Después de una década de congresos conjuntos con
Atención Primaria centrados en la
cronicidad, la conclusión de
Ricardo Gómez Huelgas, presidente de la Sociedad Española de Medicina Interna (
SEMI), tiene claro que el
Sistema Nacional de Salud todavía no ha evolucionado desde su visión centrada en agudos, y eso hace perder oportunidades de mejora en la
atención sanitaria.
También tiene claro que la alianza con la
Enfermería es clave para ello, a la que pide que asuma nuevos papeles. El internista también tiene claro que el
techo de cristal tiene que acabar de romperse, y por eso el nuevo
Observatorio de Igualdad velará por la mayor presencia femenina en sus actividades.
¿Qué balance hace de este XI Congreso Nacional de Atención Sanitaria al Paciente Crónico?
El simple hecho de que estemos en la undécima edición de este congreso es muy significativo e importante porque existe un claro compromiso, por parte de la SEMI, por
abordar la cronicidad desde la Medicina Interna y en alianza con la Atención Primaria.
Desde nuestro punto de vista, Atención Primaria y Medicina Interna
tienen que ser las dos especialidades médicas sobre las que pivoten los planes de salud frente a la cronicidad y las dos especialidades médicas que deben liderar de forma necesaria nuestro modelo sanitario para que este modelo, que es un modelo de éxito, siga siéndolo en el futuro y se adapte a las necesidades epidemiológicas y demográficas que vienen marcadas por el envejecimiento de la población y la existencia de pluripatología, es decir, la coexistencia de varias enfermedades crónicas en el mismo paciente.
Han sido ya 11 años, ¿qué conclusiones se puede extraer de esta experiencia de dedicación conjunta al paciente crónico?
"Existe un compromiso muy claro de la SEMI con la cronicidad".
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El balance es agridulce, hay elementos positivos y negativos. Como positivo,
hemos puesto sobre el tablero político y asistencial la necesidad de establecer reformas en el modelo sanitario para abordar el problema de la cronicidad, que es sin duda el principal desafío sanitario que tiene nuestro modelo para seguir adaptándose al futuro.
Otro elemento positivo es que la Medicina Interna, junto con Primaria, se han posicionado como las dos especialidades líderes en este cambio de paradigma de lo agudo a lo crónico.
En el balance negativo diría que vamos lentos. La realidad es
los cambios demográficos y epidemiológicos están superando la capacidad de respuesta que desde la Administración se están dando a los mismos, reformas que deben ser inaplazables.
Estas reformas deben ir
no solo en el modelo sanitario sino en el modelo formativo de los médicos y el de la especialización posgrado, que debe ser menos fragmentado, más integrado y con una visión más global de los pacientes.
La Estrategia Nacional de la Cronicidad se puso en marcha en 2012 pero no se ha vuelto a actualizar. ¿Qué deberes quedan para los gobiernos?
Efectivamente, fue un hito importante porque supuso un punto de partida consensuado para empezar a trabajar, pero
el grado de implementación de esta estrategia en las distintas comunidades autónomas ha sido bastante desigual.
El ritmo de implantación no está siendo homogéneo y, en muchos casos, el principal problema es que no estamos pasando de los planeas a las políticas presupuestarias. Sin presupuesto no puede haber iniciativas reformadoras.
"El grado de implementación de la Estrategia de Cronicidad ha sido desigual".
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Por otro lado,
algunas reformas que no cuestan dinero a la Administración pero sí requieren un esfuerzo de consenso profesional, tampoco se están estableciendo.
Tenemos que cambiar el modelo hospitalario actual,
huir de un modelo tan fragmentado por uno mucho más colaborativo, que los profesionales de las distintas especialidades se pongan de acuerdo para trabajar en las necesidades del paciente, y no que el paciente tenga que adaptarse a la estructura hospitalaria, que es muy fragmentada.
Igualmente, sigue habiendo un
disbalance muy importante entre la inversión hospitalaria y la de Atención Primaria. Desde la Medicina Interna apoyamos que la Primaria sea el pivote asistencial de nuestro modelo de salud y abogamos por que la Enfermería dé un paso hacia delante y asuma nuevos roles profesionales que sin duda serán clave para abordar la cronicidad desde un punto de vista global.
El responsable político-administrativo, ¿es consciente de la 'avalancha' de crónicos que está llegando gracias, paradójicamente, al éxito de nuestro sistema sanitario?
El último índice Bloomberg
sitúa a España como el país más saludable del mundo, y nuestro modelo tiene mucha implicación en este éxito. Yo no diría que la
pandemia de enfermedades crónicas es una amenaza para el sistema de salud, sino una oportunidad para cambiar desde una Medicina fragmentada, de consumo, hiperespecializada, con muchos actos médicos de escaso valor… por una Medicina más centrada en el paciente, que se focalice en aquellos actos que aporten valor añadido a la salud y calidad de vida de las personas, que sea un modelo más integrativo, más colaborativo, entre especialidades médicas, entre médicos y Enfermería, entre Atención Primaria y hospital…
"No nos podemos permitir, como país, seguir fraccionando las especialidades"
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Es una oportunidad excepcional para que nuestro modelo sanitario, que es de éxito pero muy orientado hacia el paciente agudo,
se reoriente a un modelo de éxito futuro, orientado hacia el paciente crónico y de edad avanzada.
