Médicos internistas de todo el país se han congregado este pasado viernes, 26 de mayo, en la
XVI Reunión de Osteoporosis de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), que tuvo lugar en Madrid y en la que se abordaron novedades diagnósticas y terapéuticas en el abordaje de la
osteoporosis y en el adecuado manejo de sus principales complicaciones. Se trata de una patología ligada a la
fragilidad y al proceso de
envejecimiento.
La osteoporosis tiene una tasa de prevalencia en la población general en España del
22,5 por ciento en las mujeres y del 6,8 por ciento en los hombres mayores de 50 años. Es comparable a la de países como Francia, Alemania, Suecia y Reino Unido. Según indicó Rosa Arboiro, coordinadora del Grupo de Trabajo de Osteoporosis (GTO) de la SEMI, “entre sus
factores de riesgo están la edad, el sexo femenino, la fractura de cadera en los progenitores, el haber presentado una fractura por fragilidad previa, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la falta de actividad física, el bajo peso, enfermedades endocrinológicas e inflamatorias intestinales y tratamientos como los glucocorticoides”.
La reunión fue inaugurada por Manuel Méndez, secretario general de la SEMI, y por Arboiro, en calidad de coordinadora del GTO-SEMI. Durante el transcurso de la misma, se dedicó
una mesa a la actualización del tratamiento de la osteoporosis. Se puso de manifiesto que, desde octubre de 2022, se dispone de un
nuevo fármaco osteoformador para la osteoporosis aprobado por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (Aemps). Se trata del romosozumab y está “indicado
para pacientes con osteoporosis grave que han presentado fracturas por fragilidad”. En los últimos 3 años, además, han aparecido numerosos biosimilares de otro de los fármacos osteoformadores, la
teriparatida.
Medir la calidad y cantidad ósea
Asimismo, durante la reunión también se ha analizado el uso de
técnicas de imagen no invasivas para medir la calidad y cantidad ósea. Se hizo mención a la utilidad de “Trabecular Bone Score y 3D-DXA” en el seguimiento de los pacientes con hiperparatiroidismo primario tras cirugía. Según señaló Arboiro, “ambas técnicas se basan en la aplicación de un programa informático específico en cada caso a los archivos de la densitometría ósea, proporcionando información sobre la calidad y la microestructura ósea. Esto las convierte en técnicas muy accesibles para la investigación clínica”.
En palabras de Arboiro el papel del internista en el manejo de la osteoporosis y sus
complicaciones es clave por distintas razones, entre ellas por “la propia etiología de la patología, por la
complejidad y necesidad de su tratamiento de forma integral, por la formación sólida y visión integral de los propios internistas y porque disponen de los medios necesarios para ello, y además de porque así lo creen también los propios internistas y la especialidad”. Precisamente, en una encuesta realizada por el Grupo de Trabajo en Osteoporosis de la SEMI a más de 500 internistas de nuestro país, el 90 por ciento de los encuestados opinaron que “
la osteoporosis es una enfermedad que deben tratar los internistas”.
La osteoporosis afecta a ambos sexos. “Una de las formas en las que
afecta a la mujer después de la menopausia es la conocida como postmenopáusica.
En el varón suele ser idiopática o secundaria a un amplio número de enfermedades, como determinadas endocrinopatías (entre ellas el hipogonadismo o el hiperparatiroidismo primario), el alcoholismo, enfermedades reumáticas, muchas neoplasias o su tratamiento (inmunosupresores o esteroides), producidas por fármacos, (como las sales de litio o los anticonvulsivantes además de los esteroides antes mencionados) o secundarias a enfermedades como los accidentes cerebrovasculares o las paraplejias o tetraplejias.
El internista tiene la formación para estudiar y tratar prácticamente todas las causas secundarias de osteoporosis, además de la idiopática y la postmenopáusica”, subrayó Arboiro.
En relación a la complejidad de su tratamiento, cabe destacar que, “en las personas de cierta edad,
coexisten enfermedades muy frecuentes como la diabetes mellitus, la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la insuficiencia renal, siendo el internista el especialista ideal para tratar simultáneamente todos estos procesos, adaptando los fármacos a las necesidades del paciente pluripatológico”.
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