Juana Carretero es la
segunda mujer en encabezar la
Sociedad Española de Medicina Interna (Semi), un organismo con siete décadas de historia. Sigue siendo una entidad de referencia y su presidencia es, por ende, un compromiso notorio con la especialidad que se traduce en trabajo y responsabilidad diaria.
La
innovación tecnológica, la
formación o la
investigación son solo algunos de los ejes que sustentan la actividad de su actual mandataria, quien nos ayudará a trazar un recorrido por el pasado, presente y futuro de la especialidad en esta entrevista realizada para el pódcast '
Líderes Sanitarias'.
Hace poco más de medio año que usted se alzaba como presidenta de la Semi, sin embargo, ya podía vislumbrar ese cargo desde la Vicepresidencia. ¿Qué ha significado este nombramiento a nivel personal?
Para mí es un honor ser presidenta de esta sociedad en la que llevo trabajando prácticamente desde que era residente, en la que he colaborado mucho con los grupos de trabajo, con la sociedades autonómicas y en la Junta Directiva. Pero sobre todo es un gran reto, porque esta sociedad es muy grande. Somos 8000 internistas, hay muchas inquietudes, muchas áreas de conocimiento y es difícil muchas veces hacer que no se pierda la esencia de la Medicina Interna, que no nos vayamos por las ramas y acabemos siendo expertos en una parte de de la persona enferma y que no perdamos nuestra esencia como garantes de la visión integral y del manejo integral de la persona que vive con una o con varias enfermedades. Ese es el reto: permitir que los internistas podamos expandirnos en esas áreas de conocimiento, formarnos e investigar para dar calidad a la asitencia, pero sin perder la esencia de generalistas que garantiza que la atención que damos sea la mejor que le podamos dar a esas personas.
¿Ha habido algún cambio significativo en su día a día como presidenta respecto a esa anterior Vicepresidencia?
Totalmente (risas). Desde que que fui secretaria de la Junta Directiva ya supuso un cambio, porque era más trabajo, más viajes, más días de ausencia en casa... Con las Vicepresidencia quizás también, pero ahora ha sido un cambio radical. Para empezar, falto un día o día y medio a la semana en casa y en el trabajo, y luego el día a día es estar continuamente atento al correo electrónico, porque la gente que trabaja aquí en la oficina, que son realmente los que llevan la semilla al día, necesitan que les des respuesta cuanto antes a los problemas que te plantean. Y luego por las tardes contestar mensajes, valorar proyectos, valorar lo que los grupos te demandan... Es prácticamente reorganizar tu tiempo hacia la Semi, manteniendo en lo que se puede el tiempo que se debe dedicar a la familia y a la formación continuada. Pero otros proyectos que podía tener antes, están de momento aparcados.
Usted es además la segunda mujer en presidir este organismo en sus 70 años de historia. Sin embargo, todo apunta que la tendencia va a cambiar, ya que sus sucesoras más inmediatas también serán mujeres. ¿Cree que la perspectiva de género es necesaria en las sociedades científicas?
Por supuesto. Las mujeres, a pesar de ser mayoría en las facultades de Medicina y en los hospitales, somos minoría a la hora de tener un puesto de responsabilidad tanto en los hospitales como en las sociedades científicas. Es muy importante la perspectiva de género y creo que es muy importante que se tenga en cuenta el papel de la de la mujer, que no sea una discriminación positiva hacia la mujer por el hecho de que haya que tener mujeres, sino que si es necesario tener mujeres, porque esas mujeres son las más capacitadas en ese momento para tener ese cargo, se tengan . Creo que las mujeres tenemos mucho que decir en las sociedades científicas. Las mujeres y los hombres somos diferentes y la visión femenina también aporta mucho, hay que tenerla en cuenta.
"Las mujeres y los hombres somos diferentes y la visión femenina también aporta mucho, hay que tenerla en cuenta".
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¿Ha sufrido alguna dificultad o complicación adicional por ser mujer en el plano profesional?
