Auditorio repleto de especialistas durante la inauguración de la IX Reunión Diabetes y Obesidad de la SEMI.

26 ene 2017. 11.50H
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POR REDACCIÓN
El control del azúcar en sangre no es un asunto baladí. Aparte de mantener en equilibrio al paciente con diabetes, previene de enfermedades vasculares como el infarto agudo de miocardio o la trombosis cerebral, entre las más graves, y también elude infecciones orales y de las piezas dentales, que se relacionan con la enfermedad más de lo que se cree.

En efecto, tanto la salud vascular como la periodontal tienen mucho que ver con la diabetes. Si se mantiene sana la cavidad oral, dejan de liberarse en sangre sustancias inflamatorias que deterioran las arterias y dan lugar a descompensaciones en el control de la enfermedad. Al mismo tiempo, el control adecuado de la glucosa en sangre reduce la probabilidad de accidentes vasculares.

Así lo ha dado a conocer el coordinador del Grupo de Diabetes y Obesidad de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), Javier Ena, como prolegómeno de la X Reunión de Diabetes y Obesidad, que coordina y que se celebra en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Torremolinos (Málaga) los días 27 y 28. Está previsto que acudan a ella alrededor de 750 médicos de toda España además de investigadores nacionales e internacionales.

“La enfermedad periodontal está muy relacionada con la diabetes, ya que contribuye a acelerar la enfermedad cardiovascular al producir sustancias inflamatorias que aceleran el envejecimiento de las arterias”, ha recalcado.

Pero la enfermedad periodontal no es la única que se relaciona de forma estrecha con la diabetes, ya que las complicaciones asociadas a esta enfermedad son múltiples. Así, un mal control de la diabetes a lo largo del tiempo –durante unos 10-15 años– deriva en complicaciones microvasculares que afectan a los vasos sanguíneos pequeños.

“Un ejemplo se encuentra en la retina, provocando trastornos en la visión por hemorragias retinianas; además de otros que afectan a los vasos del riñón o a los vasos encargados de nutrir a los nervios, provocando problemas en la percepción del dolor debidos a la deficiente conducción sensitiva de los nervios, o una disminución de la capacidad de filtración del riñón, que puede conducir a la insuficiencia renal y a la diálisis”, ha explicado el especialista.

Por otra parte, la diabetes afecta también a los vasos sanguíneos de gran tamaño, como las arterias coronarias, y se convierte en causa de infarto agudo de miocardio y de trombosis cerebral.

Además, la hipoglucemia –bajos niveles de glucosa en sangre– es otro de los efectos que se producen a causa de la diabetes, por lo general en personas que cuentan con una larga evolución de la enfermedad y que recurren a tratamientos con múltiples dosis de insulina.

“Con la hipoglucemia aparecen síntomas derivados de la afectación del sistema nervioso central, como malestar general, sensación de mareo, disminución del nivel de conciencia e, incluso el coma hipoglucémico o palpitaciones producidas por la producción de adrenalina por parte del organismo”, comenta el doctor.

La importancia de la prevención

Una dieta adecuada influye de forma positiva en la diabetes y en las enfermedades cardiovasculares gracias a los beneficios alimenticios que aporta.

“Si tomamos como referencia, en cuanto al contenido y distribución calórica, la dieta mediterránea basada en el aceite de oliva, productos naturales, frutas y verduras y pescado, evitando la repostería y los azúcares refinados, se consigue reducir en un 60 por ciento el riesgo de enfermedades cardiovasculares, además de otras enfermedades como el cáncer de mama en un 30 por ciento”, ha indicado el especialista.

Además de la correcta alimentación, resulta importante favorecer la prevención por medio del ejercicio físico, que aporta beneficios no solo a la hora de mantener un peso adecuado, sino que también “se ha comprobado que retrasa la aparición de demencia y mejora la capacidad retentiva, especialmente cuando se realiza cuatro horas después de una labor de aprendizaje”, ha señalado.

Por último, el tabaco también constituye un factor de riesgo muy importante que contribuye a padecer enfermedades cardiovasculares –como infarto de miocardio o enfermedad cerebrovascular o renal, además de ser la causa de múltiples tipos de cáncer –pulmonar, laríngeo, de esófago o de vejiga urinaria, entre otros–.

La depresión retroalimenta la enfermedad

Depresión y diabetes son patologías que también aparecen relacionadas entre sí de forma estrecha. Por un lado, la depresión condiciona trastornos en la alimentación que causan obesidad y que dan lugar a la diabetes. Por otro, pacientes con diabetes adolecen de falta de autoestima que desemboque en una depresión. 

Por ello, “es importante llevar a cabo un correcto y temprano tratamiento en los casos de pacientes diabéticos con depresión, para así mejorar el control metabólico de esta enfermedad”, ha enfatizado Ena Muñoz.

Un 14 por ciento de los españoles padece diabetes y la mitad de ellos lo ignora

España es uno de los países de Europa con mayor porcentaje de pacientes con obesidad y diabetes, según datos difundidos por la SEMI que cita, a su vez, el Estudio Nutricional de la Población Española (ENPE). De acuerdo con esta investigación, alrededor de un 21 por ciento de los españoles sufren obesidad.

Por otra parte, el revela que unos 4,6 millones de personas padecen diabetes en España, es decir, un 13,8 por ciento de la población. A ello se suma que alrededor de la mitad de estos pacientes diabéticos desconoce que tiene esta enfermedad, agravando así su control.

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