Un estudio prospectivo multicéntrico en pacientes coinfectados con VIH y virus de la hepatitis C (VHC) que iniciaron terapia anti-VHC entre febrero de 2012 y febrero de 2016 en 14 centros hospitalarios de toda España ha constatado que la erradicación del VHC en personas también coinfectadas con VIH puede tener, a medio plazo, un efecto negativo al favorecer un incremento del riesgo de padecer un evento cardiovascular, así como de aterosclerosis preclínica.
Según esta investigación, realizada por Gesida (Grupo de Estudio del Sida de la Seimc) sobre una población de 237 pacientes, se tuvo constancia de que la presencia de respuesta viral sostenida –que representa en la práctica la erradicación del VHC– se relacionó con un aumento estadísticamente significativo del riesgo cardiovascular en la escala de Framingham. Sin embargo, en los pacientes que no presentaron esta respuesta no se constató este aumento.
El aumento del riesgo cardiovascular en pacientes con respuesta viral sostenida fue impulsado por el aumento del colesterol LDL sérico. Un nivel más alto de colesterol implica una mejor respuesta al tratamiento del VHC en pacientes coinfectados, debido a que el receptor celular del colesterol LDL también funciona como receptor para la hepatitis C, de modo que se produce una competencia por acceder al mismo. Por eso, unos mayores niveles de colesterol LDL favorecen una menor unión del VHC a las células.
El 87,3 por ciento, con carga viral indetectable
El estudio encontró pequeños incrementos en la velocidad de la onda de pulso aórtico y grosor íntima medial carotídeo tanto en pacientes con respuesta viral sostenida como sin ella. El primer concepto está considerado el patrón oro para la medición de la rigidez arterial, un predictor independiente de enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular en sujetos aparentemente sanos. El segundo concepto es un predictor del infarto de miocardio y accidente cerebrovascular en adultos sin antecedentes de enfermedad cardiovascular.
De los pacientes participantes en el estudio, el 77,9 por ciento eran hombres con una edad media de 49,2 años, con un índice de masa corporal medio de 24,4 (normopeso) y de los cuales el 77,6 por ciento de los consultados habían hecho uso previo de drogas inyectables. El 97,9 por ciento de los pacientes recibieron tratamiento antirretroviral durante su tratamiento anti-VHC, presentando el 87,3 por ciento de ellos carga viral indetectable.
Tan sólo el 12,2 por ciento habían recibido previamente terapia anti-VHC, apenas un tres por ciento de los pacientes tenían un consumo de alcohol por encima de lo aceptable frente al 68,4 por ciento que se declaraba fumador. En cuanto a otras enfermedades, el 8,4 por ciento presentaba diabetes mellitus y el 11,4 por ciento hipertensión arterial.
Hasta la fecha, distintos estudios realizados por expertos de Gesida han demostrado que la erradicación del VHC en pacientes coinfectados con VIH /VHC se asociaba con una reducción en el riesgo de diabetes e insuficiencia renal. Tomados en su conjunto, los resultados de este nuevo trabajo indican que la erradicación del VHC tras el tratamiento no se asocia a medio plazo con una reducción del riesgo cardiovascular ni con una mejora de la arteriosclerosis.
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