Para mi desarrollo profesional no he tenido complicaciones por ser mujer, ni en mi vida laboral diaria ni a la hora de presentarme y hacer carrera en la en la Semi. Es verdad que en el hospital comarcal en el que trabajaba antes, todos nos conocíamos más y sobre todo al principio de mi trabajo allí no me reconocían tanto como la internista, muchas veces podía ser la mujer de otra persona, porque mi marido es internista también y trabajábamos allí. Quizá ha habido momentos, sobre todo al principio de mi carrera profesional, en los que no es que tenga dificultades, pero sí que noté que la consideración que me tenían como médico no es la misma que pudieran tener hacia el médico varón viendo a los mismos pacientes en el mismo día a día.
Ahora mismo como presidenta de la Semi, ¿cree que ese techo de cristal se está rompiendo poco a poco también en el resto de sociedades científicas o en el plano asistencial? ¿O sigue siendo una tarea pendiente?
Sigue siendo una tarea pendiente, muy, muy pendiente. Y ahora mismo hay cada vez más presidentas de sociedades científicas, pero muy, muy, muy a cuentagotas en los sistemas sanitarios. Hay pocas consejeras, hay pocas directoras generales, hay pocas jefas de Servicio y cuesta mucho alcanzar o romper ese techo de cristal.
Si algo caracteriza la Semi es la constancia y la fluidez en la comunicación con sus socios, con esos 8000 internistas. ¿Por qué es tan importante esto desde la Junta Directiva?
Somos 8000 socios, tenemos 20 grupos de trabajo y hay gente muy especializada, con mucha carga de conocimiento en un tema determinado, en un área determinada. Siempre hay un internista en un hospital, por pequeño que sea: en hospitales comarcales, en hospitales regionales, en hospitales más grandes... Y cada uno de ellos desarrolla una labor diferente. Es difícil, por una parte, homogeneizar la visión del internista. Entonces es muy importante que todos los internistas sientan que, trabajen donde trabajen, forman parte de esta sociedad. Lo dije cuando me presenté a la -Vicepresidencia hace cuatro años y lo dije el día que me nombraron presidenta. Porque la Semi es igual para todos, independientemente de que uno sea un médico asistencial diario a que otro tenga un puesto de dirección o de alta dirección.
"Es muy importante que todos los internistas sientan que, trabajen donde trabajen, forman parte de la Semi".
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Además, a través de las encuestas que se realizan periódicamente en la web de la Semi, se puede ver cuál es el sentimiento generalizado de su especialidad. Usted como internista, ¿también comparte este sentimiento?
Totalmente. Los internistas ha habido un tiempo que nos hemos sentido un poco olvidados, por parte de la de la administración sanitaria. Quizás se ha priorizado hablar de más especialidades y se ha olvidado un poco que el paciente crónico está ahí, que hay que atenderlo. Ese paciente necesita una atención día a día de sus procesos que evidentemente hay que adaptar a las nuevas tecnologías y los avances en la Medicina, pero también necesita una parte de atención integral, de humanismo que solamente podemos darle las especialidades que somos más generalistas como la Atención Primaria o la Medicina Interna. Entonces, quizás por una parte nos hemos sentido un poco olvidados, un poco desatendidos por parte de la administración sanitaria con el tema del covid. Todo saltó por los aires, sin embargo los internistas nos mantuvimos como principales médicos responsables de la atención a esas personas. Y quizás hemos sentido que una vez ha pasado todo volvemos a ser los grandes olvidados. Esperamos que la administración sea capaz, no ya de reconocer, sino de permitir que volvamos a tener la misma actividad que teníamos al principio.
Esta entidad, además, está estrechamente ligada a la formación con una amplia oferta en su campus virtual. No obstante, usted desde la Presidencia desea ampliarla, ¿verdad?
