“Que la
obesidad sea reconocida como una enfermedad crónica debe pedirse a este gobierno, al que salga de las urnas el 23 de julio y a todos los autonómicos”. Esta es la reivindicación que la
Medicina Interna española ha puesto encima de la mesa. Y, para ello, desde la Sociedad Española de Medicina Interna (
SEMI) exigen al
Ministerio de Sanidad que apruebe el
fármaco de semaglutida, con el fin de que suponga una ayuda para perder peso en las personas que sufran de obesidad. “En la próxima legislatura se deberían impulsar medidas para asegurar una
atención integral y de calidad a estas personas”, argumenta
Juana Carretero, presidenta de la SEMI.
Y es que, concretamente, la sociedad científico-médica está a la espera de que el departamento de José Miñones dé su visto bueno para que
el Sistema Nacional de Salud (SNS) cuente con la semaglutida. “
Es una necesidad y un derecho que tienen estas personas”, argumentan desde Interna. “Es una obligación del ministerio trabajar y avanzar en este campo por la alta prevalencia de la obesidad, por las
cifras esperadas para el 2035 con más de 37 por ciento de las personas adultas con esta enfermedad y por el elevado gasto sanitario que supone ahora la obesidad”, añade Carretero.
La falta de “un plan global de atención” genera esta situación, según afirman desde la SEMI. Es por ello, que, a día de hoy, el
SNS se centra en una “Medicina reactiva”, tratando solo las
comorbilidades cuando aparecen, en lugar de centrar su actuación en la prevención de la obesidad. Una línea estratégica en la que el medicamento de semaglutida juega un papel ‘vital’ para los internistas españoles. “Lo apropiado sería tratar la obesidad con medidas adecuadas y con evidencia científica, que permitan
perder peso y grasa de forma segura, mantener dicha pérdida y evitar la aparición de las comorbilidades”, recalca Carretero.
Fármaco ampliado a la población adolescente
Desde la propia sociedad médica enfatizan que este medicamento no se utilizaría, en caso de que las autoridades sanitarias lo aprobaran, única y exclusivamente en la población adulta. Carretero explica que el fármaco también serviría para abordar a los
adolescentes que sufran la obesidad: “La población adolescente que ahora tiene obesidad, si no se trata, será un adulto enfermo que consumirá ingentes
recursos económicos”. Por lo que, la presidenta de la SEMI recalca en la importancia de “prevenir”.
Para ello, y a la espera de que el
departamento de Sanidad se decida a posicionar en el asunto, Medicina Interna sigue su senda de impulsar campañas de concienciación sobre “la necesidad de identificar la obesidad y sus comorbilidades, para actuar frente a ello”. “Continuamos con la formación continuada”, asegura Carretero, subrayando que en su próximo
congreso nacional tendrán “una mesa muy interesante en la que los expertos serán las personas que asistan a la mesa”. “Promete grandes sorpresas”, zanja la facultativa.
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