La
diabetes mellitus puede influir en el desarrollo de la
fibrilación auricular de forma indirecta como colaboradora de otros factores de riesgo cardiovascular, y también de forma directa e independiente, según han comprobado investigadores del
Instituto Multidisciplinario de Publicaciones Digitales (MDPI por sus siglas en inglés).
Así lo han explicado en el estudio
‘Fibrilación auricular y diabetes mellitus: ¿relaciones peligrosas o espectadores inocentes?’, publicado por esta institución, sobre la fibrilación auricular (FA), que es la arritmia más común en adultos y la diabetes mellitus (DM), que supone un factor de riesgo importante para las enfermedades cardiovasculares. La
relación entre ambas patologías no ha sido completamente documentada y nuevas evidencias apoyan la existencia de
vínculos directos e independientes.
Aumento en el riesgo de trombogénesis
En el miocardio, una combinación de remodelación estructural, eléctrica y autonómica puede
provocar fibrilación auricular. Es importante destacar que los pacientes con FA y DM mostraron
alteraciones más dramáticas que aquellos con FA o DM solas, particularmente en la respiración mitocondrial y la remodelación auricular, que altera la conductividad, la trombogénesis y la función contráctil.
En FA y DM, elevaciones de calcio citosólico⁺ y la acumulación de proteínas de matriz extracelular (ECM por sus siglas en inglés) en el intersticio pueden promover posdespolarizaciones tardías. La inflamación de bajo grado asociada con este tipo de diabetes y la deposición/infiltración de tejido adiposo epicárdico (EAT, por sus siglas en inglés)
refuerzan las anomalías en el calcio, manipulación y en el acoplamiento excitación-contracción, lo que lleva a la miopatía auricular.
Este agrandamiento auricular y la reducción del volumen y la fracción de vaciado pasivo pueden ser
clave para el mantenimiento y la reentrada de la fibrosis auricular. Además, el tejido adiposo epicárdico almacenado puede prolongar la acción de posibles duraciones y la progresión de la FA paroxística a la persistente.
De esta forma,
este tipo de diabetes puede aumentar el
riesgo de trombogénesis como consecuencia del aumento de la glicación y oxidación del fibrinógeno y plasminógeno, alterando la conversión de plasmina y la resistencia a la fibrinólisis.
Además, la remodelación autonómica asociada con la diabetes mellitus también puede iniciar la fibrosis auricular y su reingreso. Finalmente, más evidencia de la influencia de la DM en el desarrollo y mantenimiento de la FA, se basa en los
efectos antiarritmogénicos de ciertos fármacos antidiabéticos como los inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa-2 (SGLT2).
Por tanto, la FA y la DM pueden
compartir alteraciones moleculares relacionadas con el Ca2+ movilidad, función mitocondrial y composición de la matriz extracelular que inducen remodelación auricular y defectos en la estimulación y conductividad autonómica. Probablemente, algunas terapias específicas podrían funcionar contra el daño cardíaco asociado a la FA y/o DM.
Se necesitan más estudios para investigar esta asociación
Hoy en día, los vínculos epidemiológicos entre la fibrilación auricular y la diabetes mellitus solo están respaldados por observaciones más pequeñas que brindan información sobre la patogenia.
Este estudio, por su parte, indica que una combinación de remodelación estructural, eléctrica y autonómica
puede conducir a la fibrilación auricular, que puede constituir el paso final de la remodelación auricular. Sin embargo, el estrés oxidativo asociado con la diabetes mellitus, la disfunción mitocondrial y la inflamación pueden forzar el desarrollo y el reingreso de la fibrilación auricular.
La acumulación e infiltración de
tejido adiposo epicárdico y la
formación de trombos también podrían tener un efecto. Por lo tanto, los pacientes con DM con conductividad cardíaca dañada y los sujetos con FA con glucemia descontrolada deben ser diagnosticados y tratados de manera temprana.
En este sentido, los tratamientos antidiabéticos como la metformina, los agonistas del receptor alfa activado por el proliferador de peroxisomas (PPAR-α) y principalmente los inhibidores del cotransportador de sodio y glucosa-2 (iSGLT2), podrían ser de
gran utilidad.
Se necesitan más estudios que anillen las asociaciones directas e indirectas, así como los mecanismos potenciales de interacción necesarios para establecer una relación causal entre FA y DM, y las comorbilidades relacionadas.
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