Nosotros tenemos una plataforma de formación que lleva ya al menos diez años funcionando, que ha funcionado muy bien, que ha tenido más de 30.000 alumnos con cursos muy diferentes. Tenemos también la cátedra de Medicina Interna, en la que tenemos varios máster. Pero sí que es verdad que hoy día la gente joven, las nuevas generaciones, pide información más rápida, más ágil y en menos tiempo. Estamos inmersos en una profunda renovación de la plataforma de formación. Se ha nombrado a una persona de como coordinador de formación continuada y la idea es modernizarlo, dar una formación dinámica, rápida, pero que siga manteniendo la calidad, que es lo que siempre ha caracterizado la plataforma de formación. Es formación acreditada, algo que es muy importante para nuestros socios, porque te permite luego desarrollarte para la carrera profesional, para las oposiciones... Entonces es formación de calidad, pero además una formación de calidad acreditada.
De hecho, otro de los retos apuntados en la agenda de la Semi son las Áreas de Capacitación Específicas (ACE). ¿Qué beneficios aportarían a nuestro sistema sanitario? ¿Destacaría alguna en concreto?
Bueno, yo creo que actualmente las ACE que se están solicitando como especialidades finalistas para nosotros no tienen sentido. Por ejemplo, ya que me pide que cite una, la que nos atañe directamente es la de Enfermedades Infecciosas. Actualmente estas patologías están perfectamente tratadas precisamente por médicos internistas que han tenido una especial dedicación, se han formado y desarrollan su labor en ese área. Pero son internistas que, a la hora de tener que dejar de hacer esa labor en caso de una pandemia o en caso de necesidad, sean personas flexibles que no pierdan su formación o su visión inicial como internistas. Una ACE aportaría reconocimiento a esa labor, a ese especial interés que han tenido en formarse, en capacitarse muchas veces de una forma no reglada. Por eso desde la plataforma de formación tenemos un máster en enfermedades infecciosas y cursos para intentar dar una formación reglada y homogénea.
Usted misma habla de una fragmentación en el Sistema Nacional de Salud (SNS). ¿Cuáles cree que son los pilares que están fallando?
Pues están fallando, como le decía al principio, el habernos olvidado de que la atención a las personas que viven con una o varias enfermedades y de pivotar sobre la Atención Primaria, que es el principal fallo que tenemos ahora mismo. La Atención Primaria está totalmente descabezada, no tiene ni medios ni personal y no pueden atender a la carga de cronicidad que ha llegado después de la pandemia. Olvidar que la asistencia sanitaria debe pivotar sobre la Atención Primaria es olvidar como debe funcionar un Sistema Nacional de Salud. Y esa Atención Primaria debe estar en íntimo contacto con su homónimo hospitalario, que es el médico internista, que es el generalista hospitalario, con lo que aseguramos la continuidad asistencial del paciente. Intentamos colocar al paciente en el centro del sistema sanitario, que eso está muy bien, queda muy bien cuando lo decimos, pero no lo hemos conseguido y difícilmente lo vamos a conseguir si seguimos pensando que evitando la fragmentación vamos a perder poder. No vamos a perder poder si el paciente es el dueño de su enfermedad y hay que intentar darle al paciente lo que necesita en cada momento.
"Olvidar que la asistencia sanitaria debe pivotar sobre la Atención Primaria es olvidar cómo debe funcionar un Sistema Nacional de Salud".
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¿Y qué hay del déficit de internistas? ¿Desde las Semi se recoge alguna estrategia para frenarlo?
En el último año hemos vivido una situación muy triste, sobre todo en ciertas comunidades y en ciertos sitios de difícil cobertura de profesionales. Hemos tenido noticias durante el pasado año de déficit de internistas en Galicia, en Valencia, en Extremadura... Con internistas que han estado compatibilizando su trabajo en varias áreas sanitarias, con lo que supone de por una parte, de pérdida de continuidad asistencial para el paciente y de inequidad en la atención que recibe el paciente. Hay áreas sanitarias donde hace más de un año que no hay consulta externa.