Esta reorientación, ¿cómo tiene que plantearse?
La reorientación requiere el abordaje a distintos niveles. Uno, a nivel puramente organizativo y asistencial: la Atención Primaria y el hospital son dos mundos aparte, a veces enfrentados desde el punto de vista presupuestario.
Los hospitales no pueden ser barreras físicas al paciente, tienen que estar abiertos a la comunidad,
hay que desplazar la centralidad del tratamiento del crónico desde el hospital a la comunidad, al domicilio. La tecnología nos puede ayudar para hacer una Medicina menos disruptiva, que obliga al paciente a una serie de actos repetidos, de escaso valor que no añaden importancia a la salud.
"El Observatorio monitorizará la participación de las internistas en la SEMI".
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En segundo lugar, habría que hacer una reorientación de los roles de los profesionales sanitarios.
Médicos y enfermeros tienen que colaborar de forma más estrecha, Enfermería debería asumir papeles más responsabilidad que hasta ahora no está haciéndolo de forma decidida y general.
En tercer lugar, desde las facultades de Ciencias de la Salud tenemos que implantar en nuestros futuros médicos y enfermeros el valor de la Medicina basada en el razonamiento clínico, el abordaje integral de los pacientes, ver a las enfermedades dentro de la persona y darle un abordaje integrador.
A nivel de la formación posgrado, no nos podemos permitir, como país, seguir fraccionando las especialidades médicas. Tenemos que ir a modelos formativos posgrado más integrados porque el modelo español es de éxito y
no debemos copiar, como a veces nos venden, otros modelos foráneos, europeos o norteamericanos, que son mucho más ineficientes que el modelo sanitario español.
El Gobierno anunció que abandonaba el modelo troncal por una reforma más 'light'. ¿Cómo valora este paso?
"La Administración actual y futura va a contar siempre con la Medicina Interna como aliada para proponer un modelo generalista de formación"
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A nosotros nos preocupa el que se haya abandonado el concepto de troncalidad, porque pensábamos que era una manera de
recuperar los valores de la Medicina generalista, integral, sin la cual es imposible ser un buen especialista.
Un buen especialista médico, sea de la especialidad que sea, tiene que ser buen clínico antes de ser buen especialista. Con el actual sistema MIR, que ha tenido grandes ventajas y ha aportado mucho valor, estamos observando en los últimos tiempos una tendencia a la hiperfragmentación de la Medicina, en la que
priman los valores específicos de los especialistas sobre los valores generales, habilidades clínicas, comunicativas o de integración, de trabajo en equipo.
Pensamos que la troncalidad era buen sistema para replantear la formación especializada. Por razones políticas, de divergencia profesional, se ha paralizado, y lo que conocemos del proyecto actual es un esbozo que nos parece una versión 'light' de la troncalidad.
De cualquier manera, la Administración actual y futura va a contar siempre con la Medicina Interna, con la Atención Primaria, como aliados para proponer un modelo generalista de formación para los futuros médicos.
Esta semana, la SEMI ha presentado su Observatorio de Igualdad. ¿Qué ha motivado su creación y cuándo se podrán ver sus primeros resultados?
En la SEMI nos preocupaba una
disparidad muy llamativa entre la realidad de nuestros socios, con un predominio de mujeres con una edad media de 40 años, y la visibilidad en actividades formativas, de investigación e institucionales que estas mujeres tenían en los distintos órganos y actividades de la sociedad.
Por eso hemos propuesta la creación de un Observatorio de Igualdad, que va a
monitorizar de forma activa el grado de participación de las mujeres internistas en todas las actividades formativas, institucionales, reuniones, congresos, proyectos de investigación…
Estamos recabando datos, muchos de ellos los tenemos ya analizados, y en las próximas semanas se harán públicos. Puede adelantarle que
sigue existiendo el techo de cristal, es cierto que en los últimos tiempos existe una tendencia a igualarse, pero como sociedad vamos a tener el compromiso de que en todas las actividades científicas e institucionales que tenga la SEMI haya una paridad que se busque de forma proactiva.
En las futuras reuniones se fomentará de forma activa la presencia de mujeres internistas en todos los ámbitos de formación, investigación e institucionales de la Sociedad Española de Medicina Interna.
La SEMI está involucrada en un proyecto europeo, el
proyecto Imagine, cuya representante es Asunción Gonzálvez, que se encargará de velar por las políticas de igualdad y de género en las actividades de la Federación Europea de Medicina Interna.
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