible eventualidad”. Además, es un modelo asistencial que fomenta la humanización, puesto que permite al paciente afrontar la enfermedad rodeado de los suyos.
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