Desde la Semi hemos pedido que se aumente el número de de de plazas MIR en Medicina Interna, que se acrediten más unidades para que se formen más especialistas y que a largo plazo aumente el número de de médicos que acceden a la Facultad de Medicina y se baje la nota de corte. Tenemos una nota de corte cerca del 14, o sea, lo que sería un 10, y eso no implica que uno sea mejor médico, implica que en ese momento fue mejor estudiante. Y muchas veces quedan fuera vocaciones que al final no tienen acceso a lo que siempre han querido ser. Lo mismo pasa cuando se ponen las notas de corte para elegir las especialidades. Una especialidad con el número uno no quiere decir que sea mejor médico que el que la elige con el 1500. A veces es difícil poner eso en una balanza, porque el tiempo pasa para todo el mundo y también para nosotros, y de aquí a poco tiempo se jubilarán muchos médicos y habrá muchos más problemas.
Y luego hay otra parte que quizá no sea muy políticamente correcta, pero que es así, que la gente cuando termina la especialidad, pues le ofrecen una mejores condiciones laborales en otro sitio, sea fuera de su comunidad, o sea fuera de su país y se va, porque quiere tener un buen desarrollo profesional. Un buen desarrollo profesional no pasa por ver 15 pacientes todos los días en la planta, sino por ver los pacientes que tienes que ver, pero además que tengas la posibilidad de investigar. Porque por ejemplo, la investigación que se hace hoy día clínica se hace en casa. No hay un tiempo para para dedicarse a la investigación dentro de tu jornada laboral. Hay que replantearse que el médico que terminaba hace 20 años tenía unas prioridades y el médico que termina ahora tiene otras.
"Tenemos una nota de corte de 14, o sea, lo que sería un 10, y eso no implica que uno sea mejor médico, sino que en ese momento fue mejor estudiante".
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¿Cómo animaría a las futuras generaciones a elegir entre todas las especialidades Medicina Interna?
Es la mejor especialidad del mundo porque te permite ver al paciente como una persona enferma de una manera integral, pero además te permite, si te gusta un área determinada, desarrollarte en ese aspecto sin perder el gusto por ver al paciente en su forma global.
¿Usted lo tuvo claro de joven al decantarse por la especialidad?
Yo siempre quise ser médico y desde muy joven quise ser internista. Por aquel entonces era cuando el doctor Jiménez Díaz y funsó la Asociación de Medicina Interna. Siempre quise ser internista por eso, porque te permite ver al paciente de una forma global.
¿En ese momento llegó a imaginar que algún día su voz sería la que representaría a toda la especialidad de nuestro país?
Nunca. Cuando yo empecé la carrera los presidentes de la Sociedad Española de Medicina Interna eran gente muy importanteque tenía altos cargos: jefe de servicio, catedráticos... Entonces, claro, uno cuando piensa ser internista nunca piensa que va a llegar a formar parte, ni siquiera de la Junta Directiva de la sociedad. Ya el hecho de poder formar parte de la sociedad como vocal por Extremadura ya supuso un antes y un después. Pero de ahí a pensar que hoy pueo estar sentada aquí... Ahora mismo pienso para atrás y digo: "si me lo hubiesen dicho hace 30 años, hubiese dicho que era imposible". Ahora mismo lo pienso y digo: "no sé cómo estoy aquí".
Y si en vez de pensar para atrás pensamos hacia adelante, ¿Qué le gustaría que su 'yo' del futuro le pudiese decir que ha cumplido como presidenta en la Semi?
Para mí sería un gran honor que la gente con la que estamos trabajando y que hemos trabajado al menos se sienta satisfecha con lo que hemos hecho. Yo creo que el hecho de que la presidenta de la Semi sea una mujer joven y una médico de pueblo, puede hacer que el resto de los internistas se vean representados en mí y que puedan decir: "quizás yo también pueda acceder ahí". Estoy segura de que eso va a ser un punto de mi presidencia, que cuando termine habrá muchos internistas que se sientan más identificados con esta casa.
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