La
XXV Reunión de Insuficiencia Cardiaca y Fibrilación Auricular ha contado con una mesa repleta de
grandes retos que están por venir, centrada en la investigación de la
insuficiencia cardiaca con Fevi preservada. El moderador e internista del
Hospital Universitario Central de Asturias,
Álvaro González, ha dejado claro que “la reunión no podía finalizar sin un tema estrella como es este
tipo de insuficiencia cardiaca. Todavía hoy existen muchas dudas sobre qué diagnóstico establecer o cómo abordarla”.
Entre los temas abordados por los ponentes de la mesa, se ha hecho hincapié en que el
fármaco antihiperglucemiante iSGLT2 es el tratamiento de la primera línea en insuficiencia cardiaca preservada hoy en día, que la terapia con
betabloqueantes debe ser descartada en la mayoría de casos y que actualmente no existe un tratamiento que
reduzca la mortalidad en este tipo de pacientes.
Los betabloqueantes, un paso en falso frente a la patología
Apostar por
la terapia con betabloqueantes frente a la insuficiencia cardiaca preservada ha sido descartado por
Pau Llàcer, internista del Hospital Universitario Ramón y Cajal: “Es ampliamente extendido su uso con escasa evidencia en la fisiopatología compleja con papel relevante de la cronotropa. Otros estudios deberán confirmar más adelante los resultados actuales y evaluar la seguridad y eficacia clínicas a medio y largo plazo de estrategias frente a la patología”.
El especialista ha enumerado algunos de los estudios más importantes en relación a la insuficiencia cardiaca preservada, como el
Topcat, en que “más del 70 por ciento de los pacientes tratados recibieron betabloqueantes. La disfunción endotelial es clave para el desarrollo de la preservada, y se ha demostrado que la capacidad para hacer ejercicio es significativamente menor”.
Llàcer: "El uso de betabloqueantes es ampliamente extendido con escasa evidencia"
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La
insuficiencia cronotropa emerge como un mecanismo que contribuye a la limitación de la capacidad funcional del ejercicio, y debido a ello Llàcer participó en un ensayo clínico, demostrando que “
es necesario retirar los betabloqueantes para mejorar esa capacidad a los pacientes. Depende del perfil de pacientes se deben reservar los betabloqueantes, como por ejemplo los que tienen en dilataciones y disfunciones reducidas. Por encima de 40 no se recomienda y si supera los 50, no se deben usar, salvo en algunas excepciones”.
El diagnóstico, un enigma frente a la preservada
Llegar a diagnosticar a un paciente que sufre
insuficiencia cardiaca con fracción de eyección preservada (IC-FEP) no resulta fácil para el especialista, tal y como afirma
David Chivite, internista del
Hospital Universitario de Bellvitge, en Barcelona: “Es una duda nada fácil de resolver, los signos y síntomas clínicos están basados en datos de los años 50. Existen
múltiples teorías patogénicas y un sustrato cardiaco muy variable, provocando que el diagnóstico es complejo”.
La dilatación y disfunción del corazón en la insuficiencia cardiaca son descritas por el internista como “
todo un mundo. Cuando uno ve el universo de lejos se asimila, pero está formado por
múltiples componentes y se deben estudiar uno por uno. En el universo de la preservada existen tres variables, el paciente puede tener
síntomas derivados de otra patología, puede aparecer una
cardiopatía que ofrece síntomas, pero que, si se analiza al detalle, hay elementos más contundentes que descartan la enfermedad. La última opción es que
la insuficiencia esté preservada de verdad”.
Chivite: "El diagnóstico de la preservada implica aplicar la definición universal de insuficiencia cardiaca"
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Las principales conclusiones que el especialista ha enumerado en la
XXV Reunión de Insuficiencia Cardiaca y Fibrilación Auricular, pese a que no existe a ciencia cierta cómo diagnosticar la enfermedad, es que “el diagnóstico de la preservada implica de momento aplicar
la definición universal de insuficiencia cardiaca. Por otra parte, se debe
ponderar la contribución de comorbilidad que no sean de insuficiencia cardíaca a los síntomas. Finalmente, es necesario investigar más a fondo y no olvidar que la posibilidad de detectar etiologías específicas.
No hay tratamiento para reducir la mortalidad en preservada
Si el diagnóstico de esta enfermedad no es del todo claro, el internista del
Hospital Universitario de Valencia,
José Pérez, ha corroborado que “cuando se tiene que hablar de tratamiento la situación aún es más complicada. Las guías europeas afirman que
no existe un tratamiento que reduzca la mortalidad en este tipo de pacientes. Han aparecido fármacos, pero no tienen evidencia de que reduzcan la mortalidad.
Pérez: "No existe un tratamiento que reduzca la mortalidad en este tipo de pacientes"
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Las guías americanas han abordado esta enfermedad y recaban
datos de estudios europeos contra la preservada, tal y como ha afirmado el especialista: “Se ha posicionado
Empagliflozina, tal y como ha pasado con
Dapagliflozina. Se está partiendo de muy poca solidez, aunque los beneficios logrados hasta ahora son precoces”.
Para concluir la ponencia, el especialista ha dejado claro que el “fármaco antihiperglucemiante
iSGLT2 es el
tratamiento de la primera línea en insuficiencia cardiaca preservada con una fracción de eyección del ventrículo izquierdo”. Otro de los factores que Pérez ha defendido frente a esta enfermedad es “el ejercicio aeróbico y la pérdida de pesa como mejora de intolerancia al ejercicio”.
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