El
sexo del profesional médico influye a la hora de la
supervivencia del paciente. Tanto es así que
las doctoras registran cifras más bajas de mortalidad y de readmisión hospitalaria que sus compañeros varones, según el
último informe publicado por la revista
JAMA Internal Medicine.
El documento analiza
1,5 millones de hospitalizaciones durante cuatro años (2011-2014) en el programa Medicare, destinado a cubrir la asistencia sanitaria pública a mayores de 65 años y discapacitados. En él se indica que las médicas presentan
un 4 por ciento menos de readmisiones hospitalarias que los facultativos y hasta
un 5 por ciento menos de muertes a los 30 días de recibir el alta.
Ellas puntúan mejor, según este estudio, “porque probablemente se adhieran más y mejor a las guías clínicas y a la práctica basada en la evidencia”, además de que
proporcionan una atención de mayor calidad en prácticamente las 8 condiciones médicas evaluadas: septicemia, neumonía, insuficiencia cardiaca, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), infección del tracto urinario, insuficiencia renal aguda, arritmias y sangrando gastrointestinal.
La estadística solo hace una pequeña aclaración: las tasas de reintegro de los pacientes fueron menores en el sexo femenino que en el masculino para todos estos subgrupos, excepto para los pacientes menos enfermos, donde
la interacción no fue estadísticamente significativa.
El informe de JAMA Internal Medicine llega a la conclusión de que “las diferencias en los patrones de práctica entre los médicos masculinos y femeninos –como se sugiere en anteriores estudios- pueden tener importantes implicaciones clínicas para los resultados del paciente”. Y prosigue diciendo que “entender exactamente por qué existen estas diferencias puede proporcionar
información valiosa sobre la mejora de la calidad de la atención para todos los pacientes, independientemente de quién proporcione su cuidado”.
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