Javier Marco es internista en el Clínico San Carlos (Madrid) y coordina el grupo de Gestión Clínica de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI). En un entorno donde la buena gestión de los recursos económicos del hospital es cada vez más importante, reivindica la figura del internista como valedor de esa buena cultura gestora, y su importancia en el futuro no va a hacer más que aumentar.
¿Desde cuándo existe el grupo?
El grupo se crea en el año 2010 a partir de unos internistas con inquietudes sobre la relación entre la asistencia sanitaria y la gestión de los recursos económicos.
¿Cuáles son sus objetivos?
Explotamos el Conjunto Mínimo Básico de Datos (CMBD). Se trata de una gran base de datos que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad va actualizando todos los años y que contiene información sobre todas las altas hospitalarias dadas en los hospitales españoles. Nosotros manejamos los datos referidos a Medicina Interna que el ministerio nos proporciona y en la actualidad tenemos información de más de 6 millones de altas. Con ello hemos realizado y publicado más de 40 trabajos desde la creación del grupo que ayudan a conocer más sobre la situación de la especialidad, nuestros pacientes y algunas patologías.
También colaboramos con otros grupos de trabajo de la SEMI y ofrecemos nuestra base de datos a cualquier investigador o grupos que tengan una propuesta de investigación para explotar el CMBD.
Por otro lado, estamos interesados en la formación en gestión clínica y para ello hemos desarrollado un curso on-line de gestión clínica en la SEMI del que se han realizado ya varias ediciones; algunos miembros del grupo participamos como profesores en el Máster de Dirección Unidades Clínicas junto con las sociedades Españolas de Cardiología (SEC) y Neumología (Separ).
Finalmente estamos interesados en fomentar la calidad y el desarrollo y aplicación de programas de seguridad para el paciente.
¿Qué papel juega el internista dentro del hospital? ¿Cómo ha evolucionado en los últimos años?
En mi opinión, el internista está en estos momentos finalizando una etapa evolutiva que le ha llevado desde un lugar algo oscuro hasta un emplazamiento preponderante dentro del reparto de papeles hospitalario.
Hasta hace bien poco los internistas estaban bastante aislados en sus plantas a pesar de que se encargan del 35 por ciento de los ingresos hospitalarios. El protagonismo de la atención no quirúrgica recaía clásicamente sobre el resto de las especialidades médicas. Sin embargo, el cambio en la pirámide poblacional y el reconocimiento del peso de los pacientes frágiles y pluripatológicos dentro del case-mix de los ingresos hospitalarios, han hecho que los gestores asuman la importancia de los internistas. En estos momentos se están poniendo a punto una serie de dispositivos para hacer frente a estas nuevas necesidades asistenciales en la que los internistas tenemos un papel importante. Por otro lado, han surgido nuevas necesidades. La cirugía es cada vez más agresiva y los pacientes más mayores: necesitan internistas que manejen el riesgo quirúrgico y las complicaciones postoperatorias. Existe hospitalización domiciliaria, cuidados paliativos y una serie de consultas monográficas porque la Medicina es cada vez más compleja.
Creo que estamos en un momento inmejorable en el que un internista joven puede tener hasta dificultades para poder elegir lo que más le gusta.
¿Está adaptada la estructura de los servicios de Medicina Interna, y del propio hospital, a los retos actuales y futuros del sistema de salud? Cronicidad, pluripatología, 'hospital a domicilio', sostenibilidad del SNS, etc.
Es casi la continuación de la pregunta anterior. La sociedad y el mundo en general están cambiando tan rápidamente que es muy complicado estar preparado para el futuro. Aventurar el porvenir es cada vez más difícil. El futuro tecnológico es complejo de predecir porque a veces progresamos en quantums, con grandes y súbitos avances, y no de forma paulatina. El futuro económico nos obliga a hacer cada vez una mejor gestión de los recursos. A ello nos hemos ido acostumbrando poco a poco y creo que en estos momentos hay una muy buena cultura de gestión de recursos en los servicios de Medicina Interna.
En muchos de los hospitales de segundo nivel de entre 200-400 camas, son los internistas los que gestionan la mayoría de los ingresos con unos índices sanitarios (estancia, reingresos, complejidad…) muy respetables aunque sin duda mejorables, sobre todo en lo que se refiere a variabilidad.
En el próximo congreso de la SEMI se presentan varias ponencias sobre pacientes crónicos y pluripatológicos y su prevalencia en algunos de nuestros hospitales. También sobre la eficacia de algunas estrategias para evitar complicaciones en su manejo como los reingresos. Esto denota que los internistas estamos ya encarando este reto de una sociedad que va ganando años y patologías, como la nuestra.
Sobre la sostenibilidad del SNS, nosotros como internistas y como médicos estamos poniendo todo de nuestra parte. La sociedad tendrá que decir lo que quiere, pero por ahora mi impresión es que tiene claro que el sistema sanitario actual le gusta.
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